Scotland Yard investiga si los teléfonos de otros personajes públicos han sido intervenidos
Al menos un diputado ha sido víctima de la interceptación de llamadas, tras la investigación de pinchazos a los teléfonos de la familia real británica
La Policía británica continúa su investigación sobre los teléfonos pinchados a los funcionarios de la Casa Real, entre ellos el personal que trabaja con el príncipe Carlos, y uno de los tres detenidos ya está en libertad bajo fianza. Scotland Yard ha informado además de que también inspecciona si otros personajes públicos ajenos a la Familia Real han padecido la interceptación de sus llamadas.
Scotland Yard ha señalado que el caso lo conduce una unidad antiterrorista por las consecuencias que pueda tener para la seguridad de la Familia Real. La investigación se inició hace más de siete meses cuando el personal de Clarence House denunció irregularidades en sus líneas telefónicas.
La cadena británica BBC ha asegurado que las llamadas interceptadas fueron al secretario de comunicación del Príncipe de Gales, Paddy Harveson, y a dos empleados de la oficina que se ocupan de los asuntos de los príncipes Guillermo y Enrique.
La Policía cree que es probable que ninguno de los teléfonos de la Familia Real haya sufrido estos delitos e investiga si otros personajes públicos han padecido escuchas ilegales en sus llamadas. Se descarta que uno de ellos sea el primer ministro, Tony Blair, aunque, al menos, a un diputado se le habrían pinchado sus llamadas.
Hayley Barlow, portavoz del semanario 'News of the World', cuyo editor fue arrestado ayer, no ha realizado más comentarios al respecto, como tampoco lo ha hecho la oficina del príncipe Carlos, lugar desde el que se inició la investigación acerca de las presuntas escuchas secretas.
La Policía de Londres afirmó en un comunicado que la operación se centraba en "unas repetidas brechas de la seguridad telefónica, durante un importante período de tiempo, así como el potencial impacto que tendría en la seguridad de cierto número de individuos".
La Policía estimó que es probable que ninguno de los teléfonos de la Familia Real esté pinchado, pero otras personalidades publicas han sufrido este tipo de delito, por lo que se está investigando el asunto, tras recibir denuncias del personal de Clarence House, la residencia oficial del Príncipe de Gales, por una posible interceptación de llamadas.
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