Una subida efímera
La Reserva Federal ha puesto a funcionar a toda máquina las imprentas y ha contribuido así a impulsar el petróleo hasta su nivel más alto en dos años (lo que nos ha dejado a dos pasos de los 100 dólares por barril). Pero con aspirantes a pesos pesados de los combustibles fósiles como Brasil e Irak bombeando aún más deprisa y una demanda todavía débil en los países ricos, cualquier subida del precio será probablemente efímera.
La euforia especulativa financiera sin duda contribuyó a la subida del petróleo hasta los 147 dólares en julio de 2008. Aun así, hace dos años y medio, a los alcistas les resultaba más fácil argumentar que la economía estaba de su parte. La crisis financiera que se avecinaba todavía no había castigado a la demanda mundial. Y esforzarse por conseguir suficiente petróleo para satisfacer la voraz demanda de China e India parecía un auténtico desafío. La capacidad sobrante de la OPEP se había hundido hasta un peligroso mínimo de menos de un millón de barriles (menos de la mitad del que tenía un año antes).
Ahora los alcistas del petróleo como Goldman Sachs -que aboga por unos precios "considerablemente más altos" en 2012- parecen menos persuasivos. Para empezar, los pronósticos de los agoreros que sostienen que la producción de petróleo ha alcanzado su nivel máximo -y que dudan que pueda aumentar mucho más- parecen prematuros como mínimo. La potencia de bombeo no utilizada del conjunto de la OPEP se mantiene en unos imponentes 5,4 millones de barriles diarios, la más alta desde 2002.
Estos agoreros también han quedado en evidencia ante la perspectiva de nuevos suministros procedentes de países no pertenecientes a la OPEP. Los contratos del Gobierno iraquí ofrecen un sólido incentivo a las empresas para aumentar la producción, mientras que la antigua URSS va camino de aumentar la producción en un millón de barriles diarios el año que viene con respecto a 2008. Y en Brasil, Petrobras espera añadir por sí sola 1,5 millones de barriles diarios adicionales en 2014 en relación con la producción de 2008.
También en lo que respecta a la demanda los argumentos a favor del petróleo a 100 dólares resultan menos convincentes. La caída de la demanda en los países ricos compensará la sed de petróleo de China, al menos el año que viene. Después de todo, el gigante asiático todavía consume menos del 11% del petróleo mundial.
Y, por último, quienes confían en que el dólar se desmorone para que el petróleo resulte más atractivo deberían tener en cuenta el resurgir de los billetes verdes durante los últimos días. A pesar del derroche de bonos del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, el desastre soberano que se está produciendo en Europa podría anclar el dólar. -
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