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Hace 15 años, Gloria Iglesias, azafata de Iberia, montó su propia ONG: una casa de acogida para toxicómanos. Durante estos tres lustros ha convivido con 180 hombres, la mayoría drogadictos y alcohólicos. Ha logrado rehabilitar "al 80%" y ha llorado como una madre a los 10 que se le han muerto en el camino. En la imagen posa con cinco de sus actuales compañeros de piso; con Rey, el trabajador social que la acompaña desde entonces, y con Calcetines, un perro que Gloria recogió de la calle, como al resto de inquilinos de la casa.
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La mujer que lloró por 180 hijos

Gloria Iglesias, azafata de Iberia, abrió hace 15 años una casa para rehabilitar a toxicómanos. Ahora son ingenieros desahuciados los que llaman a su puerta

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