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Los caminos que abre la inteligencia artificial

España es uno de los países europeos más proactivo a la hora de adoptar la inteligencia artificial (IA). Cuenta con más de 2.800 empresas nativas de esta tecnología que emplean a más de 100.000 trabajadores y pronto será uno de los tres países europeos en contar con dos centros de supercomputación. El 42% de los ciudadanos ya la ha utilizado

Sector público

Paul van Branteghem Experto en IA

Es asesor en INECO, empresa pública española de ingeniería de transporte e infraestructuras dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible

Neural Trust

Alejandro Domingo Cofundador

NeuralTrust es una ‘start-up’ dedicada a soluciones de seguridad en herramientas de IA generativa, fundada en 2022 en Barcelona

Aunque la inteligencia artificial (IA) lleva presente de manera discreta en nuestra vida cotidiana desde principios de siglo (pensemos en las cámaras digitales que reconocen rostros o en los asistentes virtuales) se ha vuelto masiva en los últimos años con la irrupción de la IA generativa. Casi la mitad de los adultos recurre a ella para despejar dudas, preparar exámenes, planificar rutinas, generar imágenes, redactar textos, traducirlos o simplemente chatear. La herramienta que lo hizo posible fue ChatGPT, un tipo de chatbot que responde preguntas, redacta textos, los traduce y crea otros contenidos como imágenes y códigos. Se calcula que el 10% de la población mundial emplea en su vida personal o profesional este programa de la empresa estadounidense OpenAI. Y esto es solo el principio, señala Alejandro Domingo, cofundador de Neural Trust, una start-up especializada en ciberseguridad aplicada a la inteligencia artificial: “La tecnología más potente que ha conocido la humanidad promete tener un impacto brutal en nuestras vidas”, señala este experto en el vídeo que abre este texto, el tercer capítulo de la serie El poder de las empresas, de Banco Sabadell.

“Es un momento espectacular para estar vivo y participar en esta transformación sin precedentes”, añade Domingo durante la conversación con Paul van Branteghem, especialista y asesor de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España (SEDIA), sobre el impacto de la IA en las empresas y en la sociedad. En 2022, había 2.800 empresas en España dedicadas a desarrollar distintos aspectos de esta innovación. “Su éxito es que es totalmente transversal, no solo aplica a la banca o a defensa, la puedes llevar a todos los sectores”, añade Van Branteghem. Hecho que se refleja en que España se encuentra entre los 15 países del mundo que más inversión privada realiza en proyectos de IA en múltiples campos.

Analizamos cómo esta tecnología de uso general está generando un impacto global similar al que produjeron la llegada de la electricidad o la irrupción de internet.

La IA en España

El 42,1% de la población entre 16 y 74 años ha usado alguna vez la IA

La modalidad más utilizada es la generativa, que permite generar contenido (texto, imágenes, música, vídeo, código, voces) a partir de un archivo documental

Usos personales de la IA

2023

Redacción de texto
24,1%
Traducción
21%
Creación y edición de imágenes
13%
Chatear
11,5%
Creación de canciones
5,2%
Otro fin
0,9%
Nunca la he usado
57,9%

Fuente: Indicadores de uso de inteligencia artificial en España 2024, del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) y La inteligencia artificial en España: formación y empresas nativas, Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

La IA es un motor para la economía española, especialmente como acelerador de la productividad y de la transformación digital. El sector digital, en el que se engloba, alcanzó el año pasado el equivalente al 26% del PIB nacional, de acuerdo con el informe Economía Digital en España 2024, elaborado por la Asociación Española de Economía Digital (Adigital).

Las más de 2.800 empresas nativas de IA que hay en España empleaban a 109.200 trabajadores (1,16% del empleo total) en 2022, cifra que ha ido creciendo a un ritmo anual del 10%, ocho puntos más que el resto. Además, estas empresas de media son más rentables que el resto de las compañías españolas.

Las empresas españolas adoptan la IA de manera desigual. Casi la mitad de las compañías con más de 249 empleados la utilizó en 2023, mientras que el porcentaje desciende significativamente en las más pequeñas. El uso más común es el análisis de textos y la razón más habitual para no usarla, argumentan las compañías de todos los tamaños, es la falta de conocimiento en la materia.

Porcentaje de empresas por tamaño que han adoptado soluciones de IA

Usos personales de la IA

2024

Grandes +249 empleados
44%
Medianas De 50 a 249 empleados
20,6%
Pequeñas De 10 a 49 empleados
8,6%
Microempresas Menos de 10 empleados
7%

Fuente: Indicadores de uso de inteligencia artificial en España 2024, del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI).

El grado de adopción también depende de la actividad económica. El sector con mayor implantación de la IA es el de la información y las comunicaciones, seguido del que desarrolla las tecnologías de ambos campos y el de las actividades profesionales científicas y técnicas. En la cola, la construcción, el transporte y almacenamiento de productos y el comercio al por menor.

“Hasta a los humanos nos está costando adaptarnos a la velocidad que evoluciona la IA”

Paul van Branteghem, asesor público en IA, reflexiona sobre cómo avanza esta tecnología en la sociedad

Las fortalezas

Liderazgo y centros de investigación de alto nivel 

España cuenta con polos de investigación de prestigio. El Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, Marenostrum, ha sido elegido por la Unión Europea (UE) como uno de sus 15 núcleos de desarrollo de IA, conocidos como AIFactories (fábricas de IA). Además, ocupa el puesto 14º en la clasificación Top 500 de supercomputadores del mundo. Santiago de Compostela acogerá una segunda fábrica, dedicada a innovación en salud, de forma que España se sumará a Polonia y Alemania como únicos territorios de la red europea con dos núcleos de supercomputación.

Inversión pública sin precedentes. Desde 2020, el Gobierno ha desplegado 600 millones de euros para proyectos de IA. En 2024, añadió 1.500 millones más procedentes del plan europeo NextGeneration (un programa para paliar los efectos de la pandemia) que se usarán para potenciar los centros de supercomputación españoles. Todos los recursos y programas se canalizan y coordinan a través de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA).

Liderazgo normativo. España es un país proactivo a la hora de adoptar la IA y su regulación, señala Pompeu Casanovas, profesor de investigación en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): “El Gobierno ha sido el primero de la Unión en crear una oficina para garantizar su uso ético y seguro a partir de la regulación europea: la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA)”, explica el experto.

Marco regulatorio sólido y pionero. La UE ha creado la Ley de IA, el primer marco legal del mundo que establece normas para los sistemas de esta tecnología con el fin de mitigar los riesgos, señala Casanovas: “Prohíbe usos como los sistemas de puntuación social de China [que califican el comportamiento de individuos y empresas mediante puntos, para recompensar las conductas buena, como pagar facturas y respetar normas) y penalizar las malas]. Y limita otros, como la garantía de que el usuario sea consciente de cuándo está interactuando con IA”, describe el investigador.

Amplia disponibilidad de fibra óptica y conectividad avanzada. La IA necesita de redes de alta capacidad y España sobresale en infraestructuras digitales, con una gran cobertura de red de alta capacidad –la fibra óptica de banda ancha que llega hasta negocios y hogares- y de 5G.

Acceso a internet 94,5% de la población

Cobertura de conectividad en España

% de la red

Redes de alta capacidad
96,3%
5G
92,3%

Fuente: Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) 2024.

Alternativa pública a la IA extranjera. La Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA) dedica 10 millones de euros a la creación de un modelo de IA diseñado en castellano, gallego, euskera y catalán. Una especie de ChatGPT público y abierto para que España no dependa de empresas privadas extranjeras. Ya ha permitido crear un chatbot interno para la Agencia Tributaria y un sistema de consulta en el sistema público de sanidad para el diagnóstico precoz de insuficiencias cardíacas.

“Nos vamos a enfocar en las cosas en que somos únicos, en la chispa creativa que la IA no tiene”

Alejandro Domingo, cofundador de Neural Trust, reflexiona sobre el impacto de la IA en los empleos

Los desafíos

Adopción igualitaria de la IA y reto ambiental

Desigualdad entre regiones. La adopción de la IA por las empresas varía según la comunidad autónoma, lo que produce una brecha digital dentro del tejido empresarial español. Madrid y Cataluña están a la cabeza, mientras que Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla van a la cola.

Empresas que han adoptado alguna solución de IA por comunidad autónoma

Comunidad de Madrid
15,7%
Cataluña
14%
País Vasco
12,4%
Comunidad Valenciana
12,1%
Media del país
11,4%

...

Canarias
6,3%
Ceuta
6,1%
Melilla
5,7%

Fuente: Indicadores de uso de inteligencia artificial en España 2024, del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI).

Garantía de gobernanza ética. El principal reto de las sociedades ante la IA es la garantía de que se implante de forma responsable, segura y justa. Las decisiones en su desarrollo suelen estar en manos de grandes compañías, habitualmente extranjeras, por lo que el desafío de las Administraciones es garantizar que sea:

  • Transparente: que las decisiones automatizadas sean auditables y explicables.
  • Segura: que proteja la privacidad de los usuarios.
  • Justa: que no esté condicionada por sesgos que distorsionen la interpretación de los datos o los resultados. Estos sesgos pueden surgir tanto del modo en que se entrenan los modelos como de la información con la que se alimentan. Y, sobre todo, que la IA esté al servicio de todos los ciudadanos.

La regulación europea, señala Casanovas, del CSIC, garantiza estos aspectos, pero se debe actualizar continuamente, pues las innovaciones se desarrollan a gran velocidad. Esto, señala Casanovas, requiere un gran esfuerzo por parte de las Administraciones. Por contra, esta normativa impone muchas limitaciones a las empresas europeas, situándola en desventaja frente a competidores de otras partes del mundo. Esto, añade el experto, está produciendo una corriente de pensamiento que defiende la desregularización dentro de la Unión Europea, lo que puede conllevar riesgos.

Atender a la sostenibilidad. El entrenamiento de los modelos de IA, así como los dispositivos necesarios para su utilización, conllevan un coste ambiental: un alto consumo energético que genera residuos y emisiones contaminantes y un elevado gasto de agua (los centros de datos que entrenan y ejecutan modelos de IA necesitan grandes sistemas de refrigeración, y estos utilizan enormes cantidades de agua para mantener la temperatura adecuada). Una única petición de información a ChatGPT, por ejemplo, consume diez veces más electricidad que una consulta en un motor de búsqueda como Google, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Fomentar el conocimiento en la sociedad. Aún existe un desconocimiento generalizado sobre el funcionamiento de la IA y sus aplicaciones. La Encuesta Funcas sobre Inteligencia Artificial de 2024 señala que el 44% de los encuestados confiesa tener un conocimiento muy limitado sobre IA y solo el 6% expresa disponer de un conocimiento avanzado en la materia.

“En Irlanda, el consumo energético de los centros de datos ya es superior al de la población”

Paul van Branteghem, fundador de IA Spain, asociación cuyo propósito es democratizar el uso de la IA en castellano, sobre el impacto ambiental de esta tecnología

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