El BBVA plantea una reestructuración de los altos cargos del Sabadell si triunfa la opa
El banco tiene previsto revisar la estructura corporativa para simplificarla y optimizarla. La fusión incluye el cierre de 300 oficinas y ahorrar 325 millones en personal
La toma del Sabadell por el BBVA tendrá efectos colaterales en la plantilla del banco vallesano a todos los niveles. Según admite la entidad que preside Carlos Torres en la documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), su intención es ejecutar una reestructuración del banco opado una vez se sustancie la oferta. “BBVA tiene previsto llevar a cabo una revisión y análisis detallado de la estructura corporativa del Grupo Sabadell para identificar posibles medidas de simplificación y optimización de dicha estructura”, subraya en la actualización del folleto enviada al supervisor.
Siempre cumpliendo con las exigencias impuestas por las autoridades de competencia y el Consejo de Ministros, la entidad ya ha puesto negro sobre blanco algo habitual en procesos de esta naturaleza, que suelen generar duplicidades en puestos de alta responsabilidad y normalmente implican que los ejecutivos que el comprador considera más cualificados y le son de mayor confianza asuman el mando.
En línea con lo anterior, la documentación remitida por la entidad vasca al regulador de Estados Unidos (la SEC) ya anticipa antes de que acabe la operación el impacto que podría tener en la alta dirección. “Con respecto a la retención de empleados clave, BBVA no tiene conocimiento de ningún plan de retención en marcha para retener a ninguno de los empleados clave de Banco Sabadell”.
Y además, advierte de que “las incertidumbres asociadas a la oferta de canje podrían causar una pérdida de empleados y afectar de otro modo al negocio y las operaciones futuras de BBVA y Banco Sabadell”. “Si los empleados clave de Banco Sabadell se van debido a la incertidumbre sobre sus futuros roles, el negocio de Banco Sabadell después de la oferta de canje podría verse perjudicado”, señala al regulador americano, que le obliga a detallar los riesgos que tiene la compañía.
El propio Carlos Torres confirmó este viernes en rueda de prensa que podría haber cambios en la composición del consejo de administración del Sabadell. Al ser preguntado sobre si mantendrán al actual presidente, Josep Oliú, y al consejero delegado, César González-Bueno, en el caso de que se hagan con el control de la mayoría del accionariado del Sabadell, indicó que si la opa es exitosa, revisarán la composición de los órganos sociales, tal y como recogen en el folleto de la opa, y “podría haber cambios en su composición”. No obstante, matizó que “hablar de eso ahora es prematuro”.
Desde que se anunció la opa, el Banco Sabadell ya está sufriendo esta fuga, de la que advirtió la propia entidad catalana en mayo de 2024. En documentación enviada al mercado alertaba de la posible pérdida de personal cualificado que busque nuevas oportunidades “ante el riesgo de pérdida de su empleo en el caso de prosperar la opa”.
Poco después, en octubre del pasado año, el Sabadell perdía a su director financiero, Leopoldo Alvear, que fichó por Société Générale para ocupar ese mismo cargo en el banco francés. El pasado mes de marzo, su subdirector general, Álvaro Echevarría, se fue a Telefónica tras 22 años en el banco.
Entretanto, el Sabadell amplió en febrero el número de altos ejecutivos blindados por la opa, de 18 a 27. La entidad aumentó en un 50% el número de directivos que recibirían una indemnización de hasta dos años de sueldo en caso de que haya un “cambio de control”, según informó Bloomberg.
Cierre de 300 oficinas del Sabadell
La presentación del folleto de la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell también revela cómo se reorganizaría el futuro banco cuando se culmine la fusión de personal y oficinas. “Una vez que la condición del Consejo de Ministros deje de estar en vigor, BBVA estima que se podría acometer una racionalización de la red de sucursales en España de ambas entidades limitada a menos del 10% de la red combinada, equivalente, hoy en día, a 300 de las aproximadamente 683 oficinas identificadas con una proximidad inferior a 300 metros”, resalta el folleto.
La citada condición se refiere a la decisión del Consejo de Ministros, hecha pública el pasado 24 de junio, que impuso un plazo mínimo de tres años, ampliable a otros dos adicionales, en el que ambas entidades funcionarían de forma separada (no se podría activar ninguna de las sinergias previstas inicialmente) y en el que no podrían despedir a los trabajadores de ambos bancos como resultado de la operación ni alterar la gestión de la red de oficinas.
Ambas entidades emplean en la actualidad a más de 42.000 trabajadores en España, de los que más de 29.000 están en nómina del BBVA, en línea con la plantilla previa al ERE de 2021, mientras que el Sabadell cuenta con 13.600 empleados. Aunque no ha trascendido el ajuste de personal que derivaría de la integración de ambas entidades (no aparece ninguna mención en el folleto), el BBVA sí cuantifica que los ahorros en gasto de personal si sale adelante la fusión serían de 325 millones de euros antes de impuestos.
El recorte es sensiblemente inferior al de las tres últimas grandes fusiones bancarias en España, que provocaron el despido de más de 13.200 empleados y el cierre de unas 3.500 oficinas. La más cuantiosa en términos de personal fue la fusión de CaixaBank y Bankia, ya que provocó la salida (pactada con los sindicatos), solo en España, de 6.452 personas, una cantidad equivalente al 14,5% de la plantilla, y el cierre de 1.534 oficinas, el 27,6% de la entidad resultante de la integración. Ya a cierta distancia aparece la integración del Banco Popular en el Santander, que provocó la salida de 4.648 personas en dos expedientes de regulación de empleo (ERE) y el cierre de 1.276 oficinas, mientras que la integración de Unicaja Banco y Liberbank tuvo como consecuencia la desvinculación de 2.174 personas, el 58% la plantilla de la entidad absorbida.
A la espera de conocer con más detalle esos ajustes de oficinas y personal, estos tendrán que respetar los compromisos adquiridos con la CNMC, entre los que destacan, al margen de que no cerrará oficinas cuando no haya otra a menos de 300 metros de distancia, el hecho de que no podrá cerrar oficinas en los 205 códigos postales con un nivel de renta per cápita inferior a 10.000 euros o que no podrá abandonar municipios ni sustituir oficinas por un agente, autobús bancario u otros medios en los que hay menos de tres competidores. Entre esas obligaciones también figuraba no cerrar oficinas en alguno de los 140 municipios de menos de 5.000 habitantes, donde al menos una de las dos entidades está presente o no cerrar ninguna oficina del Banco Sabadell especializada en empresas en todo el territorio nacional.
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