Libertad financiera: vivir sin preocuparse (demasiado) por trabajar
Obtener ingresos sin atarse a un trabajo es una idea cada vez más presente en la sociedad, pero lograrlo no es sencillo: requiere establecer prioridades, controlar el gasto y trazar una estrategia para conseguir dinero
¿Quién no ha fantaseado con trabajar sin estar atado a una rutina, unas obligaciones, un horario, etc.? De eso se trata la libertad financiera: no depender de un salario obtenido a cambio de cubrir un puesto vinculado a determinadas tareas durante una jornada. Dicho de otra manera, supone minimizar el tiempo dedicado a las tareas necesarias para obtener el dinero que permita alcanzar el nivel de vida esperado.
Para lograrlo no existe una única fórmula. Requiere conocer las necesidades económicas personales y las expectativas y acceder a un método que genere ingresos pasivos, esos que se obtienen sin dedicar mucho tiempo fuera de los modelos tradicionales que requieren presencia física y constante.
Movimiento FIRE
“Cada vez más personas se dan cuenta de lo contradictorio que supone esperar a jubilarse para empezar a vivir y por eso deciden dedicar su tiempo y su esfuerzo a un trabajo con propósito de libertad financiera cuando todavía son jóvenes”, observa Sergio Fernández, director del Instituto Pensamiento Positivo y de Máster de Emprendedores, además de autor del libro Libertad Financiera: los cinco pasos para que el dinero deje de ser un problema (2019).
Esta es la filosofía del movimiento FIRE, acrónimo de Financial Independence, Retire Early (independencia financiera, jubilación temprana), que apuesta por un gasto más consciente alineado con los objetivos vitales. Sus miembros son grandes ahorradores que ejercen un control férreo sobre sus desembolsos, buscan fórmulas novedosas para ganar más dinero, hacen que su capital trabaje para conseguir rentabilidad y tienen una visión a largo plazo. Muchos de sus seguidores han conseguido la independencia económica y se han retirado antes de la edad de jubilación oficial. Otros siguen trabajando, pero lo hacen en sus propios proyectos.
La libertad financiera se puede medir por el número de meses que es posible vivir si uno se decide a abandonar su trabajo tradicional. Luis Pita, autor del libro Ten peor coche que tu vecino (2012), asegura disponer ya de 14 años de independencia económica. “Lo he conseguido sin contar con unos ingresos enormes. Simplemente ahorrando, sacando un alto rendimiento por mi dinero y no haciendo locuras con él”, explica.
Contar con libertad financiera no consiste en convertirse en millonario. Tiene mucho más que ver con conseguir calidad de vida y más tiempo para dedicarse a lo que uno desea. Muchas veces, las personas con ingresos altísimos tienden a lograr muy poca libertad financiera, porque tienen unos gastos muy elevados o enormes deudas. “Basta con pensar en el número de personas públicas arruinadas que viven casi crédito a crédito”, recuerda Pita.
Primero, ahorrador; después, inversor
Para Euge Oller, fundador de Emprende Aprendiendo, un programa de coaching para comenzar un negocio propio, el primer paso es analizar en qué se utiliza el dinero. “La libertad financiera empieza por entender tus gastos, utilizar una tabla de Excel o una aplicación financiera y tener claro en qué lo usas, cuál es el estilo de vida que tienes”, comenta Oller, reconocido por la revista Forbes como uno de los 100 mejores influencers, en el Podcast de Banco Sabadell Cómo lograr la libertad financiera y jubilarse pronto.
Tanto Oller como Pita aseguran que hay que valorar la renuncia a ciertos gastos y vivir de forma más austera. Luis Pita propone preahorrar. “Típicamente ahorramos a final de mes lo que no hemos gastado. Esto requiere un enorme esfuerzo de voluntad, porque el dinero que nos llega al bolsillo es difícil no gastarlo”, asegura.
El preahorro, explica Pita, consiste en guardar una cantidad al principio de mes antes de empezar a gastar. “Es lo que los americanos denominan pay yourself first (pagarte a ti mismo el primero) porque conviertes el ahorro en uno de tus gastos fijos. Con esta técnica es más fácil ahorrar entre el 5% y el 15% del salario cada mes”, añade.
Para muchos, sin embargo, la pandemia está siendo una oportunidad para valorar el ahorro, dadas las limitaciones en las opciones de consumo tradicional. “A algunas personas, este impás consumista les va a permitir replantearse cómo gastan su dinero y en qué. A otras ya les ha llevado a ahorrar directamente sin tener que hacer nada por la contención del gasto, debido al cierre de la restauración y la hostelería en diversas regiones, y empezar a hacerlo les ha servido para darse cuenta de la importancia del ahorro y de la tranquilidad mental que da tener un pequeño colchón económico para emergencias”, opina Pita.
Ingresos pasivos
Construir fuentes de ingresos sólidas y sostenidas en el tiempo es lo que va a garantizar finalmente esa libertad financiera, al margen de que se reduzcan los gastos. “El dinero que se genera mediante el ahorro puede invertirse en activos como puede ser coger una hipoteca y tener una vivienda que luego poder rentar”, propone Oller.
Además de los activos inmobiliarios, están los empresariales (a través de un negocio físico o en Internet o los dividendos que reparten las compañías en las que se participa), los financieros (la rentabilidad de un fondo de inversión o depósito bancario) o los intelectuales (a través de los derechos de una obra artística, por ejemplo, o una patente).
Este es el paso más complicado. Invertir requiere conocimientos en finanzas, emprender un negocio en medio de una pandemia y una crisis económica es solo para valientes y adquirir un inmueble precisa de unas condiciones financieras determinadas para lograr un préstamo o una hipoteca. “A mí me gustan más los activos digitales”, puntualiza Oller. Se refiere a cualquier producto, como un e-commerce, una startup, una aplicación móvil, las criptomonedas o un canal en redes sociales que se pueda rentabilizar.
Desde el punto de vista práctico, las inversiones financieras pueden ser la opción más rápida y segura, ya que, desde una cantidad relativamente pequeña, 1.000 euros, por ejemplo, es posible empezar si se cuenta con el asesoramiento profesional adecuado. Aunque la rentabilidad dependerá del riesgo que se corra: a mayor riesgo, mayor rentabilidad. “En mi caso particular tengo un asesor financiero que gestiona mis inversiones y que me ha generado unos resultados extraordinarios”, argumenta Luis Pita.
Trabajar en lo que a uno le gusta
La libertad financiera también se puede lograr con una ocupación placentera. Aunque se da la paradoja de que, si uno encuentra una profesión con la que disfruta, no sentirá la necesidad de jubilarse nunca. Así lo comenta Euge Oller en el Podcast de Banco Sabadell.
La crisis actual es una buena ocasión, cree este experto, para reflexionar y buscar un empleo que, no solo reporte beneficios económicos, sino que también dé sentido a la vida. “Es interesante buscar los ingresos a través de la creación de riqueza y de valor mediante algo que te llene. Para mí la libertad financiera es dedicarte a algo que te gusta y que encima te paguen por ello”, asegura. “Creo que es buen momento para ponernos a ver nuevas oportunidades”, completa.