México crece un 2,1% en el primer año de Trump en la Casa Blanca

El sector servicios y la buena marcha de la economía estadounidense impulsan a la segunda mayor potencia de América Latina en 2017

Un trabajador, en Tijuana (Baja California), una de las zonas más dependientes de EE UU.CUARTOSCURO

La economía mexicana superó, con un aprobado alto, uno de los años más complejos de su historia reciente, tras la llegada del magnate republicano Donald Trump a la Casa Blanca. El PIB del segundo país más poblado de América Latina creció un 2,1% en 2017, en línea con lo que preveían la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y la mayoría de analistas pr...

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La economía mexicana superó, con un aprobado alto, uno de los años más complejos de su historia reciente, tras la llegada del magnate republicano Donald Trump a la Casa Blanca. El PIB del segundo país más poblado de América Latina creció un 2,1% en 2017, en línea con lo que preveían la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y la mayoría de analistas privados, y encadenó así su octavo año consecutivo al alza. La cifra está, no obstante, por debajo de su crecimiento potencial: con una pirámide demográfica envidiable a ojos de la mayoría de países europeos, Estados Unidos o Canadá y un mercado interno con enorme recorrido, una vez que se logre incluir en la economía formal al 100% de la población, la mayoría de economistas subrayan que México tiene la capacidad de crecer muy por encima de esa cifra. Si se corrige por efectos de calendario –2016 fue bisiesto–, el crecimiento resultante en 2017 sería ligeramente superior: del 2,3%. "Ambas cifras son válidas, pero 2,1% será la que quede para la historia", matiza Jonathan Heath, ex economista principal de HSBC para América Latina.

El crecimiento también es notablemente inferior a lo prometido por el presidente Enrique Peña Nieto (PRI) en la campaña electoral de 2012, cuando se propuso "triplicarlo" hasta "tasas del 5% y el 6%". De confirmarse la estimación hecha pública este martes por la oficina estadística mexicana (Inegi), la actividad económica en el país norteamericano se habrá expandido a una tasa media anual del 2,2% en sus cinco primeros años de presidencia, más de tres puntos porcentuales menos de lo que auguró. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sostienen que el amplio abanico de reformas estructurales puestas en marcha por la actual Administración –energética, laboral, de telecomunicaciones y financiera, entre otras– empezarán a dar sus frutos durante el próximo sexenio.

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En 2017, la economía mexicana logró sortear una multitud de vientos en contra: el efecto Trump –que solo ha afectado en el plano inversor, ralentizando el flujo de capitales desde el exterior–, la menguada producción petrolera y los terremotos y huracanes que sacudieron al país en el tercer trimestre. Lo hizo, sobre todo, aprovechando el momento dulce que atraviesa su mayor socio comercial, Estados Unidos, que ha impulsado al país latinoamericano por dos vías: un repunte en el envío de remesas y un tirón en las exportaciones, beneficiadas también por la depreciación del peso frente al dólar en los últimos años. "La economía ha mostrado una gran resiliencia", opina Carlos Serrano, economista jefe de BBVA Bancomer.

Por sectores, los que más contribuyeron al crecimiento en 2017 fueron el terciario (servicios) y el primario (actividades agrarias), 3,1% y 2,8% respectivamente, mientras que la industria restó seis décimas al PIB. La inversión privada y las actividades extractivas, con el petróleo a la cabeza, continuaron siendo, según Heath, el gran talón de Aquiles de la economía mexicana a lo largo de todo el ejercicio. Descontando la declinante producción de crudo, que ha golpeado con crudeza a los Estados del sureste (Campeche, Tabasco y Veracruz), el crecimiento habría cerrado el año más cerca del 3% que del 2%.

En un mes, el Inegi refrendará o corregirá las cifras preliminares publicadas este martes y aportará los datos desagregados. "Entonces se podrá comprobar si, como parece, el consumo de los hogares se desaceleró menos de lo esperado en el tramo final del año por el menor poder adquisitivo derivado de la inflación [que cerró 2017 en máximos de casi 17 años]", agrega el ex economista jefe de HSBC en la región y hoy analista independiente. Entre octubre y diciembre –la cifra que quedaba para completar el cuadro del año en su conjunto– la economía mexicana creció un 1% respecto al trimestre anterior, la mayor expansión intertrimestral del año. "Una sorpresa positiva, ya que se esperaba un crecimiento de alrededor del 0,7% más de lo previsto", valora Heath. "Con esta cifra, sumada a los datos favorables datos de exportaciones de diciembre, se atenúan los temores sobre la desaceleración de la economía mexicana", agregan Arturo Vieyra y Sonia Machain, de Citibanamex. "Pero hay que ser cauto", cierra Serrano, de BBVA. "Tiene mucho de efecto rebote".

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