El Ecofin aprueba una nueva ley sobre el control de las fusiones empresariales
El nuevo reglamento flexibiliza los plazos para realizar investigaciones sobre un proceso de concentración
La Unión Europea contará con una nueva ley de control de concentraciones de empresas que introduce una mayor flexibilidad, refuerza la idea de ventanilla única y clarifica las competencias en materia de investigación cuando las fusiones pueden provocar perjuicios. La norma, presentada por el Comisario de Competencia, Mario Monti, ha recibido el visto bueno del Ecofin, el Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE.
La principal novedad del reglamento que entrará en vigor el 1 de mayo atañe a los plazos de examen. El nuevo reglamento mantiene la estructura de examen en dos fases. Una primera fase de un mes donde se agota el examen de las operaciones que no plantean problemas de competencia y un segundo periodo de 90 días laborables en el que se examinan las operaciones las que sí los planteen.
A esta estructura se añade a partir de ahora un incremento de las posibilidades de las partes para solicitar prórrogas de hasta 35 días laborables durante la segunda fase de examen, al objeto de facilitar la búsqueda de compromisos que permitan ajustar la fusión a las exigencias de la Comisión Europea. Según el texto aprobado hoy, los poderes investigación del Ejecutivo serán reforzados para poder obtener información más fácilmente, y se contempla la posibilidad de imponer altas multas si no se atiende a una petición de información.
Además, la normativa entraña un cambio conceptual que podría tener consecuencias prácticas importantes. Hasta ahora, la Comisión buscaba desvelar si las fusiones daban o no lugar "a una posición dominante en el mercado". La nueva normativa establece en cambio que una fusión pueda bloquearse "si supone un obstáculo significativo para la competencia efectiva", con independencia de que la empresa resultante tenga o no una posición de dominio en el mercado.
Por otro lado, el nuevo reglamento suprime la obligatoriedad de que haya un acuerdo firme entre las empresas antes de notificar en Bruselas la operación de fusión. En adelante, bastará con demostrar la intención de fusionarse. En cuanto a los criterios por los que una fusión recae en manos del regulador europeo o de la autoridad nacional de Competencia, no se modifican. No obstante, las empresas cuyas fusiones no recaigan automáticamente en el ámbito de examen de la Comisión, podrán pese a ello solicitar la actuación del regulador europeo, siempre que la fusión afecte al menos a tres Estados miembros.
Desde septiembre de 1990 (fecha de entrada en vigor del primer reglamento de concentraciones) hasta finales de 2003, la Comisión ha autorizado un total 2.235 de operaciones de fusión y ha prohibido 18 operaciones. El nuevo texto jurídico forma parte de un paquete de reformas, puesto en marcha por Monti en diciembre de 2001 que incluye directrices para la evaluación de concentraciones entre empresas competidoras.
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