El Gobierno destina 330,6 millones a la política turística, un 24,6 % menos

El importe previsto para el próximo año se dedicará principalmente a defender y mejorar la posición de España como líder turístico mundial, mediante el aumento de la rentabilidad del conjunto de la oferta turística española y la sostenibilidad de los recursos, según el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013.

El objetivo es mejorar la competitividad, orientando las acciones a la excelencia en la gestión a través, entre otras actuaciones, del fortalecimiento de la marca turística España, mediante el plan estratégico de márketing de Turespaña y de los planes tácticos a través de la red de consejerías de turismo de las misiones diplomáticas españolas.

Se trata también de impulsar el programa de fidelización de los turistas a España, dirigido fundamentalmente al Reino Unido y a Alemania, y el de márketing en redes sociales, así como de adaptar y renovar la oferta de establecimientos, servicios y destinos turísticos.

Se continuará con la construcción y apertura de nuevos paradores de turismo, estando prevista en 2013 la finalización y puesta en funcionamiento del de Cangas de Narcea (Asturias).

Además, se ofrecerán líneas de crédito por importe de 226,69 millones de euros, para la renovación de infraestructuras turísticas.

Desde la Secretaría de Estado de Turismo se gestiona, asimismo, el Fondo Financiero del Estado para la Modernización de las Infraestructuras Turísticas (FOMIT), cuyo objetivo es promover la recualificación integral de los destinos turísticos maduros en colaboración con las entidades locales.

España está dentro de los primeros destinos mundiales en número de turistas y en ingresos por turismo y, para mantener o aún mejorar su posición dentro del mercado turístico, todo el sistema debe adaptarse a los cambios profundos y estructurales asociados a una multiplicidad de factores, de acuerdo con el proyecto de los presupuestos.

Entre ellos destacan la sostenibilidad social, medioambiental y económica, el estancamiento de la demanda tradicional europea, la alta competencia de destinos alternativos, la irrupción en el sector turístico de las tecnologías de la información, de las comunicaciones e internet, cambios en el sector del transporte aéreo, un poder creciente del cliente debido a su mayor información y a su mayor capacidad de acceso a la compra directa de servicios o nuevos hábitos vacacionales.

La actual situación económica internacional añade, además, incertidumbre a este escenario, así que para afrontar estos retos el Gobierno está elaborando un Plan Nacional e Integral del Turismo que aborda los desafíos desde una perspectiva interdepartamental y que plantea abordar una serie de medidas ineludibles en el trascurso de la presente legislatura.