Revancha en el centro del mundo

A Matilde Asensi nadie le explicó que en el siglo XVII "Sevilla era Wall Street, el centro del mundo, del universo". Por eso, eligió esa antigua metrópoli para recrear la segunda parte de su trilogía sobre Martín Ojo de Plata, una mujer que se traviste de hombre para limpiar el honor de su familia. Catalina Solís, que ya era Martín Nevares en la novela Tierra firme, recupera su falsa identidad en Venganza en Sevilla (Planeta, 2010). "Una novela de aventuras" que ayer presentó a nivel internacional en la capital hispalense.

La autora del superventas El último Catón reproduce una Sevilla que fue "la capital del imperio" para contar una revancha entre familias: los Nevares y los Curvo. De fondo, el reinado de Felipe II, la Contrarreforma y la Santa Inquisición en su máximo esplendor. En ese tiempo, las grandes fortunas convivieron con la absoluta miseria. "No tenía ni idea de que había muchos españoles muriéndose de hambre, mientras llegaba oro de las colonias", confesó Asensi.

A través del Archivo de Indias ?la institución sevillana que reúne el legado más importante sobre las relaciones con América?, la escritora descubrió que la capital hispalense era el eje del comercio, donde desembarcaban los galeones cargados de metales preciosos. Una elección de ciudad que nació como una propuesta de su editorial y que germinó mientras leía libros y mapas de la época. En Sevilla se generó "una cultura de pícaros, de apariencia, corrupción y deshonor". Y hasta allí se traslada Catalina Solís para transformarse en Martín Ojo de Plata. La mujer travestida fue un personaje habitual en la literatura del Siglo de Oro. "Tenían que hacerse valer en un mundo de hombres". "En la calle, la situación de la mujer era equivalente al de la musulmana en la actualidad", comparó ayer la autora. "Era bastante común, porque era real".

Indignación histórica

El trabajo de documentación para escribir Venganza en Sevilla ha llenado de indignación histórica a Asensi. "Durante tres siglos, en Sevilla se decidía la economía del mundo, cómo pudo ser que no lo supiéramos". También reconoció su sorpresa al leer bibliografía en la que se afirmaba que era normal entre los criollos "hacer muchos hijos a sus esclavas negras" para tener más mano de obra. La ciudad era entonces "una tierra de negros y blancos", afirmó ayer la escritora alicantina. "He aprendido que conocemos muy mal nuestra historia", remachó arropada por sus editores.

La segunda, por detrás de Pérez Reverte

Asensi se declara precursora del género de aventuras dentro de la novela histórica en castellano. Eso sí, se relega al segundo lugar en la lista de los autores españoles que personifican esta clase de literatura. "Primero fue Arturo [Pérez Reverte], después fui yo y después [la serie televisiva] Aguila Roja, porque la tele tiene mucho encanto y glamour", añadió bromeando.

Tras confesar su vicio por los libros ?"a otros le gusta irse de tiendas, a mi me gusta presumir de biblioteca"?, Asensi ejerció de juez: "La literatura es un placer, pero leemos por esnobismo, porque nos obligan; la hemos convertido en una asignatura que hay que aprobar".

Reivindica el género de aventuras porque, según dice, "no pasa de moda". De ahí que Venganza en Sevilla forme parte de una trilogía. Una gran historia que arranca con Catalina Solís en una isla de las Antillas, pasa por la capital hispalense, y volverá a viajar en una última parte, aún por escribir. "Primero tengo que aprender inglés, por eso me he ido a Inglaterra", priorizó Asensi.

A su vuelta a España, no descarta que el personaje principal, siempre preocupado por salvar su buen nombre, se enamore. "Dentro de dos o tres años estará el siguiente libro... Todo es posible", deslizó esta escritora que lleva una década publicando y que anteriormente ejercía el periodismo.