Vázquez pide que nadie aproveche el 22-M para pasar "facturas personales"
El líder del PSdeG reclama a Zapatero que "no le falle" a los trabajadores
Pachi Vázquez reclamó unidad y la obtuvo a medias. El líder del PSdeG se enfrentaba ayer al primer comité nacional, máximo órgano entre congresos, desde la derrota electoral del 22 de mayo. Exigió responsabilidad, y que nadie aproveche el momento de dificultad "para pasar facturas personales", después de las dos semanas más difíciles para el partido desde que Vázquez tomó sus riendas, hace dos años. Su llamamiento tuvo una tibia acogida, ya que las intervenciones que sucedieron a su discurso estuvieron impregnadas de una reivindicación de autocrítica, pero la sangre no llegó al río, lo que permitió al secretario general pasar la página sin apenas rasguños.
Quizá porque los resultados de los socialistas en Galicia no fueron tan catastróficos como en el resto de España, quizá porque, salvo Abel Caballero, quien más quien menos estaba involucrado en un pequeño desastre local, los discursos más críticos no enturbiaron el ambiente. Reclamaron la palabra 37 miembros del comité, pero no llegaron a 30 los que la utilizaron. Entre ellos, dirigentes tan destacados como el ministro y vicesecretario general del PSOE, José Blanco. También intervinieron Javier Losada, José Sánchez Bugallo, Caballero, Abel Losada, Xaquín Fernández Leiceaga o José Manuel Lage. Los representantes de Xuventudes Socialistas fueron los que llegaron más lejos en su exigencia de responsabilidades, y también los que obtuvieron la respuesta más contundente de Vázquez, que les hizo copartícipes del distanciamiento del partido de los sectores juveniles de la sociedad.
El PSOE advierte del "grave daño" de no cerrar el paso a las alcaldías del PP
Otras dos intervenciones críticas fueron las del aún diputado y concejal electo de Santiago Xaquín Fernández Leiceaga, que reclamó una lectura menos optimista de los resultados electorales, y del también parlamentario autonómico José Manuel Lage, con un mensaje reivindicativo de autocrítica que quedó abierto a la interpretación. Tanto podía ir dirigido a Vázquez como al secretario provincial de A Coruña, su rival en el congreso del PSOE coruñés Salvador Fernández Moreda. Moreda no intervino, como tampoco lo hizo su homólogo de Pontevedra, Modesto Pose.
El clima de reflexión pareció responder al llamamiento de Vázquez, quien pidió a los miembros del comité nacional que permanecieran "todos unidos para volver a ser un partido de mayorías". El secretario general reconoció que el trabajo realizado en campaña "no obtuvo la recompensa esperada" en las urnas, pero advirtió que la responsabilidad "no es únicamente de las candidaturas y de los candidatos", porque el partido pagó "un peaje injusto" debido a la crisis.
También detectó Vázquez "una cierta frialdad" a la hora de "estar a la cabeza de todos los movimientos sociales", una de sus obsesiones desde que sucedió a Emilio Pérez Touriño al frente del PSdeG. "Hay que estar donde se habla de lo que nos gusta y de lo que no", subrayó, para incidir en la necesidad de "sintonizar con la ciudadanía" y de "volver a alcanzar la confianza de la sociedad" a través de la defensa de los derechos sociales.
Esa defensa de los intereses de los trabajadores llevó a Pachi Vázquez a lanzar un "mensaje" al Gobierno y a su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, para que las medidas que se tomen "vayan a lo que piden los ciudadanos", para poder volver a "sintonizar con la gente". En presencia de los ministros José Blanco y Francisco Caamaño, advirtió del peligro de "caer en la trampa de la patronal" para llevar a cabo la reforma de la negociación colectiva. "No podemos dejar a los trabajadores de lado", arengó, para añadir: "No le fallemos a los trabajadores de este país, que no pueden pagar un proceso de negociación colectiva ellos solos otra vez de manera absolutamente injusta". De lo contrario, el Gobierno estaría cayendo "en la trampa de la Confederación de Empresarios".
En plena negociación con el BNG para un pacto municipal más global de lo que estaba previsto, Pachi Vázquez pidió "responsabilidad" a los nacionalistas para buscar fórmulas de gobernabilidad que cierren el paso en los ayuntamientos al PP, ya que lo contrario se causaría "un grave daño al país" y se "defraudaría la confianza" de los electores. Así, el líder socialista abogó claramente por abrir "procesos de negociación" con el Bloque e Izquierda Unida. "Si mandamos el mensaje de que no somos capaces de diseñar fórmulas de gobernabilidad, estaremos defraudando la confianza de nuestros electores". Por el contrario, "si la izquierda gallega se une, es fuerte".
Blanco defiende un "giro al futuro"
Frente al giro a la izquierda del que tanto se habla desde la derrota electoral del PSOE en las municipales, el vicesecretario general del partido, José Blanco, pidió la palabra para invitar a una reflexión sobre el significado de la expresión. Lo hizo para defender la política social de los siete años de gobierno de Zapatero, pero también para advertir de los nuevos retos sociales. Puso un ejemplo familiar para defender la reforma del sistema de pensiones: su abuelo disfrutó cinco años del sistema, mientras que su padre lleva 22 años haciéndolo. Así que, más que giro a la izquierda, el ministro defendió abordar un "giro al futuro", que permita adaptar el Estado del bienestar a las nuevas exigencias sociales.
Eso lo dijo José Blanco a puerta cerrada. A la salida del comité nacional, el vicesecretario socialista habló con los medios de comunicación para alertar que el PSOE será un "dique de contención" frente a la "agenda oculta" de los que aprovechan la crisis para "hacer los ajustes que responden a su ideario y pensamiento". Se refería, claro está, al Partido Popular, del que pronosticó que "va a proponer o hacer un recorte del Estado del bienestar echando la culpa al Gobierno socialista", en referencia a la afirmación del presidente del PP, Mariano Rajoy, de que habrá el Estado del bienestar "que se pueda pagar". Blanco opinó que, de hecho, el PP "ya empezó a aplicar su agenda oculta" con el discurso de que "todo está muy mal" y justificar así "los recortes".
Blanco evitó extenderse en la cuestión de las responsabilidades de la derrota electoral, que fue el hilo conductor de la gran mayoría de las intervenciones del comité nacional, y que el ministro apeló a abordar "en su momento", para no enturbiar la carrera hacia las elecciones generales. En eso, coincidió con la mayoría, que apostó por dejar las renovaciones orgánicas para el año próximo.
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