El parón de Washington deja "solo" a Lincoln
Abraham Lincoln (1861-1865) amaneció hoy solo, sentado en su butacón de mármol: Los miles de turistas que a diario visitan su monumento en Washington no pudieron siquiera acercarse a la escalinata, por culpa de la paralización parcial de las actividades del Gobierno de EEUU.
La escultura gigante que representa al legendario presidente estadounidense suele estar copada de curiosos y visitantes, una parada ineludible para cualquier viajero que haga escala en Washington y pretenda conocer el corazón político estadounidense.
Es el caso de Judy Thompson, quien ayer llegó desde Los Ángeles (California) con otras cinco amigas con las que forma un pequeño club de tenis.
"Teníamos visita programada para ver el Congreso para mañana, y hoy no podemos ver los monumentos", explicó en declaraciones a Efe.
Thompson se ha cruzado la nación de costa a costa pero ha llegado en el peor momento.
"Cómo podríamos saber que iba a pasar esto. Mi marido ha escrito al Capitolio para quejarse. No puede ser que vengamos para ver los museos y los monumentos de Washington y nos tengamos que quedar en la puerta", insiste.
La falta de acuerdo entre republicanos y demócratas para alcanzar un acuerdo presupuestario que evitara la situación ha provocado, entre otras cosas, que parques nacionales, museos y monumentos estén cerrados al público a lo largo y ancho del país, aunque es en la capital donde más se ha notado sus efectos.
En sus calles hoy se nota un considerable descenso del tráfico, e incluso los taxistas se quejan de tener menos trabajo del normal.
Washington es la ciudad más afectada porque concentra gran número de las sedes de las agencias federales, y en ella trabajan la mayoría de los 800.000 empleados que hoy no han ido a sus oficinas.
Como Junko Chinen, empleada del Gobierno Federal y que trabaja para el Museo de Historia Natural de la Institución Smithsonian, el complejo museístico público más grande del mundo.
"Nos han dado cuatro horas para que hoy solucionemos todo aquello de última hora que era urgente solucionar", explica a las puertas del edificio donde se encuentran tanto las oficinas como las exhibiciones y muestras.
Al igual que Chinen, cientos de miles de empleados del Gobierno estadounidense recibieron instrucciones y correos electrónicos en los días previos ante la posibilidad de que finalmente tuviera lugar la paralización temporal de la Administración.
"No podemos utilizar el correo electrónico vinculado al trabajo, ni abrirlo siquiera. (...) Pero lo que más nos frustra es que no sabemos cuánto va a durar esto, que el Gobierno no nos va a decir cuando acabará y cada medianoche tendremos que estar pendientes de si tenemos que trabajar al día siguiente o no", lamenta.
Aún así, ha habido quien se ha apiadado de los trabajadores federales que al menos desde hoy, y hasta nuevo aviso, están sin empleo y sueldo, como la hamburguesería Z-Burger, quien a lo largo del día ha estado repartiendo menús entre los afectados.
Y es que la capital y su área metropolitana, según ha advertido la Casa Blanca, podrían perder hasta 200 millones de dólares por día mientras se prolongue la paralización, una situación que Washington no experimentaba desde hace 17 años, la última vez que Lincoln se quedó solo.
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