¿Por qué la bolsa puede proteger nuestros ahorros?

La renta variable no solo nos amortigua ante de los incrementos de precios, también puede funcionar como un sistema de protección para nuestros ahorros ante crisis de todo tipo

La inflación es una de esas variables económicas que no solemos tener en cuenta a la hora de tomar nuestras decisiones en el día a día, a pesar de que su efecto sobre el ahorro de las familias puede ser considerable. Por ejemplo, según cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación acumulada en España entre enero del año 2000 y enero de 2021 fue del 49,9%. Es decir, que un dinero depositado en una cuenta corriente habría perdido prácticamente la mitad de su valor.

Ante semejante escenario, los datos nos dicen que, históricamente, la renta variable es uno de los tipos de inversión que mejor ha hecho frente a los incrementos de precios. De hecho, la rentabilidad real de las bolsas a largo plazo supera ampliamente a la inflación.

Además, la renta variable no solo nos protege de los incrementos de precios, sino que también puede funcionar como un sistema de protección para nuestros ahorros ante crisis de todo tipo.

¿Invertir nuestros ahorros en Bolsa?

Tener inversiones en bolsa allá por 2007 podría parecernos, a día de hoy, la peor idea del mundo. Apenas unos meses después, se desencadenaría -primero en Estados Unidos y luego en el resto del mundo-, la crisis de las hipotecas subprime y la gran crisis financiera internacional.

De repente, algunas de las entidades financieras más importantes del mundo se declararon insolventes, y los impagos y las quiebras corporativas se convirtieron en noticias habituales del día a día. Ante semejantes condiciones, las bolsas no salieron indemnes. El S&P 500 estadounidense, el índice bursátil más importante del mundo, llegó a caer un 57%.

Sin embargo, tras una brusca caída, las bolsas comenzaron a recuperarse casi a la misma velocidad. De esta forma, un ahorrador que hubiera invertido 10.000 € en el S&P 500 en sus máximos de 2007, habría visto duplicarse su inversión en 10 años. Y todo ello a pesar de invertir en el peor momento posible y sufrir acontecimientos como la crisis de deuda europea, el accidente nuclear de Fukushima (Japón) o el Brexit.

Y es que, en lo que respecta a la renta variable, los datos y los números son muy claros: en el largo plazo la inversión en bolsa ha sido, con mucha diferencia, no solo una de las opciones más rentables, sino también una de las mejores formas de protegernos ante crisis, procesos inflacionarios y colapsos económicos de todo tipo. Incluso -y esto es algo muy relevante- ante los peores escenarios inimaginables, la bolsa ha sido de gran ayuda para los inversores.

Argentina, finales del año 2001

Argentina, dirigida en aquel entonces por el presidente Fernando de la Rúa, atravesaba uno de los escenarios económicos más difíciles que podamos imaginar. La inflación superaba el 70% interanual, el PIB se estaba desplomando y, en cuestión de meses, el peso argentino perdió las tres quintas partes de su valor, arrastrando con él una parte sustancial de los ahorros acumulados por las familias argentinas.

Bajo semejantes circunstancias, el gobierno protagonizó el mayor impago de la historia, las cuentas en dólares fueron convertidas forzosamente a pesos que perdían valor cada día y más del 50% de los argentinos quedaron sumidos en la pobreza. El colapso era tal que, para frenar la fuga de divisas y capitales, el gobierno estableció un cierre bancario. Fue la denominada “Argentina del corralito”.

Pues bien, incluso ante semejante escenario tan adverso, la renta variable sirvió para mantener el ahorro de las familias.

Mientras la economía argentina seguía sumida en una terrible crisis y la mayor parte de los argentinos perdieron sus ahorros, la bolsa argentina, medida en dólares, se recuperó en relativamente poco tiempo. El caso de Argentina puede parecernos extraordinario, pero no fue un hecho aislado.

La crisis interminable de Brasil

En Brasil podemos encontrar otro buen ejemplo de cómo las bolsas, frente a la percepción que se suele tener, pueden contribuir a mantener nuestros ahorros. Durante los últimos 50 años, el país de la samba, los carnavales y el guaraná ha sufrido crisis, golpes militares e incluso varios procesos de hiperinflación. A pesar de todo, la bolsa brasileña cosechó una rentabilidad real superior al 6% anual. No obstante, debemos tener en cuenta que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.

En este nuevo vídeo de Si lo Hubiera Sabido, el nuevo canal impulsado por Mutuactivos que ayuda a esclarecer las principales claves de los mercados financieros, se muestra cómo a pesar de todos los tópicos y miedos que existen, la inversión en bolsa no solo puede ser una fuente de rentabilidad, sino que también puede contribuir a mantener nuestros ahorros.

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