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La madera para fabricar papel higiénico es ya el tercer bien más importado por China

El altísimo número de ciudadanos del gigante asiático y el cambio de sus costumbres hacia patrones de consumo masivo similares a los occidentales preocupan a sus autoridades

La pasta de madera para fabricar papel higiénico y pañuelos es ya la tercera materia prima más importada por China, por detrás sólo del petróleo y del acero, según los datos del sector que recogen hoy varios diarios de Shanghai. El país que inventó el papel de váter tuvo que importar en 2003 6,03 millones de toneladas de pulpa de madera, y consumió cerca de 8,2 millones.

Un consumo desenfrenado que se está disparando y que preocupa a la Asociación del Comercio de Papel de Shanghai, que en un estudio publicado recientemente refleja la necesidad de economizar el uso de estos productos, ya que su ritmo de crecimiento amenaza con terminar del todo con las escasas reservas forestales de China.

"Estoy contento de ver que mucha gente joven utiliza los productos de papel por comodidad, señal de desarrollo social", afirma Wang Yueqing, subdirector de este organismo, que sin embargo puntualiza que empieza a preocuparle "el alto consumo de madera que conlleva esta nueva costumbre".

Sólo en Shanghai, la ciudad más grande de China, se consumen al año 140.000 toneladas de pañuelos y papel higiénico, para cuya fabricación son necesarias 80.000 toneladas de pulpa de madera. En resumen, 300.000 toneladas de árboles anuales.

Más del doble de la media internacional

Esto supone un consumo de 8,5 kilos anuales por persona (en una ciudad de más de 17 millones de habitantes), cuando la media internacional está en 3,5 kilos. El estudio propone recuperar los pañuelos de tela, que están en desuso en el país desde hace una década y que ahora sólo utilizan las personas mayores.

"Estamos intentando fomentar la aplicación de nuevos materiales y tecnología para ahorrar madera", dice Wang, como la que se desarrolla en una fábrica de la provincia de Jiangsu, junto a Shanghai, para hacer pañuelos y papel higiénico a partir de paja, o de posos de caña de azúcar, como en una factoría de Guangxi.

Estas ideas se suman a la iniciativa de producir papel mineral para usos distintos al higiénico, a partir de polvo de silicato de calcio, que ya se aplica en varias provincias desde el año 2003.

Wang explica que pese a las malas previsiones, China sigue intentando ampliar su superfecie forestal hasta un 18%, "desde el 16,2% que tenía en 2003, después de limitar la tala durante años", aunque sigue estando bastante por debajo del estándar internacional del 30%". En 2000, la superficie boscosa de China era inferior al 14%, pero se estableció un plan para doblar esa cifra en 2050.

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