Cruce de caminos entre el norte y el sur, entre dos culturas y dos religiones, escenario de tratados internacionales, con sus 125.000 habitantes es la puerta del sur de Europa
Una de las grúas de 70 metros de altura de la operadora APM, necesarias para cargar los más grandes barcos portacontenedores. En el puerto se trabaja día y noche, 365 días al año. Al fondo, Gibraltar.Alfredo CálizAmanecer en el puerto de Algeciras. En el muelle, un portacontenedores Triple E, de la compañía Maersk, los más grandes del mundo, con capacidad para transportar 18.000 contenedores. Tardan en torno a 20 días desde China hasta estas aguas.Alfredo CálizAlgeciras además de su proyección portuaria, mantiene cierto sabor fronterizo, frente al puerto se suceden cafetines frecuentados por los viajeros que quieren degustar el té con hierbabuena y la pastela marroquí. Sobre la pared, un fresco de la bahía de Algeciras.Alfredo CálizExplanada llamada Llano Amarillo, en la que se agrupan los coches durante la Operación Estrecho cada verano. En torno a un millón de personas cruzan el Estrecho de Gibraltar entre Europa y el Norte de África.Alfredo CálizLa Guardia Civil tiene la potestad del control de fronteras en el territorio español. Un miembro de la Jefatura Fiscal y de Fronteras, con un perro adiestrado, buscan estupefacientes y explosivos en los contenedores recién llegados del norte de África.Alfredo CálizEl consulado marroquí frente al puerto de Algeciras. En torno al puerto se ha creado un ecosistema fronterizo que no se parece a ningún otro lugar, se agolpan establecimientos de venta de billetes de ferry y muy cerca de aquí hay un mercado de gusto árabe.Alfredo Cáliz
