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Reportaje:

"Una tierra bella e ingenua"

El CGAI pone 40 años de imágenes del No-Do sobre Galicia a disposición del público

Durante los casi 40 años de oscura dictadura, todo parecía jauja, alegría desbordante, "vítores encendidos" en la bucólica Galicia de "ingenuo encanto y prosperidad" que retrataba en los cines, por imperativo legal, el No-Do. El interés por las más de 30 horas que el propagandístico Noticiario y Documentales Cinematográficos dedicó a la tierra natal del dictador es relativo. Puede llegar a aburrir tanta realidad ficticia rodada a mayor gloria del régimen franquista y contada con un lenguaje empalagoso repleto de superlativos grandilocuentes. Todas las noticias que se difundieron sobre Galicia hasta la muerte del caudillo son positivas y folclóricas, sus gentes siempre "trabajadores abnegados" y "entusiastas patriotas".

Son noticias, documentales y reportajes rodados entre 1943 y 1976
Incluso aparece Franco cantando en lengua vernácula en A Coruña

Pero ese material, que llegaba a las salas gallegas con semanas de retraso, tiene un innegable valor etnográfico. Y es una de las muchas curiosidades de la nueva mediateca que abrió al público el Centro Galego das Artes da Imaxe (CGAI) en A Coruña. La institución pública, a punto de cumplir 20 años, recupera, restaura, custodia y difunde un auténtico arsenal de imágenes y relatos filmados sobre Galicia a lo largo del último siglo. Ahora cualquiera puede visionar.

Es la primera comunidad autónoma que tiene copia de todas las noticias, reportajes y documentales sobre esta "región" que permitió rodar el franquismo entre 1943 y 1976. También hay documentales de los tres años posteriores, en los que se incluyen también la cruda actualidad, como la catástrofe del Urquiola cuya "marea negra incidió en sentido desfavorable en la industria marisquera".

En las tres décadas anteriores, la realidad gallega, una tierra a menudo calificada por el locutor del No-Do de "bella e ingenua", es sobre todo botaduras de barcos, inauguraciones de pantanos, fiestas populares y acontecimientos como el concurso de Miss Paraguas en 1968, con "exhibición en su propia salsa" en las calles de Santiago bajo la lluvia. La primera vez que salió Galicia en el No-Do fue en 1943 como motivo de un Consejo Nacional de la Sección Femenina de las JONS en Santiago. Y al ser el escenario veraniego de la dictadura durante casi 40 años, durante las estancias en agosto de Franco en el Pazo de Meirás, gana por goleada las actualidades gallegas sobre el caudillo y los "vítores y aplausos encendidos de justo homenaje al invicto salvador de España que escoltan y jalonan su paso" por Galicia.

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En la España una, grande y libre estaba prohibido hablar el gallego. Pero en el No-Do, que recurría a las gaitas y a las rianxeiras para amenizar sus noticias, sí se podía escuchar canciones en gallego desde los primeros años de la dictadura. Juan Pardo o el Corpiño xeitoso interpretado por Andrés do Barro a borde de un barco cierran algunos de los documentales sobre Galicia de finales de los sesenta, una suerte de primeros vídeos musicales en gallego. Incluso Franco aparece cantando en la lengua vernácula en una de sus estancias en A Coruña.

Entre tanta propaganda y folclore, también cabe "una lectura sociológica" sobre las costumbres y modo de vida en la Galicia del franquismo, destaca el director del CGAI, Guillermo Escrigas. Y es el que el No-Do retrató, siempre de forma amable, escenarios y labores ya desaparecidas como una fábrica de bacalao, la otrora próspera pesca de la ballena, un curso de alfabetización en Ourense. La visión censurada de la dictadura deja ver, "tras las imágenes", dice Escrigas, cómo vivían los gallegos. Son las únicas imágenes de una época. Y alguna escena rodada hace medio siglo no dista de lo que sigue ocurriendo hoy, como la campaña de recogida de berberecho en la ría de Noia.

El secretario de Medios de la Xunta y el ex ministro Molina (tercero y cuarto por la izquierda) en la inauguración de la <i>mediateca. </i>
El secretario de Medios de la Xunta y el ex ministro Molina (tercero y cuarto por la izquierda) en la inauguración de la mediateca. GABRIEL TIZÓN

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