¿Hacia dónde va la crisis energética en Europa?
El precio de la electricidad está de triste actualidad. El conflicto en Ucrania activa todas las alarmas (no solo en los hogares) y pone en entredicho el sistema energético en el viejo continente. Esta es la situación a la que se enfrentan las economías europeas
Durante los últimos meses, la energía, y más concretamente su precio, ha sido uno de los temas más candentes en la actividad económica y social de toda Europa. En España, sin ir más lejos, no hay día que no se hable de ello. En la calle, en el mercado, en el Congreso de los Diputados y en la Comisión Europea, la tarifa de la luz es uno de los asuntos que más preocupan. No hay semana en la que no se alcance un nuevo récord histórico. El más reciente, 700 euros el megavatio hora (MWh), desaconseja en muchos hogares conectar algunos electrodomésticos incluso de madrugada. Ahora, el conflicto entre Ucrania y Rusia, principal proveedor de gas (y petróleo, en muchos países) de la Unión Europea, amenaza con agravar la situación hasta límites desconocidos.
Pero el problema viene de antes. La fuerte recuperación post pandemia que han experimentado las economías desarrolladas, unida a la conocida como transición energética (la Unión Europea estableció objetivos del 55% de descarbonización para 2030 y neutralidad total de carbono en 2050), que ha llevado a realizar una escasa inversión en la industria en petróleo y el gas, ya habían disparado meses atrás los precios de los combustibles fósiles. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, la inversión de la industria en exploración y producción se situó durante los años 2020 y 2021 en su nivel más bajo de los últimos 15 ejercicios.
Y por si esto no fuera suficiente, llegó la invasión de Ucrania y el todavía germinal choque político entre Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos. Una situación que ha disparado la incertidumbre y las dudas en torno a la seguridad del suministro de gas natural a Europa. De esta forma, a finales del mes de febrero, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el precio del crudo superó los 100 dólares por barril. Al mismo tiempo, Europa veía cómo el precio del gas natural se quintuplicaba, solo en el último año. Para ser conscientes de las implicaciones económicas que tienen estos incrementos de precios, un dato tan revelador como preocupante: juntos, el petróleo y el gas suponen cerca del 60% de todo el consumo energético de la Europa de los 27.
La dependencia de Rusia
Cada año la Unión Europea importa aproximadamente unos 3.660 TWh de gas natural. De esta cantidad, casi el 45% procede directamente de Rusia. La pregunta cae por su peso: ¿Podrían las economías europeas sustituir el gas que reciben del gigante ruso si, llegado el caso, este país decidiera reducir o, incluso, cortar definitivamente el suministro? ¿Qué impacto tendría este escenario en las economías europeas?
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