Dos detenidos en el puerto de Barcelona en la mayor operación de la Guardia Civil contra el tráfico de droga

Los controlaban por sus horarios; por la coincidencia siempre con las mismas empresas; por la mercancía que transportaba el carguero; por la ruta del mismo... Esos indicios hicieron sospechar a la Guardia Civil de dos trabajadores y de un contenedor de café que partía en un barco en República Dominicana, con escala en Brasil, y con Barcelona como destino final. La operación se ha saldado con la detención de los dos empleados del Puerto de la ciudad, que llevaban años trabajando en el muelle, y con la incautación de 625 kilos de cocaína. Es el golpe al narcotráfico, medido en kilos de droga, más importante que se ha dado en el Puerto de Barcelona en los últimos años.

El 29 de septiembre, el barco que transportaba el contenedor repleto de café amarró en el puerto de Barcelona. La Guardia Civil llevaba casi dos meses siguiendo la ruta del mismo. Con discreción, los agentes revisaron la carga y hallaron 34 pastillas de cocaína escondidas en 16 bolsas de deporte al final del recipiente. Sacaron la droga y cerraron de nuevo el contenedor, que sometieron a vigilancia. Al poco, dieron con los dos trabajadores, que se encargan de cargar y descargar buques en el Puerto, en busca, supuestamente, de la cocaína. La Guardia Civil les detuvo. Ambos han ingresado en prisión por orden del juez, según ha explicado esta mañana el teniente Jacinto Tarín.

La investigación persigue ahora detener al resto de narcotraficantes implicados en este caso. La red ya intervino al menos en Brasil, donde alguien vigiló el contenedor, introdujo la droga y reprodujo a la perfección el sellado del mismo, elaborando dos copias: una para cuando lo abrió y metió la droga, y una segunda, que viajaba en unas de las mochilas encontradas en Barcelona, que tenía que haber servido a los dos detenidos para sellar de nuevo el recipiente sin dejar huella.

Los narcotraficantes se valieron para introducir la cocaína en Barcelona de una técnica conocida como "gancho perdido". La empresa propietaria de la mercancía desconoce que alguien les ha colado droga en su contenedor. Los narcotraficantes eligen una víctima, y la utilizan para sus fines sin que estos lo sepan.

"En este caso no ha habido chivatazo, nos hemos basado en el análisis documental", han asegurado fuentes policiales. La Guardia Civil está todavía analizando la pureza de la cocaína, pero calcula que en el mercado, una vez adulterada, podría haberse multiplicado por dos. "Parte de la droga iba destinada a Barcelona, y otra parte al resto de España", ha indicado el capitán jefe de la Unidad Portuaria, Francisco Soto. Según este, en los últimos tiempos han detectado un aumento de la introducción de drogas en el Puerto vía contenedores, en detrimento de la droga que llegaba oculta en embarcaciones de cabotaje.

La Guardia Civil y Vigilancia Aduanera forman conjuntamente la Unidad de Análisis de Riesgo (UAR) en el puerto, donde diariamente se controlan entre 7.000 y 8.000 contenedores que pueden resultar sospechosos, bien por su procedencia (las conocidas como "rutas calientes"), bien por su mercancía. En lo que va de año, la Guardia Civil se ha incautado de 1.000 kilos de cocaína (teniendo en cuenta esta operación) y unos 2.000 de hachís. De hecho, en los últimos días han dado con una nueva carga de droga introducida en el Puerto, también usando el método del "gancho perdido". Se trata de una "cantidad considerable" de estupefacientes, ha explicado Soto, que no han dado más detalles de la nueva investigación.