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Todos mueven ficha en el 'monopoly'

Las desinversiones de inmobiliarias para afrontar la deuda sacaron al mercado grandes edificios en la recta final de 2007

El juego sigue. En el tablero del monopoly barcelonés se mueve ficha con frenesí. Los grandes inmuebles y proyectos cambian de manos, algunos por la necesidad del propietario y otros porque buscan oportunidades. La política de desinversión de activos no estratégicos de grandes corporaciones y, sobre todo, de inmobiliarias que quieren soltar lastre para afrontar su deuda en plena crisis, ha sacado colosos al mercado.

Las ventas por desinversión han sido especialmente frenéticas en el último mes. La nueva Colonial y Habitat, acuciadas por la deuda, se han desprendido de inmuebles emblemáticos para ambas compañías. La inmobiliaria que preside Mariano Miguel vendió a La Caixa antes de cerrar el pasado ejercicio una de las dos torres —la más baja, de 12 plantas— que ocupa la entidad financiera por 107 millones de euros.

Poco tiempo después, Colonial se deshizo también de los terrenos, con proyecto incluido, de una torre de 19 plantas que debía construir en la plaza de Europa; los vendió a la promotora Inbisa por cerca de 20 millones de euros. La inmobiliaria también vendió a Hemisferio, la sociedad patrimonial de la familia Lara, el edificio de los números 192-198 de la calle de Aribau de la capital catalana por 55 millones de euros.

Habitat cierra la venta de dos edificios

Habitat, que espera cerrar el acuerdo que alcanzó con la banca la semana que viene, también ha cerrado la venta de dos edificios en Barcelona. Uno de ellos, la antigua sede de Torraspapel, lo ha aquirido el grupo S'Agaró Blau por alrededor de 25 millones de euros para, según fuentes del sector, transformarlo en un hotel. El segundo es el emblemático proyecto Distrito 38, que lleva la firma de Alejandro Zaero Polo y Arata Isozaki. En este caso, la compañía se quedará con la urbanización del proyecto y ha vendido la tercera y cuarta fase a Comsa y la familia Rubiralta por más de 50 millones de euros.

La directora de Aguirre Newman en Barcelona, Anna Gener, explica que varias inmobiliarias han tenido que realizar "una política de desinversión prácticamente forzosa" para "afrontar la deuda con la venta de activos". Estas operaciones, añade Gener, "se han apurado hasta el último momento". Es más, según fuentes financieras, no son pocas las ocasiones en las que se han tenido que cerrar transacciones por debajo del precio de tasación. El motivo, argumentan, es que en diciembre a varias inmobiliarias les urgía vender para poder saldar su deuda anual con la banca acreedora.

Carteras como la de Landscape son "difíciles de ver"

Sin embargo, la mayor compra a raíz de una desinversión se produjo a principios de año. Sólo un día después de terminar con el proceso de compra de Landscape por 990 millones de euros, la valenciana Astroc generó plusvalías con la venta a GE Real Estate, por 650 millones, de parte de los activos patrimonialistas de la antigua filial del Banc Sabadell. En el paquete había dos hoteles y 300.000 metros cuadrados de oficinas, naves industriales y otros inmuebles mixtos. Una veintena de edificios estaban en Barcelona. El director de Capital Markets de CB Richard Ellis en Barcelona, Martín Barot, opina que carteras como la de Landscape son "difíciles de ver". "El único equivalente ahora mismo sólo debe tenerlo Colonial, puesto que Habitat ya se ha deshecho de prácticamente toda su cartera de oficinas y ahora todo lo que tiene es residencial", asegura.

Otro ejemplo. Grupo Aisa puso a la venta un edificio en el número 30 del paseo de Gràcia también para hacer caja. Este inmueble pasó a formar parte de los activos de la empresa el año pasado, después de que el ex alcalde de Barcelona Enric Masó lo aportara tras incorporarse al accionariado de la compañía. En un principio, señalan fuentes del mercado, se decidió venderlo todo entero. Sin embargo, apareció la firma inversora Nergosa, que ha pagado la friolera de 52 millones de euros sólo por los 2.000 metros cuadrados de los locales comerciales en una operación asesorada por CB Richard Ellis. Es decir, han pagado 26.000 euros por metro cuadrado. El resto del inmueble será rehabilitado y se sacará al mercado como edificio de oficinas y despachos.

La venta más emblemática

Si en 2006 los mayores activos del La ONCE también se desprende de sus activos

También se ha desprendido de sus activos, aunque a un precio más modesto, la ONCE. En este caso, Varal Real Estate y Comsa le compraron dos edificios, uno en el Eixample y otro en Pedralbes, por 60 millones de euros. El director de Oficinas de Barcelona de la consultora Cushman & Wakefield, Eusebi Carles, admite que la política desinversora de inmobiliarias como Colonial, que anteriormente sólo vendía "de forma muy selectiva", está animando el mercado barcelonés, que tradicionalmente adolecía de falta de edificios para invertir. Aun así, subraya el interés por el segmento de oficinas. Éste, de hecho, se ha convertido en el refugio de los inversores en una época de parón de ventas en el mercado residencial y de falta de liquidez para realizar proyectos de logística e industrial.

Una firma de inversión que ha seguido bastante activa este año es Pontegadea Inversiones, la sociedad del presidente de Inditex, Amancio Ortega. La firma se hizo con el número 5 del paseo de Gràcia dentro de la compra de una cartera de 10 inmuebles del Banco Santander por 458 millones de euros. Según fuentes del mercado, el edificio barcelonés le costó alrededor de 64 millones. En cambio, en el número 93 de la misma avenida, la firma de Ortega vendió a la enseña de moda Santa Eulàlia el local donde está ubicada su tienda. El establecimiento tiene tres plantas que suman 1.700 metros cuadrados. El inmueble será objeto de rehabilitación integral y mientras duren las obras la firma de moda se trasladará a un local del edificio contiguo.

El retail, especialmente activo

El segmento del retail fue especialmente activo este año. Sobre todo en cuanto a locales a pie de calle, donde destaca, por ejemplo, la llegada de Nespresso, que ha abierto su tienda más grande de Europa en el local donde antes se ubicaba el cine Publi. Pero la operación de mayor envergadura fue la compra de la antigua sastrería Modelo de La Rambla. La sociedad Pantaleoni Hermanos vendió el inmueble 131 de esta avenida a la compañía inversora holandesa Redevco por 45,5 millones de euros. El edificio, de 3.150 metros cuadrados distribuidos en planta baja y cinco pisos, será ocupado por la firma de moda de origen sueco H&M, que ha firmado un contrato de arrendamiento a largo plazo, según indican fuentes del mercado.

El suelo de oficinas, tocado

A pesar de que el mercado de oficinas es el segmento inmobiliario al que acuden las empresas para buscar seguridad y equilibrar su actividad con patrimonio en renta, el suelo para desarrollar proyectos de oficinas también ha quedado tocado. La directora de Aguirre Newman en Barcelona, Anna Gener, explica que el primer suelo en verse afectado por la crisis financiera fue el residencial. "Hay una parálisis completa en las transacciones, en especial desde agosto o septiembre, cuando la falta de confianza del sector financiero llevó a parar las promociones", afirma. Gener explica que los promotores vieron cómo acudían a las entidades financieras "de toda la vida" y la banca les "cerraba el grifo" para los mismos proyectos "que hacían siempre". Y esto, añade, contagió al segmento terciario. El director de Capital Markets de CB Richard Ellis en Barcelona, Martín Barot, explica que la falta de edificios hace dos años motivó que las inmobiliarias compraran proyectos llave en mano, incluso sin garantías de renta. "Ahora estas operaciones ya no se producen", afirma Barot. La razón, prosigue, es que las entidades financieras ya no sólo piden garantías de renta para dar créditos para un proyecto, sino que reclaman prealquileres y algunas sólo quieren financiar compras de edificios con inquilinos. "El problema es la incertidumbre. Nadie sabe a cuánto están los precios de mercado y todo el mundo espera", remacha Gener.

Guerra de accionistas

Promociones Habitat, la inmobiliaria presidida por Bruno Figueras, renegocia a contrarreloj las condiciones de su deuda con la banca acreedora. Fuentes financieras aseguran que el acuerdo debería cerrarse el próximo lunes, aunque todo depende de las pequeñas entidades. La presión procede sobre todo de los accionistas minoritarios —Isak Andic, de Mango; José Antonio Castro, de Hesperia; Dolores Ortega, y las familias Rodés y Cuatrecasas—, con el 25,08% del capital, que han ido a los tribunales para impugnar los acuerdos de la junta del 27 de diciembre. Los principales accionistas, las familias Figueras y Suñol, en un comunicado arremetieron contra la demanda. Habitat espera cerrar con la banca una ampliación del plazo de devolución del préstamo que pidieron para la compra de Ferrovial Inmobiliaria hasta 2010. Para hacer caja, Figueras tiene en venta dos de sus hoteles, que están dentro de la sociedad Habitat Hoteles. Uno de ellos, Habitat Sky, ha recibido ya numerosas ofertas. La inmobiliaria espera cerrar una venta por encima de los 90 millones de euros, con lo que conseguiría unas plusvalías de unos 20 millones. También está en venta el hotel Bauzá de Madrid. En este caso, los ingresos que obtendría serían de cerca de 45 millones, según fuentes del mercado.

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