La falta de matronas tensiona paritorios y ambulatorios: “En algún momento las futuras madres se quedan solas”
Estas sanitarias denuncian falta de plazas para ejercer la profesión y ausencia de relevo ante la pronta jubilación del 30% de sus compañeras. Algunas piden que la formación sea una carrera y no una especialidad del grado de Enfermería
Otro verano más la atención a la salud sexual y reproductiva femenina merma por la falta de matronas, un problema que arrastra el sistema sanitario desde hace años y que se agudiza en julio y agosto. El déficit de profesionales...
Otro verano más la atención a la salud sexual y reproductiva femenina merma por la falta de matronas, un problema que arrastra el sistema sanitario desde hace años y que se agudiza en julio y agosto. El déficit de profesionales tensiona paritorios y ahoga centros de salud. En este país solo hay seis especialistas por cada 10.000 mujeres de entre 14 y 65 años, mientras la media europea alcanza las nueve. Se necesitan 5.093 trabajadoras más para compensar la diferencia, según el Informe sobre el desarrollo de la profesión de matrona en España: retos y recomendaciones, publicado en febrero de 2023. Preocupa el relevo porque se espera que en los próximos años se jubile el 30% de estas sanitarias. Por ello, demandan más plazas públicas para ejercer la profesión. En la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), responsable del estudio, abogan también por crear un grado propio en vez de acceder a la profesión mediante una especialización tras cursar la carrera de Enfermería.
Hay 9.834 matronas, el 93% de ellas son mujeres. Del total, 7.777 son colegiadas en activo, según los últimos datos de los que dispone el Instituto Nacional de Estadística. El Ministerio de Sanidad reconoce en un informe que España solo cuenta con 12,4 matronas por cada 1.000 nacimientos, mientras la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tiene 25 para atender el mismo cupo. En Finlandia, Bélgica o Irlanda hay más de 30 matronas por cada 10.000 ciudadanas. Son datos que sitúan a España a la cola de Europa, solo por delante de Hungría, Rumania y Eslovenia.
La secretaria de la junta directiva de la FAME, Cristina Franco, reconoce que “es un verano difícil, sobre todo, en Atención Primaria, donde aumentan las listas de espera, atienden profesionales no especialistas y algunos servicios dejan de ofertarse en el periodo estival”. A estas sanitarias se les ofrece no vacacionar y realizar “días extra” para paliar el problema. Los ambulatorios madrileños cuentan con 266 matronas para atender a más de 3,5 millones de mujeres.
Franco explica que en los paritorios sí se cubre el servicio asistencial, al ser imprescindible, pero aun así baja el número de compañeras por turno y se ven saturadas. El verano pasado fue más crítico porque las residentes de Enfermería Obstétrico-Ginecológica, cuya preparación para ser matrona dura dos años, empezaron las prácticas en septiembre y no en junio a causa de la pandemia de la covid-19, que retrasó el momento en el que comenzó su formación. Por tanto, no pudieron incorporarse al trabajo en el periodo estival, ya que aún estaban aprendiendo.
“Estos meses estamos apretaditas, hacemos más turnos en los hospitales de los que corresponden ante las incidencias porque los nuevos contratos realizados para cubrir vacaciones son muy ajustados”, cuenta la vocal representante de las matronas en el Consejo General de Enfermería, Montserrat Angulo. La semana pasada en su hospital atendieron nueve partos en un día, cuatro fueron asistidos por tres especialistas y cinco por otras dos.
“En algún momento las futuras madres se quedan solas, aunque están siempre monitorizadas y las auxiliares y las residentes intentan acompañar”, cuenta Angulo tras reconocer que pretenden ofrecer la mejor calidad asistencial posible, aunque sabe que esta puede mejorar si les conceden más medios. “Atender dos dilataciones a la vez es un peligro, sobre todo, si hay complicaciones”, advierte Paloma Repila, matrona portavoz del Sindicato de Enfermería.
El porcentaje de estas sanitarias que se van a retirar próximamente es superior al número de enfermeras que se especializan anualmente. “Hay que sacar plazas extraordinarias ante las jubilaciones inminentes. No digo que se dupliquen sine die, pero en los próximos años se necesita dar un empujón. Ahora mismo la oferta es escasa”, insiste Repila. Según los colegios profesionales, el 30% roza el retiro laboral.
En el año 2016, un 48% de las matronas tenía entre 36 y 50 años y un 34% se situaba entre los 51 y los 65. La Associació Catalana de Llevadores informó de que en 2022 se jubilaron en su comunidad autónoma 90 matronas y que entre 2022 y 2026 lo harían 711 más, pero calcularon que solo formarían en ese periodo a 359 especialistas. De ser así, el número de estas profesionales descenderá en Cataluña en un 27,6%, alejándose aún más de la media europea.
Las personas que superaron el examen de Enfermero Interno Residente, necesario para trabajar en la sanidad pública, solo contaron con 451 plazas en la última convocatoria para acceder a la especialidad Obstétrico-Ginecológica, una de las opciones favoritas entre quienes se presentan, según la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de Granada, Inmaculada García. Franco considera que la cifra es escasa y no entiende que se hayan ofertado 18 vacantes menos que el año pasado, cuando el déficit de profesionales y la falta de relevo generacional preocupan cada vez más. En 2022 se graduaron en España 11.166 enfermeros.
Esta problemática se arrastra desde hace décadas, cuando en 1987 se cerraron las Escuelas de Matronas porque España se sumó a la Comunidad Económica Europea y tuvo que adaptar sus formaciones al considerarse algunas de ellas obsoletas. Pero hasta 1992, que se estipuló la obligatoriedad de realizar la especialización tras cursar Enfermería para ejercer la profesión, hubo un parón. En 1994 volvieron al mercado laboral. “Durante mucho tiempo no salió ni una matrona a la calle en España. Fueron siete años sin nuevas tituladas”, cuenta Angulo.
Por ello, para Franco no es suficiente con aumentar las plazas públicas y aboga por diseñar un grado propio para ser matrona, en vez de recurrir al sistema de especialización, más largo. Siguiendo el modelo de Alemania, Francia o Italia, con una modalidad de acceso directo, cree que se facilita la entrada a la profesión con un menor coste público formativo. Inglaterra tiene las dos modalidades educativas vigentes.
Son muchas las personas que realizan sus estudios en el extranjero. Pero dentro del sector hay disidencias respecto al tema. “El modelo actual aporta mucho rigor, son dos años centrados específicamente en el sistema sanitario público, no en la Universidad”, defiende Repila.
En lo que todas están de acuerdo es en la creciente preocupación del sector por el intrusismo profesional, favorecido por la escasez de matronas. Las doulas, mujeres que acompañan a las embarazadas sin formación reglada específica, están cada vez más presentes en el mercado laboral. “Ayudan a tomar decisiones con poca evidencia científica sin estar suficientemente capacitadas porque hay muchos tipos de gestantes con distintas complicaciones”, advierte Repila.
Además, coinciden en la necesidad de mejorar las condiciones laborales. Angulo explica que se ofrecen muchos contratos temporales para cubrir puentes o vacaciones y que el salario ronda los 2.300 euros netos porque no se les concede un suplemento económico acorde a la formación: “Algunas prefieren trabajar de enfermeras siendo especialistas”. Pero según la evidencia científica, los partos asistidos por matronas reducen un 50% la posibilidad de ser instrumentados y un 40% el daño perineal severo. Por ello, el modelo con mejores resultados obstétricos es el One To One, en el que cada mujer es atendida durante el embarazo, el alumbramiento y el puerperio por una misma especialista, algo inviable en España.
Aun así, lo que más les inquieta es la situación en los centros de salud. “Nunca vamos a faltar en los paritorios, pero desaparecemos de la Atención Primaria, donde cada vez tenemos menos competencias”, lamenta Franco, al constatar que quedan relegadas a la esfera reproductiva sin atender el ámbito sexual y ginecológico.
“El puerperio es el gran olvidado y es la prueba de fuego para la mujer porque se encuentra muy sola. Además, se deja de lado el periodo infértil, que es muy extenso”, explica Repila. El 84% de las matronas encuestadas por el Consejo General de Enfermería asegura que no puede atender todas las competencias para las que está formada, algo que corrobora Angulo: “No queremos quedar recluidas al paritorio”.
Puedes seguir EL PAÍS Educación en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Más información
Archivado En
- Educación
- Sociedad
- Parto
- Partos hospitalarios
- Partos naturales
- Salud
- Sexualidad
- Reproducción
- Mujeres
- Verano
- Embarazo
- Enfermería
- Madres
- Universidad
- Convocatorias
- Ministerio de Sanidad
- Enfermeras
- Personal sanitario
- Intrusismo profesional
- Jubilación
- Plazas
- Profesiones
- Hospitales
- Ambulatorios
- Atención primaria
- Violencia obstétrica
- Ginecología
- Salud pública
- Sistema sanitario
- Titulaciones