El ahorrador optimista. Inversiones para quien llega a fin de mes
Hay cuatro tipos de ahorradores. El que ocupa este capítulo confía en la inversión como otra forma de aumentar su capital, pero se muestra cauto ante las operaciones de alto riesgo y la baja rentabilidad, por lo que siempre busca asesoramiento
El ahorrador optimista responde al perfil de quien le cuesta menos llegar holgado a fin de mes. Sus ingresos, por encima de la media, se lo permiten. Por eso, cuando mira hacia el futuro, lo hace con confianza, de ahí su nombre. Los imprevistos no le preocupan demasiado porque suele tener fondos con los que enfrentarlos. Pese a al desahogo, es un buen planificador y está abierto a recibir asesoramiento para invertir su capital. En contrapartida, compra guiado por las emociones. Su dilema surge ante qué hacer con el dinero ahorrado, si invertirlo o dedicarlo al consumo.
A este ahorrador le gusta sentirse protagonista cuando compra, destaca Paco Lorente, profesor en ESIC Business School. Esos ingresos por encima de la media le otorgan poder en la decisión de adquirir un producto o servicio. Y da prioridad a lo que siente. “Si algo le impacta y lo elige sin tener en cuenta el precio, busca sentirse parte de algo, como ser uno de los pocos dueños de un modelo de reloj exclusivo, por eso las marcas comercializan productos exclusivos para ellos”, elabora Lorente. Cuando ahorra, lo hace pensando en el largo plazo y siempre valora la inversión como forma de incrementar su capital. La educación financiera es más alta en este segmento, pero se muestra cauto porque, aunque el riesgo no le asusta, prefiere dejarse guiar por un profesional.
El ahorrador optimista ¿Quién es?
- Conforma un grupo principalmente masculino y con rentas altas.
- El 24%Conforma un grupo principalmente masculino y con rentas altas
61% hombres
39% mujeres
El 32% ocupa un mando intermedio o directivo
El 46% tiene titulación superior
El 51% obtiene ingresos superiores a 27.000 euros
El 65% tiene más de 25.000 euros ahorrados
Que el optimista se deje llevar por las emociones no significa que malgaste el dinero. Sabe planificarse para sacarle el mayor partido. Y, sobre todo, se interesa por lo que va adquirir y disfruta cuando le asesoran. “A raíz de sentirse protagonista está abierto a escuchar, a dejarse aconsejar por los que sabe que tienen el conocimiento”, continua Lorente.
Este tipo de ahorrador es eminentemente masculino, de acuerdo con el informe De ahorrador a inversor, de 2022, de la consultora The Cocktail Analysis. Ocupa, además, mandos intermedios o directivos, los mejor remunerados en las empresas. La brecha de género, que provoca que las mujeres ganen menos que los hombres, y su predominio en este tipo de puestos lo explican. Ellos cobran un 28,21% más que ellas, de acuerdo con el informe Global Gender Gap 2022, elaborado por el Foro Económico Mundial. Además, tan solo el 38% de los puestos directivos en España están ocupados por mujeres, de acuerdo con el informe Women in Business 2023 de la consultora internacional Grant Thornton.
El ahorrador optimista
La frase que define su relación con la inversión
Por qué la inversión es una manera de hacer crecer sus ahorros
La inversión no es ajena al ahorrador optimista como método para impulsar el crecimiento de su capital. Seguramente contará ya con algún producto de este tipo, destaca Luis Cerdá, profesor de Marketing Estratégico de la Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). “Tiene claro que la inversión es también una manera de ahorro”, puntualiza este experto. Se preocupa por mantener su nivel económico en el futuro, por eso busca fuentes de ingresos alternativas y confía en la inversión. Solo un cuarto de los que pertenecen a este segmento no tiene intención de invertir. El producto más habitual en este tipo de perfil es el inmobiliario, para alquilar o revender.
Esa predisposición hacia la recomendación le lleva a confiar en asesores financieros, como los de su entidad bancaria, porque sabe que su intención es lograr rentabilidad para sus inversiones. “Otro tipo de ahorrador, con menos capacidad económica tenderá a mostrar cierto recelo acerca del asesoramiento, porque pone en juego todo su dinero”.
Este tipo de persona, pese a que, a diferencia de otro tipo de ahorradores, está dispuesto a invertir, se muestra cauta en un principio. De hecho, la frase que mejor le define, según el informe de The Cocktail Analysis es: “Me va bien, soy optimista, pero debo tener mucho cuidado”. Es prudente, le preocupan la baja rentabilidad, el alto riesgo, la inseguridad y la subida de los tipos de interés, pero en cuanto se pone en manos del asesor, pierde el miedo, destaca Cerdá.
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Las opciones de inversión más interesantes para el ahorrador optimista
Es probable que el ahorrador optimista ya se haya lanzado a algún tipo de inversión. Los más comunes, cita el informe, serán los inmuebles o los depósitos a plazo fijo. Quizá también haya hecho una incursión en alguno de los vehículos de moda, como las criptomonedas o el arte NFT (arte digital con certificado de autenticidad que evita el robo y las reproducciones), señala Cerdá. Pero hay otros productos de inversión adaptados a este tipo de persona.
Los expertos destacan los fondos de inversión como el producto que mejor se adapta a las necesidades del inversor optimista. Estos productos utilizan las aportaciones que hacen sus partícipes para invertir, según los límites marcados en cada política de inversión, en diferentes activos que pueden ir desde activos del mercado monetario (como pagarés o letras del tesoro), renta fija (desde bonos del Gobierno hasta renta fija privada emitida por empresas) o renta variable, explica Antonio Saiz, director de Oferta de Ahorro e Inversión de Banco Sabadell. “Los clientes depositan su confianza en expertos en la gestión para que inviertan el dinero entregado en las mejores oportunidades que ofrecen los mercados”, explica.
Una de las principales ventajas de los fondos de inversión es su amplia variedad lo que les permite adaptarse a cualquier perfil de riesgo: los hay más conservadores –de renta fija, como los que invierten en deuda pública -, o que implican un riesgo más alto –de renta variable, que invierten en acciones de compañías cotizadas-. También los hay mixtos, que invierten una parte en renta fija y otra en renta variable, denominados multiactivos. Existen fondos de inversión temáticos, explica Rodrigo Yagüe, profesor de OBS Business School, que se centran en las tendencias económicas. “Lo vemos en sectores como los de las energías renovables, la inteligencia artificial y la ciberseguridad. Son para inversores que piensan a largo plazo, ya que se trata de sectores que se prevé que encuentren su auge en los próximos años”, señala este experto.
Los fondos de inversión están supervisados, explica Saiz. Además, cada día, el cliente puede conocer cuánto vale su inversión, algo muy atractivo para el optimista. “Le gusta comparar datos, ver la evolución en gráficos...”, puntualiza Lorente. Además, es más proclive a mantener sus inversiones durante periodos largos, puesto que no requiere del capital a corto o medio plazo, ya que tiene sus gastos cubiertos, lo que le permitirá obtener mayor rentabilidad.
Bienvenido al 'Rincón del ahorrador'
El 40% de los españoles asegura que consigue ahorrar. Pero no todos lo hacen de la misma manera. Ahorrar también es un acto íntimo que está ligado a las emociones y la personalidad de cada individuo. Así, hay quien por su forma de ser no logra llevar unas finanzas ordenadas y, por tanto, tiene dificultades para guardar capital; o quien, por el contrario, es tan disciplinado que consigue reservar para su hucha la partida deseada, pese a los vaivenes de la vida.
Con estos factores y de la mano de los expertos, identificamos patrones en la forma de ahorrar que dibujen perfiles arquetípicos. En el Rincón del ahorrador presentamos los cuatro más comunes y su relación con la inversión.
El férreo que consigue guardar dinero con disciplina marcial, pero recela de los productos de inversión; el tímido, que a duras penas reúne capital, pese a su empeño y teme perderlo todo si lo invierte; el voluble, incapaz de llevar unas finanzas ordenadas, y el optimista, que ahorra sin mucho esfuerzo y está deseoso de lanzarse a conquistar los mercados, pero quiere hacerlo bien asesorado.