Un descenso color de rosa
El Deportivo cierra la pretemporada invicto y en estado de optimismo
Todavía en Primera División, Augusto César Lendoiro, presidente del Deportivo, había advertido: "Descender sería el hundimiento del Titanic". Tres meses después de bajar a Segunda el barco sigue a flote, tripulado por un capitán experto en apostar a doble o nada que alerta: "Lo único importante este año es ascender". Lendoiro, que ha comparecido en rueda de prensa diez veces en los últimos ochenta días, ha modulado el mensaje de manera que en A Coruña se ha hablado más este verano de las deudas y los impagos ajenos que de los propios, más del objetivo del ascenso que de los errores que llevaron al equipo a Segunda División. Por el camino se han ido al limbo cuestiones como la compensación que debería de percibir la entidad por perder la categoría y los focos alumbran acontecimientos más amables como el aluvión de nuevos abonados (más de 7.000) o la construcción de un proyecto deportivo que semeja edificarse sobre pilares más sólidos que los de campañas anteriores, pero que todavía debe someterse a las certezas de la competición.
El Sevilla se lleva por penaltis un Teresa Herrera con mucho público
El equipo coruñés no perdido ningún encuentro en juego este verano
"Muchos equipos no querrán que juguemos al fútbol", anticipa Jesús Vázquez, uno de los refuerzos. Onubense, capitán del Recreativo durante las últimas campañas, Vázquez está a dos partidos de cumplir 300 en Segunda División. Para Lendoiro su fichaje era una obsesión. "Llevábamos unos ocho años tratando de que viniera al Deportivo". Mediocentro de jerarquía y buen trato a la pelota, su presencia garantiza un estilo: "Trataremos de llevar siempre la iniciativa".
Se trata de un nuevo libreto diferente del acostumbrado en los últimos tiempos, en el que los dos mediocentros apenas participaban en la construcción del juego. En la pretemporada, finalizada ayer con el Teresa Herrera -que se llevó el Sevilla por penaltis después de que Coke remontase ya en las postrimerías del encuentro el gol de Riki- se ha atisbado esa nueva filosofía, que de paso es también una obligación.
Atrás queda el balón largo de Aranzubía a la testa de Juan Rodríguez, el Deportivo elabora ahora más las acciones, abre el campo con dos extremos que no son postizos y se entrega a Valerón para que le inspire. "Habrá momentos complicados, no todo va a ser de color de rosa", alerta el genio grancanario en un intento de rebajar la sobredosis de optimismo en este primer año en el infierno.
Pero es complicado poner puertas a la ilusión. Ayer el Teresa Herrera conoció su mejor entrada de las últimas temporadas y la gente lucía, con el orgullo del dolor, los colores blanquiazules. "Creo que tenemos mejor equipo que el año pasado", resume el presidente. "La plantilla es completa, compensada y competitiva", asegura José Luis Oltra, el entrenador elegido para enfrentar el desafío, que ha dado la plantilla por cerrada. "Más que nada por deseo", reconoce.
A Coruña han llegado veteranos y noveles, futbolistas recuperados tras años de cesiones como Álex Bergantiños, en el que el técnico confiará para jugar por delante de la zaga, o promesas lusas como Bruno Gama y Salomao, dos incisivos extremos que llegan en virtud de la buena relación entre Lendoiro y el representante Jorge Mendes, todopoderoso intermediario que en sus inicios encontró el apoyo del presidente deportivista, al que identifica como "o meu padriño".
El último deseo de Oltra era un delantero centro y ha regresado Xisco, "el que quería". Pero tres futbolistas siguen en el escaparate: Aranzubía, Rubén Pérez y Guardado. Es probable que los tres continúen en septiembre. La actitud del club denota que la prioridad es más deportiva que económica y al deseo de guardar la viña ayuda la atonía del mercado, en el que escasean ofertas y dinero.
Por el portero vasco llegó a preguntar el Málaga sobrado de petrodólares, pero ni a Lendoiro ni a Oltra les seduce la opción de prescindir del guardameta, que ha puesto su futuro en manos del club. "Tenemos que agradecerle que no haya forzado una salida", reconoce el presidente. Tampoco Guardado la ha propiciado, más allá de que su representante quisiera mover ficha sin mayor discreción. No es el caso de Rubén Pérez, que cedido por el Atlético de Madrid hasta el próximo mes de junio, pidió al club que aceptara una oferta del Getafe para jugar en Primera. Piensa el futbolista que así puede engancharse con mayor seguridad a los Juegos Olímpicos, para los que se clasificó con la selección sub 21.
Reacio a abrazar un proceso concursal por más que lo considere "un chollo", es probable que sólo Lendoiro conozca cual es la situación real del club que preside desde hace casi un cuarto de siglo. Seguramente un ascenso al primer intento es imperativo para que no aparezcan los icebergs.
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