La época 'Kitsch'
Artista plástico, realizador de vídeos musicales y profesional de un cine espectáculo europeo anómalo, pero no necesariamente deslumbrante -Érase una vez (2001), Los ríos del color púrpura 2: los ángeles del Apocalipsis (2004)-, el francés Olivier Dahan dio su do de pecho con el biopic La vida en rosa (Edith Piaf) (2007), donde el puntual hallazgo de puesta en escena convivía con el sentimentalismo desaforado y el lugar común. La película obtuvo dos oscars y le abrió las puertas de una experiencia estadounidense, con financiación francesa, que adopta la doble forma de exorcismo personal y carta de amor a un género tan cargado de memoria como la road movie. Las canciones que Bob Dylan ha compuesto para la banda sonora rematan el autorregalo que Dahan parece haberse hecho con este trabajo.
NUESTRA CANCIÓN DE AMOR
Dirección: Olivier Dahan.
Intérpretes: Renée Zellweger, Forrest Whitaker, Elias Koteas, Nick Nolte, Madeline Zima.
Género: drama. Francia-EE UU, 2010.
Duración: 105 minutos.
Una cantante country (Renée Zellweger) postrada en una silla de ruedas y un discapacitado psíquico (Forrest Whitaker) que habla con los ángeles emprenden en Nuestra canción de amor su viaje de autoconocimiento y redención por rutas más afines a la sensiblería que a la indagación existencial: Olivier Dahan se sitúa más cerca de Harry y Tonto (1974) y, ay, Homer and Eddie (1989) que de Carretera asfaltada en dos direcciones (1971) o En el curso del tiempo (1976). El cielo amenaza constantemente con descargar una tormenta de kitsch, pero, cuando esta estalla (en los dos recitales que da el personaje de Zellweger), Dahan también alcanza la épica sentimental de esa virtuosa escena de La vida en rosa donde la Piaf transformaba el dolor por la muerte de su amante en arte desgarrador. Hay otro hallazgo: la sintética imagen del accidente que rompió en dos la vida de la protagonista.
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