La importancia del tacto en el futuro de los libros
Susaeta, una de las decanas de la edición de álbumes ilustrados y literatura infantil, encuentra nuevas vías para llegar a los lectores: una cuidada selección de sus ediciones y nuevas formas de distribución como la presencia física de sus libros en más de 500 oficinas de Correos
Antes incluso de aprender que la eme con la a se dice ma, que esa sílaba duplicada conforma el vocablo ‘mamá’, ya se lee; se lee al contemplar un dibujo, se lee acariciando una página —o apretando un botón o tirando de un hilo—, se lee escuchando, oliendo… “Lo que se consigue con estos libros preescolares tan estimulantes es que los niños y niñas establezcan una relación física y cotidiana con el libro”, explica Ana Delgado, editora de Susaeta. Un vínculo trascendental: ahí se forjan lectores, en ese gesto puede disputarse el futuro de la lectura y las industrias del libro (2.772 millones de euros anuales en España, según la Federación del Gremio de Editores). En la víspera de una de las ferias internacionales más importantes, la de Fráncfort (Alemania), que se celebra la semana del 16 de octubre, esta empresa familiar con seis décadas de antigüedad, líder en el sector del libro de adulto ilustrado y el infantil, abre las puertas de su sede madrileña.
Tras cada recodo, en cada pasillo de este dédalo, hay estantes a rebosar: los lomos apilados muestran títulos en hebreo, árabe, ruso, húngaro… Susaeta tiene más de 6.000 en catálogo, y sus títulos se publican en más de una treintena de idiomas. Hoy, en la era de las pantallas, la literatura para preescolares, niños y jóvenes es un sector boyante, creativo y muy competitivo, con un montón de pequeñas editoriales especializadas ofreciendo, con sus libros, educación, valores y entretenimiento. Susaeta es una de las decanas, conocida además desde hace años por aquellos álbumes ilustrados con los que lectores de varias generaciones pudieron asomarse a casi cualquier tema: de las matemáticas a la jardinería o los coches antiguos; y que hoy son un verdadero tesoro en las estanterías de un hogar. Luis Rodríguez, su director de Exportaciones, deambula por el almacén, donde ha dejado casi listas ya un par de maletas para su periplo alemán...
—El resto de editores viaja a Fráncfort con una tableta o un ordenador, yo me llevo dos palés de libros conmigo.
—¿Por qué?
—Nuestros libros tienen que tocarse.
La importancia del papel. Sus productos no se explican solo por su contenido, sino por el mimo con que se imprimen y encuadernan. “Acaricia esta cubierta, por ejemplo”, dice Rodríguez tomando de la enorme mesa blanca un atlas sobre dinosaurios; es rugosa, aterciopelada: “El papel simula un entelado antiguo”, relata. “Este tomo no puede venderse solo con una foto en una pantalla, a golpe de vista”. De hecho, el coste de fabricación y transporte supone más del 60% del precio de los libros de Susaeta.
Una motivación, el cuidado del objeto, que empapa de cabo a rabo todas las fases de trabajo, como indica la editora Delgado: “Cuando concebimos un libro debemos imaginar a la vez temática y formato: ¿qué puede llevar? Pop ups, recortables, ilustraciones… ¿Cómo podemos ser originales sin aumentar demasiado su precio de venta?”. En la respuesta a esta última cuestión se revela una de las particularidades que singulariza a Ediciones Susaeta: poseen imprenta propia.
Susaeta Ediciones
Año de fundación: 1963
95 empleados
4 sellos editoriales
14 delegaciones nacionales e internacionales
Más de 6.000 títulos activos en el catálogo
Ventas a más de 60 países en más de 30 idiomas
300 publicaciones anuales
Impresión y distribución propias
Ediciones en castellano, catalán, euskera e inglés
Un corazón de tinta
Raimundo Susaeta, de familia alavesa de agricultores, hombre de letras, emigró en 1949 a Lima (Perú) y montó allá, con otros socios, una imprenta. En 1963 decidió regresar y fundar Ediciones Susaeta: una editorial infantil que, gracias a no perder de vista su conocimiento de las artes gráficas y a una perspectiva internacional, pronto abrió delegaciones en América y Europa y se consolidó como una de las más notables del ramo en español. Desde 1984, sus hijos han continuado la labor. Susaeta, en un mundo como el de la edición, cada vez más concentrado en manos de grandes grupos, es todavía una empresa familiar.
“Nuestro tamaño nos permite una agilidad tremenda. Aquí no necesitamos reuniones para tomar decisiones: se toman en segundos, sin sentarnos, desde la puerta”, cuenta divertido Rodríguez. Cuando los editores detectan alguna tendencia o reciben alguna propuesta atractiva, cuando idean un título nuevo —hacen unos 300 al año— pueden materializarlo en un estrechísimo margen de tiempo. “Algunos álbumes ilustrados se trabajan con los artistas durante muchos meses”, aclara Delgado, aludiendo a la excepción que suele confirmar una regla, la que dicta que “gracias a las posibilidades que nos permite nuestra imprenta, en general, podemos responder al mercado rapidísimo”. Se trata de un modelo en el que controlan todo: diseño, preimpresión y primeras tiradas. Y, cuando se comprueba que el producto, a modo de prototipo, tiene la calidad esperada y cumple con sus estándares, se envía a otros impresores para que lo fabriquen a mayor escala. “Por una cuestión de costes; sería inviable imprimirlos todos aquí”, asume Rodríguez. “Pero es una garantía contar con esta maquinaria propia: nunca nos quedamos sin stock”.
Los libros ilustrados de Susaeta pueden adquirirse en el 'marketplace' de Correos y en más de 500 oficinas de Correos de toda España
Tres escalafones del proceso de un libro
Ana Delgado
Editora de literatura infantil
“Lo que más disfruto de mi labor editorial es la creatividad: toda clase de textos y formatos son posibles. Cada libro es un mundo nuevo”.
Luis Rodríguez
Director de Exportaciones
“Susaeta nació ya con vocación internacional. Y en casi todos los mercados tratamos de ocuparnos del proceso completo del libro, hasta su impresión, para mantener la calidad”.
Alberto González-Galatea
Responsable de Logística
“Estamos abiertos a todas las oportunidades que nos permitan aumentar nuestros puntos de venta porque tenemos esa capacidad. Y la de Correos, en sus oficinas y en su plataforma en línea es magnífica”.
7.000 libros a la hora para estar en todas partes
Son dueños del proceso hasta el final, también de la distribución. Desde su centro logístico en Daganzo (Madrid), son capaces de alcanzar todos los rincones del globo en tiempo récord. Su responsable, Alberto González-Galatea, explica el secreto: “Hemos instalado máquinas clasificadoras y, gracias a la inversión en tecnología, podemos procesar para su envío 7.000 libros cada hora”.
—¿Qué significa eso?
—Que en 24 o 48 horas podemos llegar a cualquier librería o, directamente, al cliente que compra nuestros títulos a través de la página web o en línea.
La obsesión de González-Galatea, la de toda la editorial en realidad, es estar presentes en el mayor número posible de puntos de ventas. Esto implica cuidar su presencia en internet: recientemente han comenzado a ofrecer su catálogo a través de Correos Market, la plataforma de Correos para empresas nacionales que les permite vender en línea sin ningún coste de intermediación.
Pero también conlleva trasladar físicamente sus libros a todos los espacios imaginables donde haya tránsito de gente: “Nada puede compararse al enamoramiento de un niño que hojea uno de nuestros libros y se encapricha de él”, cuenta la editora. No hay marketing como ese. “El hábito de consumo y compra va cambiando. Y Correos ha sabido ampliar tanto su abanico de opciones que hoy puedes hacer casi de todo en una oficina postal”, relata González-Galatea. ¿Qué podía faltar? Ahora, también comprar esos coloridos libros infantiles en más de 500 oficinas españolas, sin perder la oportunidad de sopesarlos, de disfrutarlos con todos los sentidos.