Musulmanes devotos de países africanos como Chad, Nigeria, Sudán o Senegal atravesaron un continente entero, muchos de ellos con camellos y a pie, para cumplir con la peregrinación religiosa, que originalmente llegaba primero a la gran mezquita de La Meca y luego a la de Al Aqsa, desde dónde, según los versos del Corán, Mahoma ascendió al paraíso en una visión
Jerusalem -
Zuhra Al Qadi tiene 76 años y es la matriarca de la comunidad africana de Jerusalén.Marta BalaguerKholoud (la mujer con velo) se casó con el afro palestino Ahmed Al Qadi a escondidas durante la Segunda Intifada, en uno de los patios interiores de la comunidad. Desde entonces vive con su familia en el corazón de Ribat Al Mansuri. Las casas, de entre 30 y 50 metros cuadrados, todavía conservan túneles convertidos en vestigios de hace siglos.Marta BalaguerLa calle Alaa Addin, donde se encuentran las entradas de las dos prisiones, conduce a una de las entradas principales de la mezquita de Al Aqsa.Marta BalaguerLas pequeñas dimensiones de las casas hacen que muchas de las pertenencias se almacenen en la calle.Marta BalaguerEl Banco Islámico ha invertido en la comunidad y está reformando parte de las edificaciones.Marta BalaguerEsta niña ya suma la cuarta generación de la comunidad afro palestina instalada en la Ciudad Vieja de Jerusalén.Marta BalaguerLos barrotes de las ventanas aún hacen visible los vestigios de lo que un día fueron dos prisiones otomanas.Marta BalaguerLos más jóvenes disponen de un espacio de estudio y juego en la African Community Society con el fin de que no estén en la calle.Marta BalaguerYasser Qous no conoce sus raíces chadianas, solo se siente identificado por su color de piel.Marta BalaguerLa African Community Society dispone de un amplio local para realizar actividades sociales destinadas, sobretodo, a jóvenes y mujeres.Marta Balaguer