10 fotosDe Ratzinger a Benedicto XVIRecorrido por las imágenes que transformaron al cardenal alemán Joseph Ratzinger tras su elección en el cónclave del 19 de abril de 2005 como nuevo Papa, con el nombre de Benedicto XVI. 13 mar 2013 - 10:17CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl cardenal alemán Joseph Ratzinger abandona el Vaticano tras participar en una reunión con todos los cardenales, celebrada el 11 de abril de 2005, y en la que Ratzinger les convenció de que no era conveniente que se hablara con los medios de comunicación. Unos días más tarde todos los cardenales se encerrarían en un cónclave para elegir papa. A Ratzinger se le consideró desde la muerte de Juan Pablo II como uno de los papables con más posibilidades de ser elegido.Plinio Lepri (AP)Los cardenales asisten el 18 de abril de 2005 a la misa "pro eligendo pontifice" oficiada por el cardenal Ratzinger en la basílica de San Pedro. Esta misa se celebra en la mañana del día que se encierran en cónclave. En la misa, el que iba a ser elegido papa finalizó su homilía rogando "con insistencia al Señor para que, después del gran don del papa Juan Pablo II, nos dé de nuevo un pastor según su corazón, un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor, a la verdadera alegría."Jerry Lampen (REUTERS)Un grupo de cardenales entra en fila en la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave que elegirá al sucesor del papa Juan Pablo II, el lunes 18 de abril de 2005. Su recorrido empieza en el hospicio de Santa Marta y tras entrar en la Sixtina se cierran las puertas. La primera jornada del cónclave se inicia con el juramento de los cardenales e inmediatamente se procede a la primera votación que da paso a la primera fumata. Como era esperable, ningún cardenal consiguió el número suficiente de apoyos y la fumata fue negra.L'Osservatore Romano (REUTERS)Los cardenales asisten a la primera misa presidida por el papa Benedicto XVI, en la Capilla Sixtina. En la primera homilía tras ser elegido Papa, el hasta ahora cardenal Joseph Ratzinger, de 78 años, se propuso como objetivo "la reconstitución de la unidad plena y visible de todos los seguidores de Cristo". La elección de Ratzinger se produjo tras un cónclave rápido y se transmitió la sensación de que no hubo rivalidad importante con otros cardenales. La fumata blanca se vió a las 17:50 del martes 19 de abril de 2005.L'Osservatore Romano (AP)Joseph Ratzinger saluda sonriente a la multitud que abarrotaba la plaza desde un balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano, tras su elección en cónclave como nuevo Papa, con el nombre de Benedicto XVI, el 19 de abril de 2005. En su primeras palabras, tímidas y desnudas de solemnidad, dijo: "Queridos hermanos y hermanas, después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde obrero en la viña del Señor".GEORGI LICOVSKI (EFE)El papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, saluda desde el balón central de la Basílica de San Pedro del Vaticano, tras su proclamación el 19 de abril de 2005: "Annuntio vobis gaudium magnum habemus Papam", fórmula con la que el protodiácono chileno Jorge Arturo Medina Estévez anunció al mundo la decisión de los cardenales. Miles de personas abarrotan la plaza y contemplan la primera salida al balcón del nuevo papa.GEORGI LICOVSKI (EFE)El papa Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger (centro), se dirige a los apartamentos papales del Vaticano, para retirar el precinto que fue colocado tras la muerte de su antecesor, Juan Pablo II, el 20 de abril de 2005. Estos apartamentos papales en el Palacio Apostólico, rotos ya los sellos, necesitaban en esos momentos algunas reformas antes de acoger al nuevo inquilino, por lo que no se alojó allí de inmediato. Ratzinger fue elegido nuevo Papa en uno de los cónclaves más cortos de la historia y se le consideraba el más cercano colaborador de Juan Pablo II, guardián inflexible de la doctrina y azote de teólogos innovadores. El cardenal Ratzinger recogía el testigo de un pontificado muy largo e iniciaba el suyo, que se auguraba entonces que no tendría tanta duración.POOL (EFE)El papa Benedicto XVI firma un documento, en presencia de los cardenales Angelo Sodano (dch.) y Eduardo Martínez Somalo (izq.), en el Vaticano, al día siguiente de su nombramiento, el 20 de abril de 2005. A Sodano le nombró secretario de Estado y número dos y quiso subrayar que Sodano no era reintegrado al puesto que ocupaba desde hacía casi 14 años, sino elegido de forma específica. Esa jornada durmió en su habitación de la residencia Santa Marta, estrenó los ropajes blancos de pontífice y por la tarde fue a su antiguo domicilio, en la plaza de la Muralla Leonina, para hacer las maletas y trasladarlas a Santa Marta, su residencia provisional. A la salida, el Papa se mezcló con la gente y saludó y estrechó manos a cuantos se le acercaban.POOL (REUTERS)El papa Benedicto XVI, saluda a la multitud congregada ante su antigua residencia, en Roma, el 21 de abril de 2005. El Papa se había encerrado durante largas horas en su habitación-despacho de la residencia de Santa Marta (aún no utilizaba las habitaciones papales ni las oficinas vaticanas) para tomar las decisiones más urgentes y por la tarde volvió a acudir a su piso del Borgo Pío, cerca del Vaticano, para seguir disponiendo la mudanza. Se reprodujeron las escenas de la víspera: una multitud se concentró ante las puertas del edificio para saludar al Papa, que viajaba a bordo de un Mercedes negro.DOMENICO STINELLIS (AP)El Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, entrega al papa Benedicto XVI el Anillo del Pescador, que junto con el palio de lana simboliza el ministerio pontificio, durante la solemne misa de coronación celebrada el 24 de abril de 2005, dando inicio al Pontificado en la plaza de San Pedro. "Mi auténtico programa de gobierno", anunció en la homilía, "es el de no hacer mi voluntad, ni seguir mis propias ideas, sino ponerme con toda la Iglesia a la escucha de la palabra y la voluntad de Dios, y dejarme guiar por Él". Ratzinger insistió en conseguir la unidad de católicos, ortodoxos y protestantes. "La Iglesia está viva", proclamó, en uno de los momentos más significativos del sermón, "la Iglesia es joven y lleva en sí el futuro del mundo".Angel Díaz (EFE)