Un funeral presidido por los Príncipes despide a los 18 muertos por inhalación de gas en Castellón

Los Príncipes de Asturias y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fenández de la Vega, han presidido esta tarde en la Iglesia de Santa María la Mayor de Morella (Castellón), el funeral casi de Estado con el que se ha despedido a las 18 personas que perdieron la vida la madrugada de ayer domingo, asfixiados en un albergue de Todolella. Cerca de 1.800 personas han abarrotado la iglesia, mientras que otras 500 han seguido la ceremonia desde el exterior, a través de altavoces.

Los Príncipes han querido mostrar su solidaridad con las familias de las víctimas, a los que han saludado antes y después del funeral. Más allá de esta ceremonia institucional —a la que también asisten el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, amén de otras autoridades locales y regionales—, los féretros de esos 11 hombres y siete mujeres han sido ya trasladados a sus localidades de origen, en las que han celebrado, también desde las cinco, los funerales y entierros de cada uno de ellos. Tres de las víctimas eran Villafranca del Cid (Castellón); tres de Morella (Castellón); dos de Burriana (Castellón); tres de Alquerías del Niño Perdido (Castellón) —formaban parte del grupo musical que actuó en la fiesta—; dos de Vinarós (Castellón); una de Nules (Castellón); una de Valencia; una de Mula (Murcia), una de Aguaviva (Teruel) y una de Torrechiva (Castellón). Tenían edades comprendidas entre los 18 y los 43 años.

El obispo de la Diócesis de Tortosa, Javier Salinas, encargado de oficiar la ceremonia, ha llamado a la esperanza a los familiares y amigos de los fallecidos. Durante la homilía, Salinas ha asegurado que, aunque el dolor es grande, "queremos dejar sitio en nuestro corazón a la esperanza que nace de la palabra de Jesús".

La madre de una víctima, ingresada

Esta mañana se ha realizado la autopsia a los cuerpos sin vida en el Instituto Anatómico Forense de Castellón. En este sentido, el vicepresidente del Gobierno de la Generalitat Valenciana, Víctor Campos, ha señalado que "todos los datos recabados parecen confirmar la hipótesis de la inhalación del monóxido". Las 18 víctimas murieron la madrugada del domingo en el albergue de la ermita de San Cristóbal, en Todolella, una localidad de 136 habitantes a cien kilómetros al norte de Castellón.

El monóxido de carbono despedido por la mala combustión de un quemador de una estufa fue la causa de la muerte. Las víctimas formaban parte de un grupo de medio centenar de amigos que alquiló la casa rural para pasar la noche tras celebrar el 50º cumpleaños de uno de ellos, Bartolomé Meseguer, que salvó la vida al dormir en otra habitación junto con su novia. Entre los muertos figura una pareja, natural de Morella (Castellón) aunque residente de Lleida, que se había casado hacía pocos meses. También figuran los integrantes de un grupo de música que fueron a animar la fiesta, entre ellos, un joven de 18 años que sustituía a un miembro de la banda que la abandonó hace pocos días.

La madre de uno de los fallecidos permanece ingresada en observación en el Hospital de la Plana de Castellón, con una crisis de hipertensión, según han informado fuentes de la Generalitat, que ayer decretó día de luto oficial para hoy. La Consejería de Sanidad mantendrá en los próximos días un dispositivo especial en aquellos municipios en los residen los familiares y amigos de las víctimas por si necesitaran cualquier tipo de ayuda. Los familiares y amigos de las 18 muertos fueron atendidos durante toda la noche y en la jornada de hoy por 28 psicólogos y tres psiquiatras, que hasta el momento han prestado asistencia de forma ininterrumpida a más de 250 personas.