Karin Kneffel fue presentada por primera vez en Galicia en 2006, ahora, 41 piezas hacen un recorrido por los últimos años de la artista, volcados en sugerir y plasmar detalles en una obra realista que se acerca de forma sutil al barroco. A lo largo de su trayectoria artística, Kneffel ha abordado temas propios de la pintura costumbrista, con paisajes, representaciones de animales, bodegones o interiores con la motivación de hacer que lo aparentemente familiar y cotidiano se convierta en inédito a ojos del público. Partiendo de un objeto visible, transforma su realidad objetiva en una nueva realidad que nace de la mirada y la conciencia de la artista.
Sus obras muestran la privacidad del interior de una casa, en la arquitectura, inspirándose en las casas construidas por Mies van der Rohe, o en la propia naturaleza, pintando jardines que se ven a través de cristales empañados y sobre los que ha dibujado con el dedo o se deslizan gotas de lluvia.
Kneffel incluye con cierta frecuencia, en sus obras más recientes, fotogramas de largometrajes del cineasta Alfred Hitchcock, entre los que figuran The Man Who Knew Too Much, Sabotage o Torn Curtain.
La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 8 de febrero de 2015, también incluye una revisión de otros dos grandes temas en el trabajo de Kneffel: las pinturas de fruta y las pinturas de fuego. Bajo este último epígrafe se cobija la pieza más antigua de la exposición, que data de 1996. La selección también incluye un grupo de pequeñas pinturas con seres humanos, de 2005, y tres pequeñas piezas de pescadores del año 2003.