La maldición de Pellegrini
El Madrid de Mourinho ha reducido los remates en contra de 20 a 6, pero sus 6 goles a favor están lejos de los 16 que metió hace un año bajo la dirección del chileno
Consciente de la condena que pesaba sobre él, Manuel Pellegrini decidió a finales de mayo pasado despedirse de Valdebebas lanzando una maldición sobre su sucesor. Se subió al estrado con paso cansino. La piel cerúlea, los ojos inyectados en sangre y esa disposición, de una dignidad inquietante, recordaban al Bela Lugosi de La novia del monstruo. Su acento chileno dio al epitafio una resonancia más exótica: "El que venga a reemplazarme tendrá que superar mis números".
Los números de Pellegrini en el Madrid ya desafían a José Mourinho. En los primeros cinco partidos de la Liga precedente el equipo metió 16 goles, recibió dos y sumó 15 puntos. Con Mourinho ha marcado seis goles, ha recibido uno y ha sumado 11 puntos. La visita al Levante, el sábado, dejó el segundo empate a cero. Por el momento, el trabajo del nuevo técnico solo se traduce en una mayor dedicación defensiva. Los adversarios apenas han encontrado el modo de tirarle entre los tres palos. Casillas solo ha visto venir seis balones. Uno cada 70 minutos. De lejos, el mejor promedio de su carrera.
El equipo daba menos pases el curso pasado, pero explotaba mejor los contragolpes
Mourinho traslada a sus jugadores que es fundamental lograr un "equilibrio". El técnico pone énfasis en mantener un orden defensivo estable alrededor de seis hombres: cuatro zagueros y dos interiores. El efecto es un equipo que funciona mejor cuando no tiene el balón. En el medio de las operaciones está Carvalho, central y lugarteniente de Mourinho, que hace unos días expresó su visión en el diario As: "Es más importante no encajar ningún gol que meter cuatro".
Ahora, Mourinho deberá convencer al madridismo de que esta tesis alumbrará el camino hacia el éxito. "El mejor entrenador del mundo", en palabras del presidente, Florentino Pérez, no solo debe demostrar su talento como gestor. Debe también convencer a un público insaciable y, de entrada, enfrentarse al fantasma del hombre que fue destituido contra la opinión de la mitad de los socios, manifestada en todas las encuestas, internas y externas.
El Madrid de Pellegrini no elaboraba más las jugadas, pero explotaba mejor los contragolpes. El número de pases en campo contrario indica que quizá ahora el Madrid toque más el balón que antes. Según los datos de las cinco primeras jornadas, 1.135 pases con Pellegrini por 1.197 con Mourinho advierten de que las transiciones de este equipo, con Khedira y Özil, son más largas que con Kaká y Raúl. Ahora se dan más pases. Pero, proporcionalmente, se fallan más: 465 entregas malas con Pellegrini por 525 con Mourinho.
Con Pellegrini el juego no era más atractivo, pero el Madrid metía más goles. También llegaba con más frecuencia a posiciones de remate. El año pasado, en este punto del campeonato, se habían hecho 49 regates buenos, 11 asistencias, y 43 remates entre los tres palos, 29 de ellos dentro del área. Ahora el Madrid suma 45 regates exitosos, cuatro asistencias y 36 tiros a puerta, 23 de ellos en el área. Con Pellegrini la producción ofensiva era mejor.
En el aspecto defensivo, el nuevo Madrid parece imbatible. Hace un año, Casillas tenía que parar el doble. Con Pellegrini se recuperaron 532 balones, se hicieron 81 faltas y se permitieron 20 disparos en contra. Al final, se sufrieron 35 goles en toda la temporada. El mejor índice de los últimos seis años.
Ahora se han recuperado 517 balones, se han hecho 70 faltas y se han concedido seis tiros entre los palos. A este paso, el Madrid conquistará récords de impermeabilidad. Los hinchas no lo ven claro. Mourinho sigue en busca de soluciones.
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