El hombre que no busca problemas, los rodea

Jesús Posada es la antítesis de José Bono: es discreto, poco dado a dar que hablar y, como a Mariano Rajoy, no le gustan nada los titulares. Bajo su apariencia seria y de bon vivant hay un político reconocido por su ironía, su forma de contar las anécdotas y las sentencias cáusticas en momentos de agitación.

Se cuenta que un día Jesús Posada, siendo ministro de Administraciones Públicas de Aznar, estaba en el pasillo del Congreso hablando con otro miembro del Gobierno y pasó el entonces presidente sin mirarles siquiera. Se dice que Posada, muy serio, le dijo a su interlocutor: "¿Y tú crees que sabe que somos ministros suyos?". En otra ocasión, se cuenta, en una reunión interna del PP, cuando Aznar hablaba mucho de política exterior al final de su segunda legislatura, Posada dijo: "Presidente, menos Siria y más Soria". Posada, diputado por Soria, es fumador de puros, amante de la buena mesa y tranquilo y conciliador. En las generales fue impuesto en la lista de Soria por Rajoy, por problemas con el partido en esa provincia. La dirección provincial, incluso, le impidió hacer campaña.

Se dice que como ministro de Administraciones Públicas dio orden de retirar las iniciativas incómodas para no molestar. No tiene excesivo perfil político, sí capacidad de adaptación y espíritu de acuerdo. No busca problemas y los que le llegan los rodea. Ayer se estrenó dando la bienvenida a los diputados de Amaiur, con los que se encontró y saludó a las puertas del Congreso. En 1989 fue designado presidente de la Junta de Castilla y León, en sustitución de Aznar, que pasó a ser el candidato a la Presidencia del Gobierno. En las siguientes autonómicas, Posada fue apartado de la candidatura del PP, pero Aznar le recuperó luego como ministro de Agricultura y, posteriormente, de Administraciones Públicas.

Posada nació el 4 de abril de 1945 en Soria y estudió Ingeniería de Caminos y Económicas. Fue vicesecretario de Obras Públicas con UCD y gobernador civil de Huelva.