La inflación sube dos décimas en mayo hasta el 1,8% por la energía

La tasa española de inflación armonizada -medida igual en todos los países de la zona euro- se situó en mayo en el 1,8%, lo que supone un aumento de dos décimas con respecto a la de abril y el séptimo registro positivo consecutivo interanual, tras ocho meses de caídas. Con esta tasa, que se sitúa una décima por encima de las previsiones de los analistas -según un sondeo realizado por Bloomberg-, los precios medidos de forma homogénea con el resto de Europa avanzan hasta su nivel más alto desde noviembre de 2008.

Así lo refleja el indicador adelantado del Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que, de coincidir con la inflación general (IPC), que se conocerá el 11 de junio, también supondrá el séptimo mes con tasas interanuales positivas de inflación.

Hasta que se conozcan los datos definitivos, todo apunta a que el principal responsable del aumento de la tasa de inflación continúa siendo la evolución del precio de los carburantes, ya que hace un año el barril del Brent costaba 58,59 dólares de media frente a los 77,20 dólares de media en lo que va de mayo este año, en torno a un 15% más. Mayo es el penúltimo mes antes de que el IVA suba dos puntos, del 16% al 18% en su tipo general, lo que tendrá una repercusión en los precios de un 0,5% de media, según los cálculos del Gobierno. No obstante, hay algunas grandes cadenas y empresas como Inditex, que han anunciado que trasladarán este incremento a sus tarifas de venta al público.

También habrá que confirmar entonces si el aumento de mayo también ha sido posible por una recuperación de la inflación subyacente, aquella que elimina los componentes más volátiles como la energía y los alimentos, y que bajó un 0,1% en abril por primera vez desde que hay datos comparables pese a que la economía española dejó atrás en el primer trimestre del año su peor recesión en medio siglo.

El descenso de esta tasa, la que mejor refleja la relación entre la demanda y la oferta y que, por tanto, permite calibrar la evolución del consumo -en este caso su recuperación-, preocupa por que reabre el fantasma de la temida deflación.