Y el gallego regresó a los libros
Hace 150 años que liberales coruñeses organizaron los primeros Juegos Florales
A día 2 de julio de 1861, no circulaba públicamente ningún libro en gallego. Galicia aún no había adoptado una bandera -los galleguistas propondrían la blanquiazul en 1891- y Eduardo Pondal no había escrito Os pinos, el poema que da cuerpo al Himno Galego. Y sin embargo, un grupo de liberales coruñeses, sufragados por la riqueza acumulada por el indiano José Pascual López Cortón y con la organización de Antonio de la Iglesia, ya imaginaban otros límites para el país. "Quisieron traer una antigüedad para construir el presente", resume el académico Xosé Luís Axeitos. Para ello importaron de Cataluña los Juegos Florales, allí marcaron el inicio de la Renaixença, y celebraron en A Coruña las justas poéticas que desembocarían en el Álbum de la Caridad.
"Quisieron textualizar una cultura popular, oral", señala Axeitos
El 'Álbum' fue "la primera antología moderna de poesía gallega"
"Ellos quisieron textualizar el idioma, literaturizar una cultura que, hasta entonces, era oral, era cultura popular", añade Axeitos. Precisamente la Real Academia Galega conmemoró los acontecimientos hace dos sábados, delante de un Teatro Rosalía que en 1861 se llamaba Principal y que también entonces albergó los festejos. Entre las tres de la tarde y las once de la noche de aquel día del siglo XIX, lo más granado de la burguesía intelectual coruñesa, incluida la militante del asistencialismo Juana de Vega, leyó poemas, asistió al estreno de la muiñeira La Alfonsina, compuesta por Canuto Berea y epítome de los intentos por colocar el adjetivo culto a la tradición músical, y exaltó la patria. No por acaso el de los textos patrióticos -y patria era Galicia pero también España y sus aventuras imperiales- era una de las tres categorías del concurso literario, junto a la religión y el amor. El lema, Patria, fides, amor.
"Más que un hito o un punto de arranque, los Juegos Florales son un síntoma de que algo llevaba tiempo moviéndose", considera, vía correo electrónico, la profesora y poeta María do Cebreiro, que en la actualidad investiga sobre la narrativa de Rosalía de Castro. Y aunque no es hasta dos años después de los Juegos de A Coruña cuando se publica Cantares Gallegos -señal pactada por la historiografía de la reactivación de la literatura en gallego-, la figura de Rosalía ya había emergido. "En relación con otros poetas, Rosalía aparece bastante representada en el Álbum", explica Do Cebreiro, "lo que prueba, creo, que gozaba ya de una cierta posición de reconocimiento en el campo literario antes de los Cantares".
Porque el libro que derivó de aquel 2 de julio, un Álbum de la Caridad que en realidad se titulaba Mosaico de nuestros vates gallegos, fue "la primera antología de poesía gallega en sentido moderno". Y no solo: el volumen, del que existe edición reciente de aspiración facsímil, incluye además, por ejemplo, un estudio sobre la leyenda del monte Medulio. "Contiene una serie de elementos", añade Xosé Luís Axeitos, "que apuntan a las señales de identidad de Galicia". No pocos escritores de aquel siglo, recuerda, escribieron poemas a su país. Entre ellos, Francisco Añón, accésit con A Galicia de una modalidad, la patriótica, que quedó sin ganador en los Juegos.
Los promotores de la iniciativa no eran ajenos al ambiente político de su época. López Cortón, emigrante en Puerto Rico, Antonio de la Iglesia, abuelo de Xoán Vicente Viqueira que hablaba de "nuestra patria literaria", o el historiador Benito Vicetto sabián del provincialismo y las corrientes que configuraban el protogalleguismo. Al fin y al cabo, expone Axeitos, aquellos liberales sabían de la dominación a la que era sometida la cultura gallega y, tenuemente arrimados a los principios que emanaban de la Francia revolucionaria, pretendían impugnar esa desigualdad. El propio presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luís Méndez Ferrín, lo trajo a colación para hablar de Juana de Vega en su dicurso del sábado 2 de julio de 2011: "De Vega, en cuyo recibidor se conspirara con la esperanza puesta en las tres luces que la libertad, la igualda y la fraternidad son".
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