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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Margaret Price, soprano británica

Era una de las artistas más apreciadas por los seguidores de Mozart

La extraordinaria belleza de su voz, densa, grande, potente y dotada de un amplio registro, que iba de los graves de acusadas tintas dramáticas a los diáfanos agudos líricos, hizo de la galesa Margaret Price una de las sopranos más apreciadas y queridas por los melómanos amantes de Mozart, un compositor clave en su carrera operística que duró casi cuatro décadas. El pasado 28 de enero murió en su casa de Cardigan (Gales) a los 69 años. Estaba apartada de los escenarios desde 1999 a causa de un infarto.

Margaret Berenice Price nació el 13 de abril de 1941 en Blackwood, en el sur de Gales. Hija de un profesor y una enfermera, vivió desde su infancia en un entorno musical gracias a su padre, un notable pianista aficionado. Pero pese a su facilidad para el canto, su padre era contrario a que siguiera la carrera musical. En una ocasión confesó que le llegó a decir que ninguna hija suya pisaría un teatro.

Reacia a viajar, la mayor parte de su carrera la centró en Europa

Fue un profesor de música el que le preparó, cuando tenía 15 años, una audición en el Trinity College de Londres con Charles Kennedy Scott, fundador del Coro Oriana, quien la convenció para estudiar canto en la prestigiosa institución musical de la capital británica. Allí recibió una concienzuda preparación musical que, además de canto -se formó como mezzosoprano- incluyó el estudio de piano, armonía, composición y dirección de orquesta. En 1961, al final de sus estudios, se integró en el versátil Coro Ambrosiano, que le permitió adquirir experiencia.

Reacia a participar en concursos de canto para abrirse camino profesionalmente, fue su padre, que ya había claudicado en su empeño de impedir la carrera musical, quien empezó a escribir a teatros de ópera del Reino Unido pidiendo audiciones para ella. Fue así como Margaret Price debutó en 1962 con la Ópera Nacional Escocesa cantando como mezzosoprano el papel de Cherubino de Las bodas de Fígaro, de Mozart, el mismo con el que el año siguiente debutó en el Covent Garden de Londres sustituyendo en el último momento a Teresa Berganza. Price fue contratada como cover de la mezzosoprano española pese a la oposición de Georg Solti, entonces director musical del primer coliseo británico, quien tras escucharla en una audición la rechazó alegando que no tenía ningún tipo de encanto.

Ese tópico debut en un gran coliseo lírico -ella jamás aspiró a hacer una carrera operística- fue el despegue profesional de Price, que por petición de quien durante más de una década fue su más próximo consejero musical y pianista acompañante, James Lockhart, cambió sin problemas su tesitura de mezzosoprano por la de soprano, con la que empezó triunfando como una de las más exquisitas intérpretes mozartianas de su generación.

Mozart fue durante años el eje de su repertorio, que solo aceptó ampliar, a mitad de los setenta, a los papeles más ligeros para soprano de las óperas de Verdi y algunos compositores veristas y posteriormente a los de Richard Strauss, cuando consideró que su voz estaba preparada para ello. De hecho, su repertorio operístico se limitó a pocos títulos de estos compositores y ocasionalmente a alguno más.

Aunque Margaret Price cantó en los principales teatros líricos de Europa y Estados Unidos, desde la Scala de Milán al Metropolitan de Nueva Yok pasando por la Ópera de Viena, reacia a viajar, centró su carrera en el Covent Garden de Londres, la Ópera de Colonia y la Ópera de Múnich, donde fijó su residencia desde 1971 hasta que su retiró en 1999. En España cantó poca ópera, apenas unas funciones de Don Carlo, de Verdi, en noviembre de 1988 en el Liceo de Barcelona, y en enero de 1994 en el Coliseo Albia de Bilbao. Schubert, Schumann, Brahms, Strauss y los compositores de las Segunda Escuela de Viena, Alban Berg y Arnold Schonberg, eran su especialidad.

Su legado discográfico es extenso y variado, con grabaciones entre las que destacan Tristán e Isolda, de Wagner, con Carlos Kleiber, con quien también grabó Otelo, de Verdi. También merecen ser destacados sus registros con Solti de Un ballo in maschera y Don Giovanni; con Claudio Abbado, Don Carlos; con Colin Davis, La flauta mágica; y Otto Klempere, Così fan tutte.

Margaret Price.
Margaret Price.AP

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