2012 arranca con viejos temores

Ni los vientos de cambio asociados al año nuevo lograron traer la calma a las Bolsas del viejo continente. La paz de las fiestas navideñas ha resultado ser un respiro temporal y la vuelta a la actividad ha aflorado los viejos problemas que persisten en el sistema financiero europeo.

Es lo que ha sucedido con la ampliación de capital por 7.500 millones de euros anunciada por el italiano Unicredit, una operación por la que ha tenido que ofrecer un descuento del 43% a los inversores y que evidencia las dificultades de la banca europea para financiarse. [La entidad italiana acumula una caída del 37% en tres jornadas] Temores similares despierta el anuncio del nuevo Gobierno español de que exigirá nuevas provisiones a las entidades por 50.000 millones de euros y que puede poner en serios aprietos a algunas entidades que, además, deben cumplir antes de junio los requisitos de la Autoridad Bancaria Europea de alcanzar un capital de máxima calidad -core capital- del 9% para entonces. La mejor prueba de esa desconfianza se reflejaba en el récord de los depósitos a un día de los bancos en el BCE, que alcanzaron el pasado viernes el récord histórico de 455.300 millones de euros.

Las primas de riesgo de Italia y de España han vuelto a zonas de máximos (527 y 385 puntos, respectivamente) y el Banco Central Europeo se veía obligado a comprar bonos de los dos países para intentar abaratar la financiación. Pero las tensiones en Europa no se quedan ahí. La rebaja de calificación de Hungría a nivel de bono basura pone en jaque a los bancos austríacos, los que mayor exposición tienen a toda la antigua Europa del Este, y puede llevar al país centroeuropeo al foco de la crisis soberana. Todos esos problemas tienen fiel reflejo en la cotización del euro, que se ha hundido cerca de los 1,27 dólares, su nivel más bajo en 15 meses.

De ahí que pese al prometedor inicio de la semana, el Ibex acabara perdiendo un 3,24% en las cinco últimas jornadas y se situara por debajo del nivel de los 8.300 puntos, con la banca, como no podía ser de otra forma, a la cabeza de las pérdidas.

Los inversores tienen pocos argumentos para esperar un cambio de escenario. Los datos económicos en Europa no han sido buenos y hacen temer una recesión más severa de lo previsto en los próximos meses. Por segundo mes consecutivo, la tasa de desempleo en la zona euro se situó en noviembre en el 10,3%, su nivel más alto de la serie histórica. Por su parte, la confianza económica descendió en diciembre hasta los 93,3 puntos, desde los 93,7. De hecho, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, anunció una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento mundiales como consecuencia de la crisis europea.

Sin soluciones a largo plazo de las autoridades comunitarias, la pesadilla del pasado otoño se repetirá una y otra vez.