Nickolas Ashford, legendario compositor e intérprete de soul
Nickolas Ashford, maestro del soul romántico, falleció el lunes en un hospital de Nueva York, a los 69 años, tras una larga batalla contra el cáncer. Ashford se dio a conocer con su esposa, Valerie Simpson, primero como compositores y luego como intérpretes.
Su historia personal parece fruto de un guion. Ashford nació en Carolina del Sur en 1942. Formado musicalmente en los coros baptistas, abandonó la universidad para "seguir el sueño" de bailar en Nueva York. No encontró oportunidades: carecía de domicilio cuando, en 1963, conoció a la joven Valerie Simpson en una iglesia de Harlem.
Unieron sus habilidades y, gracias a los contactos de Simpson, colocaron sus majestuosos temas a Ray Charles (Let's go get stoned) o Fith Dimension (California soul). Pasaron por diversos sellos antes de atraer la atención de Berry Gordy Jr., fundador de Motown, que necesitaba talento fresco y les incorporó a su factoría.
La firma Ashford-Simpson apareció en discos de Smokey Robinson and the Miracles, Gladys Knight & the Pips, The Supremes y la propia Diana Ross en solitario. También establecieron el modelo para los incandescentes duetos entre Marvin Gaye y Tammi Terrell, con Ain't no mountain high enough, Ain't nothing like the real thing, Your precious love o You're all I need to get by.
Valerie ya grababa en solitario y pretendieron aplicar la fórmula Gaye-Terrell a sus propios discos. Pero Gordy prefería atarlos en corto y no promocionó el disco que editaron en 1973, Keep it real. Se emanciparon de Motown y ficharon por Warner, donde hicieron de su relación amorosa su principal materia narrativa. El mensaje (que un matrimonio podía superar cualquier obstáculo) caló hondo en el público negro.
Entre Warner y Capitol acumularon más de treinta éxitos en las listas de rhythm and blues. Podían resultar hasta empalagosos, pero también manejaban los ritmos de baile, el funk sofisticado y los ecos de gospel. Su mayor impacto fue Solid (1984), una volcánica declaración de amor.
En los noventa, editando discos por su cuenta, se permitieron caprichos como Been found, colaboración con la poeta Maya Angelou. Si en sus producciones asumieron esquemas del hip-hop, en directo volvieron a su especialidad: la celebración de una pasión que parecía indestructible.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.