Peña Nieto visita Brasil para fortalecer los vínculos entre los gigantes regionales
La visita a Brasil hace parte de la gira por seis países de la región que Peña Nieto comenzó el lunes en Guatemala y que incluye además a Colombia, Chile, Argentina y Perú.
El mandatario electo comenzará la etapa brasileña en la ciudad de Sao Paulo, el motor económico del país y donde mañana se reunirá con los dirigentes de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), el gremio más influyente del país.
El jueves, en Brasilia, Peña Nieto, se entrevistará con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tras lo cual partirá rumbo a Chile.
Brasil y México, por el tamaño de sus economías, ejercen un liderazgo regional y entre los objetivos de la gira está el de "construir una agenda multilateral en temas de migración, seguridad y desarrollo económico", según informó el equipo del presidente electo.
Por su fortaleza económica, Brasil y México se sientan a la mesa del G-20, el grupo que reúne a las mayores economías del mundo desarrollado y en desarrollo, que en los últimos años ha tenido un papel relevante en la búsqueda de soluciones a la crisis financiera mundial.
Los dos forman parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y en la reunión del jueves con Rousseff se espera que Peña Nieto trate también otros asuntos de la agenda política internacional, aunque por tratarse de un presidente electo la visita no tendrá carácter oficial.
Igualmente se espera que Peña Nieto abogue tanto en Sao Paulo como en Brasilia por una consolidación de la relación bilateral mediante un mayor intercambio comercial tras superar las diferencias surgidas a comienzos de año por las restricciones brasileñas a las importaciones de vehículos mexicanos.
Esa medida llevó a una revisión del Acuerdo de Complementación Económica, en vigor desde 2003, que regula el comercio de automóviles entre ambos países, estableciendo límites a ese intercambio para no perjudicar a sus respectivas industrias del motor.
"Consideramos a Brasil un socio indispensable en América Latina y un interlocutor sin parámetros en el hemisferio", dijo Peña Nieto en una entrevista que publica esta semana la revista brasileña Época.
El comercio bilateral el año pasado fue de 9.090 millones de dólares, con un déficit para Brasil de 1.170 millones de dólares.
En los primeros ocho meses de este año ese intercambio sumó 7.077 millones de dólares, deficitario para Brasil en 1.507 millones de dólares, según datos del Gobierno brasileño.
Pese a que el comercio bilateral se ha intensificado en los dos últimos años, en 2011 México fue el destino de sólo el 1,55 por ciento de las exportaciones brasileñas, mientras que Brasil importó de ese país el 2,27 por ciento de sus compras externas.
Brasil es, además, el principal destino de las inversiones mexicanas en América Latina, con un acumulado de 17.000 millones de dólares, gran parte en el sector de las telecomunicaciones, cifra que contrasta con los cerca de 1.100 millones de dólares invertidos por Brasil en México hasta el año pasado.
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