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ELECCIONES 2011 | Los partidos que más suben

Anatomía de un resucitado

Tras asomarse al abismo hace cuatro años, IU crece un 70% en votos y vuelve a respirar - El desplome socialista le ha abierto la puerta de un nuevo electorado

Hace menos de cuatro años, en la aciaga noche electoral del 9 de marzo de 2008, IU tuvo que asumir sus peores resultados en dos décadas de historia. Apenas dos diputados, 300.000 votos menos, adiós al grupo parlamentario propio. La sede de la formación en Madrid era un mar de lágrimas y un museo de retratos del desconcierto. La noche del domingo, en ese mismo edificio, decenas de militantes de IU cantaban La Internacional mientras apuraban unas cervezas, se abrazaban y reían. El moribundo se ha levantado. En medio de ambas fotografías, la peor crisis económica en décadas y el desplome del eterno adversario: el PSOE. Estas son algunas lecturas que deja el 20-N de la tercera fuerza política española.

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- Gran marca, ninguna influencia. IU ha crecido un 70% respecto a 2008 (710.000 votos nuevos) y quintuplica de largo su presencia en el Congreso, con 11 diputados (ocho hombres y tres mujeres). Es el mejor resultado desde 1996, pero llega en un momento de victoria arrolladora del PP, con mayoría absoluta y total margen para aprobar sus leyes, así que IU no tendrá ninguna capacidad de influencia para frenar políticas liberales. En comparación, los cinco diputados de IU en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, siendo menos, podían influir más. En la formación son conscientes de esa paradoja, pero aseguran que, a falta de influencia sobre el Gobierno, IU tendrá una gran baza: ser "la voz de la calle" en el Parlamento.

- Llamazares, el más votado. Gaspar Llamazares, voz de IU en el Congreso durante ocho años (diputado desde 2000, portavoz desde 2004), se jugaba el escaño en estos comicios. Como cabeza de lista por Madrid es casi imposible no salir elegido, pero ese puesto era, esta vez, para el coordinador, Cayo Lara; así que Llamazares se presentó por Asturias, donde IU no logró escaño en las últimas dos legislaturas. Él lo ha conseguido. Y Asturias es la provincia en la que IU recibe más apoyo: el 13,2% de los votos. La formación sube en toda España menos en el País Vasco, donde su federación se partió en dos este año.

- Los electores avalan la decisión de Extremadura. Tras las elecciones autonómicas de mayo, IU vivió una situación traumática que duró dos meses. Su federación extremeña, clave para decidir el Gobierno de la Junta al perder el PSOE la mayoría absoluta, se rebeló contra el criterio de la dirección federal y decidió permitir, con su abstención, que gobernara el PP. El equipo de Cayo Lara, preocupado por el efecto que eso pudiera tener para IU en el resto de España, llegó a amagar con expulsar a la federación extremeña, aunque finalmente no hubo sanciones. Ahora, las urnas parecen dar la razón a la dirección de IU-Extremadura: no solo IU no ha perdido votos en España (al contrario, los ha ganado y muchos), sino que también ha subido en Extremadura: no obtiene escaño (tampoco lo esperaba) pero pasa del 3% al 6% en Badajoz y del 2,7% al 5,2% en Cáceres. Los votantes de IU avalan -o, desde luego, no castigan- la decisión de acabar con tres décadas de mayoría absoluta del PSOE en la región.

- Una voz del 15-M en el Congreso. Uno de los mayores orgullos para IU en estas elecciones: Alberto Garzón, economista de solo 26 años, miembro de ATTAC y voz activa en el movimiento 15-M, ha logrado escaño por Málaga (donde se enfrentaba a dos dirigentes veteranas: Celia Villalobos, del PP, y Trinidad Jiménez, del PSOE). Lara podrá presumir así de llevar la voz de las asambleas de barrio a la Cámara (aunque Garzón milita en IU desde 2003).

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- La dirección del PCE vuelve al hemiciclo. Escaño sevillano, y comunista. José Luis Centella, secretario general del PCE, ha devuelto a IU su escaño por Sevilla, que la formación perdió en 2004. Pero ese asiento tiene un significado mayor: la dirección del PCE regresa al hemiciclo por primera vez desde 2003, cuando Francisco Frutos renunció a su escaño antes de terminar la legislatura. Desde entonces -aunque Gaspar Llamazares es del PCE, como la inmensa mayoría de los dirigentes de IU-, el núcleo directivo del partido no había tenido una presencia institucional como la que tendrá a partir de ahora.

- El mérito de Cayo Lara. Llegó a la coordinación federal de IU, a finales de 2008, casi por carambola: la guerra entre familias, enconada en los años previos, se resolvió en una asamblea agitada en la que el PCE -que lo proponía a él- logró vencer al sector llamazarista. Pero Cayo Lara se ha ido asentando en el cargo en estos años, al tiempo que la organización se pacificaba. Así, un candidato en apariencia con mucho menos peso que los que lo precedieron ha dado a IU su mejor resultado en tres lustros. Ahora queda por ver cómo se organizará el grupo parlamentario de IU. Es muy posible que Lara no sea el portavoz, o al menos que no sea el único portavoz. La experiencia de Llamazares podría aconsejar una suerte de bicefalia. La palabra, dice Lara cuando se le pregunta, la tiene la organización.

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