Ecoturismo fotográfico, viajar con la mirada en la naturaleza
Cuando el paisaje en sí mismo es el "souvenir" que anima al viaje, la marcha tiene nombre: ecoturismo fotográfico o, al menos, eso defiende David Munilla, profesional con 30 años de experiencia que ofrece un itinerario por el planeta con imágenes de postal.
Los viajes que propone se diseñan entorno a la hora justa, la luz y el emplazamiento perfecto para capturar un determinado paisaje, explica Munilla a EFEverde, a poco de iniciar su próxima aventura, "a África en camello", porque el modo de llegar también es importante, sin alterar el entorno y sin perturbar a los anfitriones que esperan en Erg Chebi, las mismas puertas del Sahara.
Munilla comparte con sus compañeros de viaje su "modo de mirar", un ojo educado mientras se especializaba en fotografía de deportes extremos, casi todos practicados en parajes naturales que "quitan el aliento", señaló.
Es así como se hace con rutas especiales para tomar las fotos mas impactantes, con la pericia de un guía de montaña y la precisión de un reportero.
"Si era capaz de hacer fotos colgado a 200 metros o volando en parapente, podía hacer cualquier cosa", recordó David de su "momento de inspiración", mientras era jefe de Redacción de la revista "Pasos", dedicada al deporte de montaña.
En el "catálogo de viaje" de Munilla están los Dolomitas,"la cordillera de la luz", las Tres Cimas de Lavaredo (Italia), que él propone reflejadas en el agua; amaneceres en el Mont Blanc y atardeceres en el Himalaya, el "verde fluorescente" de Madeira, la Islandia "de los mil paisajes" o la mas cercana Sierra Nevada, que considera su "fuente de inspiración".
Alpinista y escalador, Munilla asegura haber recorrido la mayoría de los macizos montañosos del planeta y entre sus "servicios" ofrece un curso especial de "fotografía de escalada", una modalidad "bastante complicada" que enlaza directamente con los "deportes extremos".
En "ochomiles" como el Annapurna, Daulaghiri y Everest conoce el "plató perfecto", emplazamientos -dice- para "acertar con la foto magistral", en momentos difíciles en los que no hay tiempo para ensayo y error.
David Munilla acostumbra a moverse entre límites y no arriesga una buena foto por falta de preparación, porque sabe que es el recuerdo que materializa la experiencia y tiene el valor de una recompensa. "Es la prueba, el testigo fiable de que estuvimos allí", sostiene.
La "ecofoto", es capturar, para llevar a casa, "el mágico espectáculo de la naturaleza", los mayores picos del planeta, los valles más profundos, "la inmensa sensación de descubrir la cara salvaje de la naturaleza, con el compromiso de dejarla tal y como la encontramos", recalca el fotógrafo.
La compañía de Munilla en estos viajes da las garantías al viajero recién iniciado de poder perderse por caminos "poco transitados" con la tranquilidad de encontrar siempre el camino de vuelta.
El entrenamiento físico del paseante/fotógrafo dependerá del trayecto elegido, pero sin la exigencia que se pide a los montañeros, aseguró el guía, responsable, apuntó, de llegar a la cima sin desatender la belleza de los recodos.
Imprescindible, aseguró, cargar con un trípode (de los que ya hay muchas modalidades y muy ligeros en el mercado), porque no hay pulso que resista la impresionante majestuosidad de la naturaleza.
Las notas "casi secretas" de sus viajes son las de los mejores fotógrafos de grandes espacios e incluyen trucos para hacer fotos de noche y la espectacularidad de las estrellas cuando son la única luz que brilla en el cielo.
Entre sus proyectos pendientes, Patagonia, "donde acaba o empieza América", o Kenia, el mundo de los massai, donde le esperan los animales más salvajes de África, para él solo "presas" de un "visor" sensible y respetuoso que se rinde a la imponente belleza de la naturaleza.
Ana Cerrud
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