‘Kilómetros de sueños’ para mantener viva la ilusión
Flexicar crea una fundación para facilitar a menores en tratamiento médico experiencias motivadoras que les acerquen a sus sueños

Isabel, de doce años, guarda en su móvil la entrada del concierto de su grupo favorito de K-pop (música pop coreana), que actuará próximamente en Barcelona. Desde hace meses, la adolescente recibe tratamiento por una enfermedad grave en un hospital madrileño y se agarra a la ilusión de ver a sus ídolos en directo cuando las fuerzas flaquean. Imagina el momento en que las cantantes salgan a escena, el viaje a la capital catalana desde Madrid junto a su familia, la estancia en el hotel e incluso el restaurante coreano donde le gustaría comer antes de entrar al concierto.
Su sueño será posible gracias a Kilómetros de Sueños, el programa de la recién creada Fundación Flexicar. “Le preguntamos cómo se ve en el sueño, cómo se imagina ese día”, explica Bárbara Prats, responsable de la institución respaldada por esta empresa. “La niña nos decía: ‘Me veo vestida como ellas, me veo ese día comiendo en un restaurante coreano...’. Nosotros no regalamos sorpresas, lo trabajamos con ella para que pueda verse y sostener una ilusión que le dé fuerza”, añade.
“Estos niños, que viven aislamiento y una amenaza real sobre su futuro, necesitan poder mantener la capacidad de proyectarse”
La Fundación Flexicar, en fase final de registro, ya planea cómo llevar a cabo muchas de sus acciones, que tienen como objetivo acompañar a menores con enfermedades graves para que puedan imaginar su futuro. “Algo que para muchos es cotidiano y casi automático, para ellos se vuelve frágil entre tratamientos, hospitales y ausencias escolares”, apunta Prats.
Experiencias que acompañen en los tratamientos
Bárbara Prats detalla la esencia de Kilómetros de Sueños. La fundación trabajará con hospitales de la Comunidad de Madrid y con niños diagnosticados con enfermedades consideradas graves por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La selección de los pequeños que reciben estas experiencias se hará siempre de la mano del personal sanitario. “Creemos que estos niños, que viven aislamiento y una amenaza real sobre su futuro, necesitan poder mantener la capacidad de proyectarse. Nuestro trabajo se basa en organizar experiencias que les proporcionen felicidad, motivación y la posibilidad de desconectar de tratamientos que son agotadores”, argumenta Prats.
No se trata solo de cumplir deseos en el sentido festivo, sino experiencias que acompañen procesos internos. “Cuando se pregunta a cada niño cuál es su sueño, no se busca algo inmediato, sino algo que conecte con identidad y futuro”, señala Prats. “Si a un niño le quitas la capacidad de mirar hacia adelante, de soñar, le robas algo esencial. Darles un sueño que puedan trabajar y vivir de forma ilusionada es darles un motor. Para nosotros ese motor tiene un combustible, que es la capacidad de planificar y de creer en lo que viene”, añade la responsable de Fundación Flexicar.
Las peticiones pueden tener formas muy distintas: un pequeño que sueña con ser médico y quiere pasar un día viendo cómo trabajan aquellos que le cuidan diariamente, una adolescente que quiere conocer la universidad donde le gustaría estudiar, o un pequeño que quiere volver a ver a su hermana y viajar con su familia a las Islas Canarias.
Para cada caso, la fundación crea una red de colaboración. “Hablamos con las familias, con los médicos y con empresas para llevar a cabo esa experiencia que quiere el menor”, explica Prats. Y prosigue: “No es un regalo aislado. Es una construcción conjunta que se vive y se acompaña”.
“La creación de la fundación es una forma de devolver a la sociedad parte de lo que Flexicar recibe”
La historia de Flexicar como empresa de vehículos de ocasión es conocida por su expansión y presencia en diferentes puntos del país. Lo que quizá se conozca menos es el tejido humano que sostiene esa estructura. “Detrás de cada coche hay un equipo comprometido. Y vender coches solo es posible porque hay personas comprándolos. La creación de la fundación es una forma de devolver parte de lo que se recibe”, resume Sara Goizueta, responsable de comunicación de Flexicar.
Un camino de hitos previos
Fundación Flexicar es el resultado de un camino que la empresa ha recorrido desde hace años, como explica Goizueta. “Era una evolución natural desde que la compañía empezó a crecer. Se habían hecho donaciones y colaboraciones, pero había que dar un paso más”, aclara.
Uno de los hitos previos llegó en 2022 en la colaboración con la Fundación Pequeño Deseo. Flexicar vinculó ese año su tradicional feria de oportunidades de coches de ocasión a una campaña solidaria: por cada vehículo vendido durante ese periodo se destinaba un importe a la fundación. “Funcionó muy bien y conseguimos que se cumplieran muchos deseos de niños que estaban esperando”, recuerda la directora de comunicación de la compañía. “Nuestros clientes fueron los que lo hicieron posible. Nosotros nos comprometimos a donar una parte, pero fueron las compras de esas fechas las que generaron la ayuda”, añade.
Aquel éxito fue seguido de una segunda campaña en mayo de ese mismo año y posteriormente de una donación a la Fundación López Mariscal por su labor de inclusión y formación en Andalucía. Además, durante la dana que afectó drásticamente la provincia de Valencia hace ahora un año, Flexicar destinó vehículos para apoyar tareas de transporte y limpieza en las zonas afectadas.
La compañía de vehículos compra habitualmente cestas navideñas que reparten entre sus empleados en la Fundación Juan XXIII, que ayudan a personas en situación de vulnerabilidad, y realizaron colaboración en la sede central de Flexicar con un mercadillo solidario de Navidad.
Estas acciones puntuales sirvieron para reforzar la idea de crear algo permanente. “Un granito de arena para construir lo que dentro de nada será oficialmente la Fundación Flexicar, que permitirá canalizar el compromiso de forma constante y con un propósito claro: impulsar a esos niños/as enfermos a enfocarse en algo que les ayude a mirar hacia adelante”, resume Goizueta.