Sectores del PP rechazan que la Xunta suba impuestos a la vivienda

Por más que se pretenda silenciosa, cualquier subida de impuestos acaba por explotar. La de los impuestos a la compra o herencia de la vivienda, de en torno al 30% y enmascarada tras una nueva tasación implantada por la Consellería de Facenda, lo ha hecho poco a poco, pero ha terminado provocando protestas en ayuntamientos de todos los colores, también del Partido Popular. El caso más destacado, que no el único, es el del Ayuntamiento de Lalín, dirigido por el expresidente de la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp), José Crespo, que ha atacado con dureza las nuevas tasaciones. Las quejas vecinales trasladadas a los alcaldes provocaron que la junta de gobierno de Lalín se pronunciara en términos muy duros contra la actualización de precios, que sirven de base para el cobro de los impuestos de sucesiones y de transmisiones patrimoniales.

El Gobierno de Lalín tacha de "desorbitados" los valores aplicados

El Ayuntamiento lalinense, que tiene como responsable de vivienda al portavoz parlamentario del PP en asuntos urbanísticos, Román Rodríguez, ha atacado con dureza las nuevas tasaciones. Entre otras acusaciones, "lamenta" no haber sido consultado, acusa a la Xunta de dejarlo en una "situación de indefensión" y tacha las nuevas tasaciones de "desorbitadas". Los precios calculados por Facenda para aplicar sus impuestos están "por encima de los del mercado", añadió la junta de gobierno en un comunicado.

El presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Carlos Fernández, asegura haber recibido quejas de "alcaldes, secretarios e interventores" de Ayuntamientos gobernados por todos los partidos. Al igual que Lalín, tampoco la Fegamp fue informada por Facenda, lo que alienta la sensación entre los alcaldes de que la consellería pretendía una subida de impuestos silenciosa. En parte lo ha conseguido, ya que el plazo de alegaciones se ha cerrado con solo seis impugnaciones. Facenda no ha revelado su contenido ni la identidad de los que las presentaron, apelando a su supuesta "privacidad".

Una de esas alegaciones es la de la Fegamp, adelantó su presidente, que ha encargado un informe jurídico sobre el proyecto de orden que contiene las nuevas tasaciones, que la consellería quiere aprobar definitivamente este mismo mes. La federación lamenta "la clara subida de impuestos que se esconde" detrás de los nuevos valores, que son los que aplica la Xunta para calcular los impuestos que se deben pagar cuando se produce una compra o una herencia.

Otra queja de la Fegamp se refiere a la disposición final de la orden, que establece que las nuevas tablas se apliquen a las operaciones realizadas desde el 1 de enero de 2011, una retroactividad que los alcaldes creen injusta y que puede resultar ilegal. En todo caso, las tasaciones que realiza en la actualidad la consellería aplican ya las tablas a exposición pública, antes de su entrada en vigor y también para operaciones firmadas en 2010, como se puede comprobar en la página web de Facenda. En la mayoría de los casos, superan ampliamente los precios de mercado, como ha podido constatar este periódico.

Las críticas a la subida de las tasaciones en plena crisis van aumentando a medida que distintos colectivos afectados van tendiendo conocimiento de ella. Es el caso del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), que considera "inadmisible" una subida de impuestos encubierta. Su decano, Jorge Duarte, está a favor de que se "objetiven" los precios, pero advierte que los porcentajes que se aplican a esas tablas deben bajar en la misma medida que lo hacen las tasaciones, para que no supongan mayor carga impositiva en un momento especialmente delicado para el sector inmobiliario. El COAG también rechaza el carácter retroactivo de la norma.

El Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI), mientras, ha solicitado una reunión con el director general de Tributos, para reclamar a la Xunta que rectifique. Su presidente, Herminio Carballido, califica de "peligrosísima" la revisión de las tasas, que los colegiados comienzan a comprobar "desproporcionada" en las operaciones que se están cerrando. "Cuando bajan los bienes no es lógico subir las tasaciones", observa Carballido, que considera "muy injusto que se haga pagar a alguien por un precio mayor que el realmente pagado". Los agentes prevén que se paralicen muchas operaciones en marcha.

Una de las primeras críticas a los nuevos valores surgió del grupo parlamentario socialista, que criticó la subida encubierta de impuestos. Pero en la órbita del PP, el malestar va más allá de alcaldes de este partido, ya que incluso el sindicato Xóvenes Agricultores, afín a los populares, tachó de "abuso" las nuevas tablas.