2022: el año del metaverso, el 5G y el robot con ruedas
Las empresas continuarán trabajando en la nube, para lo que tendrán que reforzar la seguridad de sus sistemas, pero también deberán adaptarse a la llegada de la cobertura 5G, el análisis de datos, la inteligencia artificial y, especialmente, prepararse para la inminente llegada del metaverso
Las predicciones tecnológicas suelen acertar el qué, pero raramente el cuándo. En 2008 Philip Rosedale promocionó un mundo virtual en el que, teóricamente, los ciudadanos iban a pasar la mitad de sus vidas. Este emprendedor estadounidense lo denominó Second Life, una comunidad digital en la que los usuarios podían realizar actividades con un avatar. Ahora se conoce como metaverso. En 1973, en plena crisis del petróleo, el físico estadounidense Jack Nilles propuso una idea atrevida para la época que bautizó como teletrabajo para reducir el consumo de gasolina. Medio siglo después el mundo lo puso en práctica. Las tendencias tecnológicas no entienden de calendarios. Y las transformaciones, que antes necesitaban años para asentarse, se consolidan ahora en meses. Héctor Ibarra, director gerente de Fjord, la agencia de diseño e innovación de Accenture Interactive, lo ve claro: “Si el cambio era una constante en nuestra vida, en los dos últimos años se ha acelerado de manera abrupta”.
Fjord propone en su informe anual de tendencias para 2022 que la transparencia, la conciencia, la confianza, la sensibilidad y, especialmente, la tecnología sean los conceptos que definan el próximo año. El mundo está cambiando y muchas de estas mutaciones ya protagonizaron 2021 y se consolidarán en 2022. Estas son las transformaciones que no deben perder de vista las empresas.
El metaverso más allá de Zuckerberg
El informe de Fjord señala que más allá de sus orígenes lúdicos, el metaverso parece destinado a convertirse en un espacio virtual en el que las personas y las marcas podrán interactuar, crear, consumir y ganar dinero. Esta última motivación pecuniaria es especialmente importante para Mark Zuckerberg. El dueño de Meta, empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha apostado fuerte por el metaverso. En 2020 invirtió cerca de 18.500 millones de dólares en I+D, un 30% de sus ingresos. Ninguna compañía había invertido tanto en un solo proyecto. Además, hay que tener en cuenta que Zuckerberg suele acertar a la hora de apostar por nuevos sectores y plataformas. Aunque el directivo no ha señalado una fecha concreta para el lanzamiento del metaverso, las empresas deben empezar a prepararse.
No es el único en ver potencial en el metaverso. Gigantes como Epic Games, creadores del videojuego Fortnite, controlan lo más parecido al metaverso que hay en la actualidad. En esta plataforma no solo se juega, también se realizan conciertos (la última estrella en pasar por su escenario ha sido la cantante norteamericana Ariana Grande). Tim Sweeney, director ejecutivo de Epic Games, aseguró en una entrevista: “Ahora Fortnite es solo un juego, pero formulen esta pregunta otra vez dentro de 12 meses”. Desde entonces han pasado dos años.
Las grandes empresas están luchando por crear su metaverso y las pequeñas tendrán que trasladarse a este ecosistema. Con las compras digitales al alza y el sector del videojuego ganando protagonismo, todo parece indicar que el metaverso representará un nicho de negocio importante en el futuro. El informe de Fjord concluye que si quieren alcanzar el éxito, las marcas tendrán que comprender a sus clientes en este nuevo mundo virtual.
La importancia de la nube
Hace casi dos años que el teletrabajo se generalizó tras el estallido de la pandemia. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión para una tecnología que llevaba años disponible, pero que no había demostrado toda su potencialidad: la nube. Este instrumento es una red enorme de servidores remotos que están conectados para funcionar como un único ecosistema. Permite guardar documentos en línea de la misma forma que antes se guardaban en un ordenador, creando una oficina virtual a la que todos los trabajadores de una empresa tienen acceso.
Muchas organizaciones ya utilizaban esta tecnología, pero la irrupción de la covid-19 la ha hecho imprescindible para casi todas, destaca Albert Agustinoy, profesor del máster de Propiedad Intelectual y Tecnologías de la Información de Esade. “Gracias a ella los trabajadores y colaboradores pueden seguir con su actividad en los momentos en los que la presencialidad no es posible”, puntualiza. Este modelo parece que se ha consolidado este año y se prevé que en 2022 se siga trabajando en la nube.
Más ciberseguridad
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) de España gestionó más de 130.000 incidentes de seguridad en internet durante el año 2020. Aún no hay datos para el año que acaba, ni previsiones para el próximo, pero todo hace pensar que las cifras continuarán al alza. Por este motivo, el 70% de las empresas aumentará su gasto en ciberseguridad en 2022, según el estudio Digital Trust Survey 2022 publicado por PwC.
“La seguridad informática es ya una prioridad para las compañías”, afirma Agustinoy. Este experto cree que el aumento de ciberataques es una de las consecuencias de trasladar el trabajo físico al entorno virtual. Los empleados pasan más tiempo en línea y mayoritariamente en remoto, desde equipos menos seguros. “Esto incrementa la posibilidad de que otros usuarios no autorizados accedan”, destaca. La única opción que tienen las compañías, por lo tanto, es aumentar el presupuesto en ciberseguridad.
Crece el protagonismo de la inteligencia artificial
Los datos son tan útiles como los sistemas de inteligencia artificial (IA) que se utilizan para interpretarlos. En un mundo altamente tecnologizado se recoge diariamente mucha información que no se aprovecha. Las redes neuronales de IA pueden cambiar esto, dar sentido a enormes bases de datos y contribuir a tomar decisiones más eficientes. Josep Curto Díaz, director del máster de Inteligencia de Negocio y Big Data Analytics en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), cree que es el momento adecuado: “Por un lado, está la progresiva digitalización y la gestión de datos de clientes, empleados, procesos y productos. Cada vez hay más información y aumenta la necesidad de manejarla de forma eficiente. Por otro, las plataformas han evolucionado considerablemente para facilitar su adopción y su uso”.
Amazon va a lanzar este año su robot doméstico Astro, similar a Alexa pero con ruedas y un sistema de inteligencia ambiental. Glovo está probando robots automatizados de reparto para que recorran las ciudades. Asistentes de voz como el mencionado de Amazon, Apple o el de Google continúan perfeccionándose. Sin embargo, esta tecnología va mucho más allá. Tiene aplicaciones revolucionarias en los ámbitos empresarial e industrial. Tanto, que apostar por ella ya no es una opción. Curto Díaz asegura que el año que viene se verán luces y sombras: “Siguen existiendo barreras internas, por ejemplo, en la calidad de los datos recogidos, que deben mejorarse, y aparecen aspectos legales que se deben valorar y que se están tratando en la futura regulación de la IA de la Comisión Europea”.
5G para todos
El 5G es una tecnología que muestra su potencial en la intersección con otros avances. Todas las tendencias mencionadas ampliarán su capacidad gracias al 5G. Esta nueva generación de conexión a internet mostrará su máximo potencial, sin embargo, en el llamado internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Lo revolucionario del 5G es su latencia (tiempo que tarda en transmitirse información). Esta tecnología lo reduce a un milisegundo, frente a los 20 o 30 segundos de las redes 4G.
El coronavirus ha provocado un retraso en la implantación del 5G, cuyo despliegue comercial real no comenzará hasta 2022. Por eso esta tecnología empezará a mostrar su potencial en los próximos tres años. La Comisión Europea ha aprobado el régimen de ayudas de 150 millones de euros para España a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que busca dar apoyo al despliegue de infraestructuras para ofrecer cobertura móvil en todas las zonas de España, incluso en las que actualmente no tienen cobertura 4G. De esta forma se persigue acabar con la brecha digital y alcanzar los objetivos estratégicos de la Unión Europea relacionados con la transición digital.