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El contrabajista israelí Avishai Cohen abre en Vigo el ciclo de jazz Imaxina Sons

La poesía y su condición de viajero condicionaron el bautismo de su sexto álbum como Seven Seas (Blue Note, 2011), título con el que el contrabajista y cantante Avishai Cohen (Jerusalén, 1970) quiere evocar la condición del medio marítimo como "la vía de comunicación primigenia entre los pueblos". Cohen, que hoy dará un concierto en Vigo para abrir la séptima edición del Festival de Jazz Imaxina Sons (Teatro Novacaixagalicia, 22.30 horas), responde al teléfono, desde su casa de Tel Aviv, y dice que "sería el primero en abrazar un acuerdo de paz en la región" -"con mi música hago lo que puedo"-, aunque reconoce que "ni los pasos dados por los Gobiernos han sido los correctos ni los anclajes son resistentes". "El único camino es que las dos partes aparquen sus egos, dejen de cobrarse vidas, de dispararse e invadirse mutuamente y cedan, desde el amor", declara.

Algunas de las influencias más perseverantes en su repertorio son los ritmos latinos que conoció en su etapa de formación en Nueva York, cuando se integró en grupos diferentes con dos grandes nombres del latin jazz, como son los pianistas Danilo Pérez y Chick Corea, y el cancionero tradicional sefardí heredado de su madre que, con el tiempo, ha guiado su interés por el flamenco y su admiración por Camarón y Paco de Lucía. En sus raíces como en sus hallazgos, una combinación de la que emana el cosmopolitismo latente en su música, Cohen encuentra "fuerza" y un "lenguaje" con el que se siente identificado.

"La energía de nuestros directos es, sobre todo, una cuestión de personalidades. Tenemos la habilidad de convertir hebras muy simples en una arquitectura de sensaciones complejas, y creo que esa mezcla es la que convierte en especiales nuestros directos". Pero quiere parar y trabajar en otra cosa. Planea hacer "un paréntesis" el próximo año y trasladarse seis meses a España para grabar un disco de canciones ladinas. En Vigo se presentará en formación de trío clásico junto con dos jóvenes músicos, el pianista Nitay Herskovitz y el batería Amir Bresler, con quienes dice tener "muy buena comunicación".

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