Musulmanes devotos de países africanos como Chad, Nigeria, Sudán o Senegal atravesaron un continente entero, muchos de ellos con camellos y a pie, para cumplir con la peregrinación religiosa, que originalmente llegaba primero a la gran mezquita de La Meca y luego a la de Al Aqsa, desde dónde, según los versos del Corán, Mahoma ascendió al paraíso en una visión