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Crónica:LIGA DE CAMPEONES | Quinta jornada
Crónica
Texto informativo con interpretación

Xavi doma a Ibrahimovic

El Barça gana al Milan en un memorable partido en San Siro por los goles y la calidad del fútbol

Ramon Besa

La sabiduría de Xavi, símbolo del fútbol socializado del Barça, le pudo a la arrogancia de Ibrahimovic, líder espiritual de un reconstruido Milan. Ambos fueron dos futbolistas admirables en un partido de época, muy propio de la Copa de Europa, jugado a un ritmo endemoniado, no apto para equipos contemporizadores. La importancia del torneo, la fama del rival y la majestuosidad del campo exigían una respuesta inequívoca del Barcelona. La condición de campeón comporta ciertas obligaciones, como resolver encuentros tan complicados como el de San Siro. Y el Barça salió vencedor de la afrenta con mayor grandeza incluso de la esperada, sobre todo porque fue muy exigido por el Milan, un equipo el de Berlusconi que se niega a dimitir del fútbol.

MILAN 2 - BARCELONA 3

Milan: Abbiati; Abate, Nesta (Bonera, m. 66), Thiago Silva, Zambrotta; Aquilani, Van Bommel (Nocerino, m. 72), Seedorf; Boateng; Robinho (Pato, m. 46) e Ibrahimovic. No utilizados: Amelia; Antonini, Ambrosini y Emanuelson.

Barcelona: Valdés; Puyol, Mascherano, Abidal; Xavi, Busquets, Keita, Thiago (Dos Santos, m. 90); Messi, Cesc (Pedro, m. 79) y Villa (Alexis Sánchez, m. 67). No utilizados: Pinto; Piqué, Maxwell y Fontàs.

Goles: 0-1. M. 14. Van Bommel, en propia puerta. 1-1. M. 20. Ibrahimovic. 1-2. M. 31. Messi, de penalti. 2-2. M. 54. Boateng. 2-3. M. 63. Xavi.

Árbitro: Wolfgang Stark (Alemania). Amonestó a Aquilani, Nesta, Messi, Van Bommel, Puyol, Abidal, Mascherano y Zambrotta.

Unos 80.000 espectadores en San Siro.

Pesa la camiseta rossonera, tiene su carácter el Milan y algunos de sus jugadores son ídolos de multitudes como Ibrahimovic. Hay pocos delanteros con mejores gestos técnicos y que dominen más las jugadas episódicas que el sueco. La cólera y el arrebato de Ibracadabra, bandera de un plantel con casta y oficio, fue insuficiente, sin embargo, ante el juego continuo y delicado de Xavi, imponente y majestuoso, el mejor representante del ejército de centrocampistas azulgrana, santo y seña del fútbol del Barcelona. Nunca pudieron especular los azulgrana, a pesar de que les valía con el empate para entrar como líderes en el bombo de octavos de final, y jamás retrocedieron en San Siro.

El partido ya arrancó de forma sorprendente, con un vértigo inesperado en el área del Barcelona, apuntado Valdés por Keita y Thiago, como si los volantes azulgrana fueran delanteros rossoneri y de central jugara Ibrahimovic. Keita regateó al sueco de cara a su portería y Thiago cedió la pelota a su guardameta en el área pequeña a la salida de un córner. Ya se sabe que en el Barça está prohibido rifar el cuero incluso ante el Milan. Apretaron los chicos de Allegri nada más salir a la cancha y ya no hubo manera de parar el encuentro, imposible encontrar un momento de pausa por la velocidad con la que replicó el Barça.

Jugaron los azulgrana con una intensidad sobrecogedora, más verticales y agresivos con el balón que nunca, siempre mirando a Abbiati. Arengados por Thiago, abierto a la banda, los volantes combinaron rápido y bien y los delanteros permutaron sus posiciones de forma continua para la llegada de los interiores. El fútbol asociativo barcelonista desarticuló a la experimentada defensa del Milan. Los remates se sucedieron y si solo cayeron tres goles fue por la falta de tino en el remate y por las intervenciones del portero.

Tuvo que achicar tanto el Milan que Van Bommel acabó por marcar en su portería y a Aquillani no le quedó más remedio que tirar a Xavi. El árbitro le perdonó la expulsión al medio italiano y acto seguido amonestó y obligó a repetir el penalti a Messi. Inédito frente a los equipos italianos, no falló anoche La Pulga, excelente en el juego interior desde la posición de falso nueve, empujado por el dinamismo de Cesc y dirigido por Xavi, ayer convertido en el futbolista total por la conducción, el pase, la entrada al área y el tiro, siempre resguardado por el omnipresente Keita.

Aunque atacaba sin extremos, el Barcelona impuso el fútbol dinámico de sus seis centrocampistas, indetectables para el Milan. A cambio, los azulgrana estuvieron más expuestos que nunca por defender con tres centrales. El Milan abrió muy bien las bandas, puso el cuero repetidamente a espaldas de los zagueros y se garantizó también un buen caudal de ocasiones. Robinho falló un gol cantado antes de que Ibrahimovic batiera a Valdés y Boateng no paró hasta encontrar la portería de Barça. Jugaron los italianos de forma intimidatoria, con una determinación admirable, preocupados en defensa y fieros en ataque.

El Milan nunca se fue del encuentro, ni siquiera con el tanto de Xavi en una jugada deliciosa por serena, por exacta, por tantas veces repetida y cada vez más solicitada. El efecto del pase multiplicador acabó con un pase filtrado de Messi y el remate de Xavi que hipnotizó San Siro. La mejor manera de cerrar un partido en que cada equipo reivindicó su manera de entender el juego y provocó el aplauso final de la hinchada. No perdía el Milan en casa desde febrero, cuando le batió el Tottenham. Ayer le ganó el Barcelona en una noche para recordar. Hubo quien pensó que no era un partido de clasificación sino la final de la Copa del Mundo.

Messi y Xavi celebran el primer gol del Barcelona ante la desolación de Aquilani.
Messi y Xavi celebran el primer gol del Barcelona ante la desolación de Aquilani.LUCA BRUNO (AP)

"Tito estará orgulloso"

A Guardiola se le vio muy solo en el banquillo. Sin Tito Vilanova, nada es lo mismo en este Barça porque difícilmente el de Santpedor hubiera hecho carrera en su banquillo de no ser por el apoyo y el criterio de ese tipo nacido en Bellcaire de l'Empordà al que conoció en La Masia. Ayer le echó de menos el equipo y por encima de todos Guardiola, por mucho que tuviera a su lado a Unzue, el entrenador de porteros, y a Aureli Altimira, uno de los preparadores físicos a su lado, otro miembro destacado de la Cuadrilla de los glotones, grupo del que también forman parte Pep y Tito.

Xavi fue el primero en recordar al segundo entrenador, ingresado en un hospital tras ser operado de la glándula parótida. "Era importante ganar por el primer puesto, por prestigio y, sobre todo, porque queríamos dedicarle el triunfo a Tito y a su familia. Le hemos echado de menos. Va por él", aseguró Xavi, que tiró una vez a puerta y metió un gol. Messi filtró un pase inverosímil entre una nube de defensas que dejó solo a Xavi ante Abbiati. "No hace falta decir que esta victoria va por Tito. Esperamos que pronto vuelva a estar con nosotros", insistió Mascherano, ayer central titular, relegando a Puyol al lateral y a Piqué al banquillo. "Tito estará orgulloso de cómo hemos jugado", aseguró el capitán. "A Tito solo lo puede ver su señora, pero sé que ha escuchado el partido por la radio", se congratuló Guardiola.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.
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