21 fotosAlain Delon, los ochenta años del bello tenebrosoConquistó las pantallas de todo el mundo en los sesenta. Su cine incluye el películas de autor y cintas para el gran públicoCarles GámezValencia - 08 nov 2015 - 20:23CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace'Amoríos' (Pierre Gaspard-Huit, 1958). El 'remake' de una vieja pelicula, 'Liebelie', protagonizada por Magda Schneider -madre de Romy Schneider- a las órdenes de Max Ophüls propició el encuentro de la joven actriz austriaca, la única estrella de la película, con un joven actor casi debutante llamado Alain Delon. La nueva pareja de enamorados se convierte en objetivo preferente de los medios de comunicación y la ex Sissi Emperatriz abandonaba la Viena imperial por el París de Chanel y Maxim’s.'A pleno sol' (René Clément, 1960). Uno de los papeles talismán que construyó la imagen del actor como “el bello tenebroso” por excelencia de la pantalla. Delon creaba y de paso inmortalizaba el héroe de la novelista, Patricia Highsmith, el talentoso Tom Ripley en un excelente filme de suspense dirigido por René Clément y con Maurice Ronet y la bellísima Marie Laforêt y los paisajes de la costa napolitana.'Rocco y sus hermanos' (Luchino Visconti, 1960). Primer encuentro entre el director italiano y el actor francés para una historia -el choque entre el sur campesino y el norte industrial italiano- que haría poner el grito en el cielo a los gobernantes de la Democracia Cristiana. Visconti construía alrededor de Delon una gran crónica de amor, compasión y tragedia y para el recuerdo la inolvidable secuencia en la terraza del Duomo de Milán entre el actor y la actriz Annie Girardot.'Amores celebres' (Michel Boisrond, 1961). Película de episodios que recogía diferentes historias de amor a través del tiempo. Reparto interminable y la primera y última vez de ver juntos y dándose un beso en la pantalla a la entonces gran 'sex symbol' del cine europeo, Brigitte Bardot y al nuevo seductor, Alain Delon, como pareja de amantes y de amores imposibles.'¡Que alegría de vivir!' (René Clément, 1961). El tándem Clément-Delon volvía a repetir después de 'A pleno de sol' en una historia de anarquistas italianos donde el actor mostraba sus dotes para la comedia, un género excepcional en su trayectoria cinematográfica. Estrenada en la Francia de los atentados de la OAS, la película sería mal recibida por un público poco dispuesto a reírse con bombas y otros artefactos explosivos.'El eclipse' (M. Antonioni, 1962). Después de haber sido un héroe proletario en camiseta a las órdenes de Visconti, Alain Delon se vestía con los elegantes trajes de un atractivo agente de bolsa en medio de los agitados escenarios de la Bolsa de Roma mientras vivía una historia de amor con Monica Vitti. La voz tumultuosa de Mina a ritmo de' twist' en los títulos de crédito presagiaba los cambios meteorológicos.'El gatopardo' (Luchino Visconti, 1963). Tanto Alain Delon como Claudia Cardinale poco pudieron hacer ante la figura portentosa del actor Burt Lancaster como el príncipe Fabrizio di Salina. Alain Delon se despedía de Visconti (un tercer proyecto en común, 'El extranjero', acabaría frustrándose). En el balance final de la relación, dos obras maestras de la historia del cine y una presentación teatral junto con Romy Schneider dirigidos por el maestro italiano.'El tulipán negro' (Christian-Jaque, 1963). Siguiendo los pasos de Gerard Philippe y Jean-Paul Belmondo, Alain Delon debutaba con éxito en las películas de capa y espada como aristócrata enmascarado dispuesto a despojar a la nobleza de sus riquezas para entregárselas a los menos favorecidos. Rodada en España, contaba con la participación de Adolfo Marsillach en el papel del villano cinematográfico.'Los felinos' (René Clement, 1964). Una historia de suspense, 'thriller' policiaco y dosis de sexo que buscaba repetir el éxito de 'A pleno sol' con un Delon atrapado entre una madura Lola Albright y una joven Jane Fonda a la búsqueda de papeles con algo más de garra en el cine europeo. Destaca la música de Lalo Schifrin en una de sus primeras bandas sonoras para la pantalla.'El último homicidio' (Ralph Nelson, 1965). A diferencia de Brigitte Bardot y Jean-Paul Belmondo, Alain Delon probó suerte en Hollywood, aunque con desigual fortuna. Para su primera incursión eligió un policiaco con gusto a cine negro clásico y una irresistible Ann-Margret como 'partenaire'. El actor preludiaba sus futuros héroes a las órdenes de Melville.'Los aventureros' (Robert Enrico, 1967). Dos hombres: Alain Delon y Lino Ventura. Un destino: la búsqueda de un tesoro. Y la bella modelo canadiense Joanna Shimkus completando el terceto protagonista. La amistad y la aventura como código de conducta y forma de vivir y, en el apartado de curiosidades, la voz de Alain Delon cantando la balada 'Laetitia' en su banda sonora.'El silencio de un hombre' (Jean-Pierre Melville, 1967). "No existe mayor soledad que la del samurái…". Delon como implacable asesino a sueldo componía una de sus caracterizaciones más recordadas y objeto de veneración, entre otros, por Quentin Tarantino y John Woo, para una obra estilizada, casi sin diálogos, intemporal y que el paso del tiempo no ha dejado de revalorizar.'La chica de la motocicleta' (Jack Cardiff, 1968). Uno de los títulos más extraños de la carrera de Delon en medio de la oleada psicodélica de los años sesenta y como oponente femenino ni más ni menos que a Marianne Faithfull como jinete libertina a lomos de una Harley-Davidson y vestida de cuero. Casi medio siglo después, la película sigue conservando intactas sus virtudes bizarras.'La piscina' (Jacques Deray, 1969). El reencuentro de Alain Delon con su antigua compañera sentimental Romy Schneider envolvería el rodaje en una gran expectación. Delon conseguía uno de sus grandes éxitos gracias a este 'thriller' ambientado en Saint-Tropez y la carrera de Romy Schneider conocía una nueva etapa. Completando el reparto, Maurice Ronet y Jane Birkin recién desembarcada de Londres acompañada de un celoso Serge Gainsbourg.'El clan de los sicilianos' (Henri Verneuil, 1969). Reunión en la pantalla por primera (y última) vez de los tres hombres duros del cine francés: Jean Gabin, Lino Ventura y Alain Delon. Gran éxito comercial en el que destaca la banda sonora compuesta por Ennio Morricone, que iniciaba su colaboración con el cine francés. Delon cerraba una década como gran estrella internacional y de la taquilla.'El círculo rojo' (Jean-Pierre Melville, 1970). Otra vez bajo la dirección de Melville, Alain Delon volvía a renacer como el héroe a contracorriente del cine policiaco francés. Todavía tendrán ocasión de volver a juntarse -'Un flic'- poco antes de morir el realizador, cerrando su impecable trilogía del cine negro francés.'Borsalino' (Jacques Deray, 1970). Con una gran máquina publicitaria, la película anunciaba el encuentro por primera vez en la pantalla de las dos grandes estrellas del cine francés y "enemigos íntimos", Alain Delon y Jean-Paul Belmondo. La expectación tuvo su recompensa en la taquilla para esta historia de amistad y gánsteres en la Marsella de los años treinta.'La viuda Couderc' (Pierre Granier-Deferre, 1971). Después de Jean Gabin, Delon se enfrentaba a otro monstruo sagrado del cine francés, una ya madura Simone Signoret llena de fuerza y una excelente adaptación de la novela homónima de Georges Simenon. Delon dejaba por unos momentos sus personajes de acción para sumergirse con éxito en el drama psicológico.'La primera noche de quietud' (Valerio Zurlini, 1972). Con titulo de unos versos de Goethe, uno de los más bellos papeles de Delon en la década de los setenta como un profesor destructivo y nihilista que encuentra su salvación en el amor de una alumna. A pesar de las pésimas relaciones entre el director, Valerio Zurlini, y el actor, la película resta como uno de los títulos más conmovedores del cine italiano de los setenta.'Nouvelle Vagu'e (Jean-Luc Godard, 1990). A diferencia de su compañero de generación, Jean-Paul Belmondo, Alain Delon pasó de puntillas sobre el cine de la 'nouvelle vague'. Su colaboración con Godard supone el encuentro -con bastante retraso- de dos estrellas y dos mundos cinematográficos que hasta entonces habían permanecido antagónicos.'Asterix en los Juegos Olímpicos' (Thomas Langmann, Frédéric Forestier, 2008). A falta de un 'peplum' o película de romanos en su biografía cinematográfica, Alain Delon se colgaba los laureles romanos de Julio Cesar en la tercera entrega de saga y ponía de manifiesto su sentido del humor para la autoparodia.