Fuertes críticas a Standard and Poor's por la errónea rebaja de la nota a Francia
¿Fue solo un fallo técnico, como asegura Standard and Poor's? ¿O se trató quizá de una mera proyección freudiana de una decisión ya tomada, contra lo que afirmó la agencia al rectificar dos horas después su posición? El correo electrónico lanzado el jueves por la agencia estadounidense S&P, en el que esta anunciaba, por equivocación, que había degradado la máxima calificación de la deuda francesa, la famosa AAA, sigue dando que hablar. La Comisión Europea calificó ayer el hecho como un "incidente grave", sobre todo porque ocurre, según señaló el comisario para el Mercado Interior, Michel Barnier, en "una situación de extrema volatilidad que viven los mercados".
Barnier, que el martes presentará su propuesta de regulación europea de las agencias de calificación, reclamó a las empresas del ramo que "comprueben con rigor sus notaciones y actúen con especial responsabilidad". Al pedir a los reguladores del mercado bursátil que abran una investigación sobre lo ocurrido, el ministro de Finanzas francés, François Baroin, enfatizó que su Gobierno "no dejará pasar ningún mensaje negativo".
Las meteduras de pata de S&P no son nuevas. Ya se equivocó en su día al contar la deuda de Estados Unidos. Pero el error ha indignado al Elíseo. La triple A es una espada de Damocles que pende sobre el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, quien sabe que sin ella tendrá muy difícil su reelección. Y el problema es que el riesgo de perderla de verdad parece cada vez más alto. Moody's puso la AAA hace unas semanas en proceso de revisión. Y pese a que S&P aclaró al desmentirse que su perspectiva sobre Francia sigue siendo "estable", muchos piensan que si la nota fue emitida es porque estaba elaborada.
En Londres, algunos operadores afirmaban ayer con sarcasmo que el verdadero error de S&P no fue difundir su información, sino retirarla. Lo mismo parece pensar el candidato socialista a las presidenciales, François Hollande, que ayer dijo que los mercados han anticipado ya la degradación formal de la triple A. "Pagamos nuestros préstamos a una tasa de interés superior a la de los alemanes, así que es como si hubiéramos sido ya degradados". Hollande lo atribuye a la "mala gestión" del país. "Nuestro crecimiento es más débil que el que fija el Gobierno, habrá menos ingresos fiscales, y un déficit mayor del previsto. Es una espiral infernal".
El mercado parece dar la razón a quienes alertan, como ha hecho esta semana Jacques Attali, de que Francia ha perdido ya de hecho su calificación crediticia. El jueves, antes y después del error, la prima de riesgo francesa alcanzó su máximo histórico de 169 puntos básicos, y ayer la cosa había mejorado un poco pero seguía superando los 160. Con la misma calificación, Alemania, que sigue bajando, paga casi la mitad de dinero que París para financiar sus créditos.
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