Lo que necesitan las empresas para adoptar un modelo híbrido de trabajo
Las compañías buscan fórmulas flexibles para acomodar sus dinámicas laborales a la evolución de la pandemia y a las necesidades de los empleados. La idea de combinar jornadas en remoto con otras en la oficina es señalada como la más eficaz, pero debe salvar escollos como la tendencia a la presencialidad y la adaptación a la nueva regulación
Antes de las vacaciones de este verano de 2021, casi dos millones de empleados trabajaban desde casa la mitad de la semana o más, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Tras el parón estival, unos se reincorporan a sus puestos en las oficinas, mientras otros van a seguir desempeñando sus tareas desde su domicilio o combinando jornadas en el centro de trabajo con otras desde casa. Aún hay muchos, además, que no saben cómo van a trabajar a su vuelta.
Todavía hay muchas empresas que afrontan este nuevo curso con un asunto por resolver: qué sistema laboral van a establecer ahora que está en vigor la nueva Ley de Trabajo a Distancia —aunque las sanciones no lo harán hasta el 1 de octubre— y en un momento en el que, aunque la incidencia de la covid-19 empieza a descender, la pandemia no ha terminado. En este contexto, los expertos creen que el modelo híbrido, que combina las ventajas del trabajo en remoto y del presencial, es la opción más conveniente, pero aún tiene pendientes muchos aspectos por definir.
Las fórmulas por las que apuestan las empresas
Muchas organizaciones comenzaron a trazar sus planes de vuelta a la oficina en 2020, tras la desescalada. Otras, sin embargo, los han mantenido suspendidos por la llegada de nuevas olas de infecciones, como la quinta en primavera y verano. Por eso, Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de la compañía de recursos humanos Randstad, afirma que las posturas ante el teletrabajo han sido muy variadas. Precisamente fue la tercera ola, en enero, la que hizo que muchas compañías, que contaban con sus empleados en la oficina, volvieran a enviarlos a casa. Los datos reflejaron que, en el primer trimestre de 2021, el número de ocupados ejerciendo sus labores desde sus domicilios creció hasta el 11,2%, un punto más respecto a los tres meses previos.
Pérez ve con claridad que septiembre, tras la superación de la quinta ola, va a ser el punto de inflexión para que muchas organizaciones, especialmente las pequeñas y medianas empresas (pymes), se posicionen. “Las grandes compañías tienden a tenerlo más organizado, pero las pymes van a ir actuando acorde con la evolución de la pandemia”, remarca.
En este nuevo curso, sin embargo, las grandes tecnológicas están siendo las más precavidas. A mediados de agosto, Apple anunció que retrasaba la vuelta a las oficinas hasta enero de 2022. Se sumaba así a Amazon o Facebook. Otras, en cambio, han considerado que sus empleados deben regresar, aunque sea de forma parcial. Vodafone ha apostado por un sistema de 60% en remoto y 40% presencial, que permite volver al trabajo 100% a distancia si sube la incidencia acumulada en la comunidad autónoma, si se tienen hijos a cargo o si se pertenece a un grupo de riesgo. IBM solo permite el 30% de aforo en sus instalaciones, por lo que gran parte de su plantilla seguirá en casa.
El fabricante de vehículos Toyota permite un aforo del 50%, aunque actualmente solo alcanza el 35%, ya que la asistencia es voluntaria y flexible. En función de la evolución en el número de contagios, explican desde su departamento de Recursos Humanos, decidirán en las primeras semanas de septiembre si es el momento de pasar a un escenario de trabajo híbrido. Banco Sabadell está gestionando mediante un sistema denominado Smartwork el retorno por turnos y progresivo de su personal de centros corporativos y estructuras de red.
Las ventajas del modelo híbrido
Sergi Ramo, fundador de la consultora digital groWZ Consultants, destaca que este nuevo modelo es una de las lecciones positivas que deja la pandemia. Según este experto, genera dinámicas de trabajo más eficaces y enriquecedoras al combinar lo mejor de la presencialidad y del desempeño a distancia. El trabajo en remoto, además, ahorra costes en infraestructuras y servicios a la empresa y en desplazamientos a los empleados y permite la flexibilidad en los horarios y la conciliación con la vida personal y familiar.
La presencialidad ofrece, además, los beneficios de la interacción con otras personas. “Necesitamos reunirnos con compañeros e intercambiar ideas e impresiones para desarrollar la creatividad y generar lazos de confianza. Es la mejor manera de conectar con las personas,”, afirma Ramo. Felipe Alves Claramonte, director de Recursos Humanos de IBM, destaca que los días en la oficina son para que el equipo haga tareas en conjunto, como discusiones de proyectos y sesiones de design thinking, una metodología de trabajo dinámica que permite, a través de entornos de pruebas y de la experimentación, obtener soluciones antes de tomar las decisiones finales para diseñar y desarrollar un producto.
El modelo híbrido, además, es una buena herramienta para atraer y retener el talento, destaca Pérez. “Hay trabajadores que, ante dos ofertas de trabajo similares, prefieren el puesto que les proporcione mayor flexibilidad, frente a otro ligado a una mayor presencialidad, incluso si ofrece mejor sueldo. Los profesionales han demostrado que son proclives a este nuevo método”.
Los obstáculos del modelo híbrido
El 65% de las empresas españolas aspira a alcanzar modelos híbridos y el 25% ofrece o pretende ofrecer cuatro días a la semana en remoto. Son dos de las conclusiones que extrae el informe Nuevas formas de trabajar. Reflexiones sobre el futuro, de la consultora Boston Consulting Group (BCG) y enClave de Personas. Esta inclinación se contrapone, opina Pérez, con la tendencia actual de volver a las oficinas por la que se inclinan muchas empresas, pese a que, según el mismo estudio, el 62% de los empleados considera que su trabajo se puede hacer a distancia. Hay varias razones, expone este experto, que explican este fenómeno.
Tanto en España como en Latinoamérica, afirma, existe una carga de presencialidad excesiva, lo que ha hecho que los empresarios aún no se sientan del todo cómodos con el teletrabajo. “En España, además, predominan las pymes y las micropymes, empresas en las que la presencia de los empleados es todavía más importante”, aclara.
Otro de los obstáculos que Pérez identifica en el camino de las empresas hacia el modelo híbrido es la nueva Ley de Trabajo a Distancia, que determina como tal aquel que se presta en un periodo de tres meses o más y un mínimo del 30% de la jornada, lo que supone algo menos de dos días a la semana. La compañía, además, debe proporcionar todas las herramientas de trabajo y sufragar gastos como la conexión a internet. En opinión de Pérez, este porcentaje generará problemas, pues las empresas elegirán proporciones más bajas para reducir los costes o, directamente, optarán por seguir funcionando desde la oficina.
El director de Relaciones Institucionales de Randstad avisa también de que las medidas de control horario no están adaptadas a esta nueva manera de trabajar, lo que lleva a muchos empresarios a seguir prefiriendo la presencialidad. Solo cuando se generalicen las dinámicas de trabajo por objetivos, resalta, se podrá avanzar en un modelo híbrido real. “Se debe caminar hacia relaciones laborales basadas en la confianza y en el desempeño por proyectos”, concluye.
¿Quién teletrabaja?
Mujer de entre 35 y 45 años. Este es el perfil predominante entre los teletrabajadores desde que se adoptó este modelo como medida para frenar el avance de la covid-19. Así lo indica el Dossier de indicadores de teletrabajo y trabajo en movilidad en España y la UE, elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Este informe explica que es precisamente el colectivo de empleadas el más proclive a mantener el teletrabajo durante el último año, ya que en él es más frecuente que recaiga en mayor proporción el cuidado de menores y dependientes.
Por regiones, son la Comunidad de Madrid y Cataluña las dos en las que más trabajadores han adoptado el teletrabajo durante el primer trimestre de 2021, con el 21,6% y el 15,2%, respectivamente. Mientras que Navarra, la Región de Murcia y Aragón son las que menor adhesión tuvieron en ese periodo, con el 6%, el 5,5% y el 5%, respectivamente.
En 2020, los españoles, además, trabajaron menos desde sus hogares que la media de los ciudadanos europeos, el 10,9% frente al 12,3% del conjunto de países de la Unión Europea (UE). El porcentaje en el país estuvo aún muy por debajo de los Estados que lideran el ranking: Finlandia (25,1%), Luxemburgo (23,1%) e Irlanda (21,5%). Entre los que menos, figuran Rumanía (2,5%) y Bulgaria (1,2%).