El calvario de las tortugas del jardín tropical de Atocha
Unos 15 millones de viajeros pasan cada año por la estación de Atocha y prácticamente todos ellos conocen el estanque de las tortugas. Un día a alguien se le ocurrió abandonar una cría de quelonio en el estanque del jardín tropical. Su gesto fue imitado por cientos de personas, que vieron en este lugar un hábitat idóneo para estos animales que ya no querían tener en casa. A raíz de esta práctica y de la reproducción entre ellas, el número de tortugas ha aumentado considerablemente, dando origen a una colonia de unos 250 ejemplares.
Hoy el estanque está lleno de tortugas y el agua infectada por los residuos arrojados provoca diariamente la muerte de varias, que son retiradas por el servicio de jardinería, lo que evita que la gente las vea, según una denuncia cursada en Change.org. Pero los fines de semana no está operativo este servicio, por lo que es habitual ver varios ejemplares flotando muertos y acumulándose en los laterales del estanque, desplazados por los que aún viven.
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