España alega ante Portugal que la sequía le impide cumplir el caudal pactado en el Tajo
Invoca la cláusula de excepción por primera vez desde 2005.- En el último curso ha enviado 236 hectómetros cúbicos menos de lo previsto
La sequía que sufre la cuenca del Tajo impidió a España cumplir en verano el caudal pactado con Portugal, según afirma la directora general del Agua, Marta Morén, que este martes se reunió con sus homólogos portugueses para hablar de los caudales en los ríos. Por la frontera, el Tajo llevó en el último curso hidrológico (2009-2010) 236 hectómetros cúbicos menos de lo pactado en el convenio de Albufeira, el acuerdo de 1998 firmado entre los dos países y que regula los caudales de los ríos transfronterizos. El caudal está un 8,7% por debajo del mínimo pactado. España, según Morén, ha invocado la cláusula de sequía, "ya que en ese trimestre la lluvia en la cuenca del Tajo se situó en un 50% de la media", lo que exime a España del caudal. La falta de agua ha levantado polémica en Portugal y las protestas comienzan a surgir.
Morén asegura que "no hay ninguna reivindicación portuguesa" y añade que Lisboa también está en estado de excepción respecto al caudal que por normativa europea debe llegar a la desembocadura del Tajo. "Cuando vuelva a haber agua en el Tajo se restituirá", añade Morén, quien sostiene que en la reunión se trató sobre la dificultad de aplicar el nuevo sistema de caudales que entró en vigor en agosto. Hasta ahora, había un caudal anual (2.700 hectómetros cúbicos al año en el caso del Tajo) que debía pasar por la frontera. La legislatura pasada, a petición de Portugal, se reformó la medición y se fijaron mínimos trimestrales, mensuales y semanales. Portugal pretendía así reducir la variabilidad de los ríos. Pero ahora es España la que invoca que hay un trimestre de sequía, cuando antes tenía que darse la sequía en todo el año.
En 2005, España ya invocó la cláusula de sequía para el Duero. Y desde mayo el Tajo sufre una grave e inusual sequía. Es inusual porque la zona más afectada es la occidental, cuando lo lógico sería que lloviera menos en el Este. La situación ha llevado a que el ministerio prepare un decreto ley con medidas urgentes para abastecer comarcas de Cáceres.
Paulo Constantino, del Movimiento Protajo portugues, critica la postura española: "No es verdad que la sequía sea la causa porque la convención fue incumplida por 236 hectómetros cúbicos. Mientras tanto, España trasvasó del Tajo al Segura 293 hectómetros cúbicos, que son los que faltaron en Portugal. El agua que nos falta no se debe a la sequía sino a la transferencia de agua entre las cuencas españolas. El Segura tiene agua suficiente".
La pugna soterrada por el Tajo crece porque el Gobierno planea un trasvase desde el Tajo Medio, en Cáceres, al Segura, que se suma al actual acueducto y al del Tajo Guadiana para abastecimiento, que está a punto de entrar en funcionamiento. España considera que mientras cumpla el convenio de Albufeira Lisboa no tiene nada que opinar sobre el asunto. Pero la presión popular comienza a crecer con alianzas entre ecologistas de ambos lados de la frontera. Constantino afirma que la manifestación en Talavera de la Reina (Toledo), en junio pasado, que reunió a decenas de miles de personas en contra de los trasvases del Tajo fue "el despertar de las conciencias" al otro lado de la frontera. Éste critica el plan del ministerio de Medio Ambiente para impulsar la depuración de las aguas residuales de Madrid: "Lo que pretenden es depurar las aguas de Madrid para mandarlas a Portugal para que así España utilice agua de calidad para su agricultura y su turismo. Con la política de trasvases del Tajo Portugal no podrá cumplir la directiva marco del agua sobre calidad de los ríos".
El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, pidió el pasado octubre al primer ministro portugués, José Sócrates, una reunión para "lograr que el río Tajo mantenga el caudal que satisfaga las necesidades de nuestros pueblos".
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