Cinco desafíos para los líderes de hoy

Las empresas necesitan responsables que sean conscientes de sus fortalezas, capaces de practicar la empatía a la vez que motivan a sus equipos en un entorno en el que la tecnología exige una actualización continua de las capacidades y la conciencia medioambiental crece

El ejercicio de la empatía es uno de los retos del líder: entrenar la capacidad de entender a los miembros del equipo, conocer sus necesidades y su manera de trabajar.
El ejercicio de la empatía es uno de los retos del líder: entrenar la capacidad de entender a los miembros del equipo, conocer sus necesidades y su manera de trabajar.iStock
Javier A. Fernández

¿Cómo distinguir a un buen líder empresarial del que no lo es? El dirigente, explica Àngel Castiñeira, director de la Cátedra de Liderazgo y Sostenibilidad de Esade, asume la responsabilidad de guiar a una organización, de velar por la consecución de los objetivos comunes y de interactuar con sus equipos para orientarlos y lograr su compromiso. Todos esos cometidos deben alcanzarse teniendo en cuenta un contexto, el actual, en el que se está redefiniendo la relación de las compañías con sus empleados, en el que se avanza imparablemente hacia una digitalización que lo transforma todo y en el que la sociedad empieza a ser consciente de la importancia de la sostenibilidad.

Esta coyuntura, explica Castiñeira, hace urgente que los líderes asuman nuevos desafíos en su día a día que permitan el cambio y el crecimiento de las empresas que encabezan. Estos son los retos que, de acuerdo con los expertos, han de enfrentar desde ya los responsables empresariales.

Primer desafío: autoconocimiento personal

El líder necesita conocerse a sí mismo para identificar sus fortalezas y sus debilidades. Si no lo hace, destaca Margarita Mayo, profesora de Recursos Humanos y Comportamiento Organizacional de IE Business School, no será capaz de gestionar bien las de los demás. Israel Carrasco, director del máster en Liderazgo y Desarrollo Personal de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), asegura que pocos responsables de equipo se paran a analizar sus cualidades para aprender a potenciarlas y poder así impulsar las de los demás.

Mayo, que trabaja con directivos para ayudarles a desarrollar sus aptitudes, señala que es vital que sepan cómo aplicarlas en todos los ámbitos, desde el establecimiento de la cultura empresarial hasta las actividades diarias. Pero, sobre todo, su éxito radicará en cómo suplen sus debilidades con las habilidades de otros miembros de su equipo. En este apartado, añade, entra en juego una cualidad que supone un desafío para muchos líderes: la humildad. “El liderazgo tiene relación con la capacidad para generar confianza en el equipo y la humildad es muy útil para que te vean de una manera más cercana”, destaca Mayo. El profesional ha de convertirse en un líder consciente, que sabe quién es y cuál es su propósito, el de sus compañeros y el de la empresa, asegura Ana Fernández, socia directora de la consultora Barna Consulting Group, que liderará el webinar Cómo gestionar los desafíos del liderazgo actual, organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell.

Apúntese al ‘webinar’

Cómo gestionar los desafíos del liderazgo actual, con Ana Fernández, socia directora de Barna Consulting Group. Organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell. Cuándo: 13 de diciembre, a las 16:00.

Segundo desafío: ser capaz de tener conversaciones que importan

Lourdes Repiso, profesora de liderazgo en OBS Business School, señala que el ejercicio de la empatía es otro de los retos del responsable empresarial: su capacidad de entender a los miembros del equipo, conocer sus necesidades y su manera de trabajar. Solo así podrá ajustar las dinámicas laborales y gestionar equipos heterogéneos y multidisciplinares. “Hoy se trabaja con personas de edades muy distintas y, por tanto, de varias generaciones, con diferentes formaciones y que viven en lugares dispares”, señala esta experta.

Una adecuada comunicación es, para Repiso, clave en el cuidado de las relaciones con las personas con las que se trabaja. Y, antes de hablar, conviene escuchar. Fernández puntualiza que el líder busca la manera de crear “conversaciones que importan” con sus equipos para comprender la realidad individual de cada uno. Por supuesto, no siempre va a ser fácil, porque a veces habrá que exigirles o transmitirles malas noticias, pero cuanto mayor sea la capacidad de empatía y la transparencia, más fluida será la comunicación.

Repiso observa que las compañías están haciendo un gran esfuerzo para que sus líderes ejerciten esta habilidad, pero aún muchas se resisten. “Siguen queriendo que haya alguien con un látigo, no han entendido que hay que buscar otras fórmulas para que el negocio prospere en el mundo actual”.

Tercer desafío: la motivación está en el interior

Mayo destaca que la motivación tradicional de los empleados es meramente extrínseca: van a trabajar porque reciben un beneficio a cambio, el salario. “Este tipo de liderazgo que aún domina nuestro ecosistema empresarial no genera empleados proactivos. Incluso, produce el efecto contrario: la desmotivación”. El nuevo liderazgo debe ir más allá de esta recompensa económica, explica, y apelar al propósito común y a las emociones. “Ha de complementarse con una motivación intrínseca, desde el interior del empleado”.

Fernández ha identificado un cambio en la base de las motivaciones. Tras la situación derivada de la pandemia, detalla, los trabajadores están reevaluando sus prioridades y quieren encontrar espacio y tiempo para lo que realmente les importa, y no trabajar más de lo necesario. “Hoy se habla del quiet quitting o renuncia silenciosa, que no significa que dejan su puesto, sino que abandonan la cultura del estrés y ponen límite al trabajo. Esto rompe los esquemas mentales de los superiores y exige una nueva manera de dirigir”.

Para esta experta, la labor del líder pasa por crear dinámicas que se adapten a las necesidades del equipo: “Por ejemplo, implementar el teletrabajo dos días a la semana para aquellos que lo deseen, de manera que se les proporciona cierta capacidad de decisión”, expone. Ana Sáinz, directora general de la Fundación Seres, entidad formada por 140 compañías que promulga el liderazgo responsable, destaca que la flexibilidad, entendida como la posibilidad de variar los horarios y fomentar la conciliación, es hoy esencial y supone el ejemplo más directo de impacto social que puede proporcionar la empresa empezando por sus propios trabajadores, a la vez que mantiene su competitividad y su fin último, la generación de beneficios.

Cuarto desafío: integrar la innovación

La tecnología forma una parte esencial de cualquier negocio, por lo que el líder ha de ejercitar el aprendizaje continuo para actualizar sus conocimientos. Cambia la manera de producir, pero también la forma de relacionarse con el equipo. Fernández advierte de que no puede dar la espalda a lo que pasa en su entorno, ya que su objetivo ha de ser estar al tanto de las innovaciones y conocer de qué manera la empresa puede valerse de ellas para mejorar y crecer. “El liderazgo implica que adaptemos la manera de dirigir. El líder tiene que aprender y, a veces, desaprender para incorporar nuevos conocimientos y habilidades digitales”, señala esta experta.

El responsable de equipo ha de entender el fin de la tecnología y por qué se utiliza en la empresa, aunque no sea un experto en su manejo. Por ejemplo, en este nuevo escenario en el que todo se puede medir, debe incorporar el dato en su toma de decisiones. Quizá no sea quien opere el software, pero debe absorber la información y entenderla para generar una respuesta ágil.

Quinto desafío: ser conscientes del impacto medioambiental

El líder ha de valorar el impacto social y medioambiental de todas sus decisiones. Para ello, afirma Castiñeira, profesor de Esade, ha de conocer cómo repercute la actividad de la empresa y la de todos los grupos de interés, desde los clientes hasta los proveedores, en el medioambiente y en la sociedad. “Es algo que ya se ha tratado en la cumbre del clima [COP27] en noviembre. En un futuro próximo no solo se va a exigir que el impacto sea neutral, es decir, que las organizaciones compensen lo que han contaminado, por ejemplo, sino que devuelvan más de lo que han obtenido del entorno”. Para ello, indica Sáinz, deben incorporar esta sensibilidad a sus planes estratégicos y a sus cuentas de resultados. “Se trata de integrar el concepto de legado, qué va a dejar la organización a las siguientes generaciones y cómo va a gestionar su supervivencia ante los retos del futuro”, concluye.

¿Quién se encarga del bienestar del líder?

El líder es el responsable de lograr el bienestar de sus subordinados, pero el suyo nunca suele tenerse en cuenta, asegura el informe Global Culture Report para 2023, de la consultora estadounidense O.C. Tanner. Están tan centrados en la gestión de los demás que, señala Lourdes Repiso, profesora de liderazgo en OBS Business School, se olvidan de ellos mismos. Esto, a la larga tiene consecuencias negativas para ellos y para la organización. “Nos encontramos con profesionales con graves problemas de salud a los 40 años”.

Este estudio señala que la gestión de la pandemia ha multiplicado sus responsabilidades, al añadir las derivadas de las medidas sanitarias, así como la coordinación del teletrabajo. Todo ello sin suficiente apoyo y sin los recursos necesarios, afirma este informe, lo que está produciendo un desgaste entre los líderes, que no son inmunes a la fatiga y al estrés.

Ana Sáinz, directora general de la Fundación Seres, institución que promulga un liderazgo responsable, destaca que se asume que su desgaste se compensa con el salario. Pero hoy empieza a ser insuficiente, por lo que propone que los consejos de administración, organismos que aprueban los salarios de los altos cargos, incorporen mecanismos para fomentar el bienestar emocional de los líderes. “Cuando el trabajador se siente cuidado, saca lo mejor de sí para la empresa, lo mismo con los superiores. Estos profesionales deben decirse: soy valioso para la compañía, pero debería cuidarme un poco”.

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