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Crítica:Exposiciones - Victoria Civera | ARTE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Aforismos visuales

Quizá estas franjas de luz sean las percibidas al cruzar un túnel iluminado o, tal vez, las que produce el sol a través de la persiana. En cualquier caso forman espacios de luz. Sólo que en vez de abrir un lugar, lo cierran. Ante esos espacios del rechazo se recortan figuras de mujer. Los entornos a veces se alteran: se acercan al de un gran cartel o se diluyen en ondas electromagnéticas, pero siempre son luz que cierra y expulsa, quedando fuera la mujer. Ella se beneficia de tal cerrazón porque así aparece con mundo propio: en ocasiones, el desconcierto (Ella), pero también el juego erótico (e irónico: Túnel eterno), la seguridad (algo ingenua) (Searcher), la soledad (Mal de Jem) o la sorpresa (El resplandor). Poseen una sugerente ambigüedad: conservan los ecos de su procedencia, la imagen de masas, pero han sido sutilmente tocadas por el pensamiento y la fantasía de la autora. Por eso son a la vez familiares e inquietantes, e impulsan a imaginar historias jamás escritas.

Victoria Civera

Atando el cielo

Centro de Arte Contemporáneo de Málaga

Hasta el 29 de agosto

En otros grandes cuadros, el espacio alude a la tradición artística y a nuestra cultura visual. Así, dos conocidas piezas: Saliendo del paisaje (una moderna Gradiva que da la espalda al Gran Parque de Friedrich) o Jumping, la joven que salta al vacío formado por un valle entre montañas de un paisaje girado. Estas mujeres resueltas contrastan con la que combate el viento ante un solitario paisaje (Fuera de lugar, fuera de zona) y la que aparece Perdida (así se titula el cuadro) en una reiterada galería de espejos.

Los fondos van en otra dirección. Circulares, como dianas, condensan el entorno en vez de dilatarse en él. Decisivo por su eficaz sencillez es Atando el cielo: da título a la muestra y su azul intenso tiñe un recinto donde estas obras cobran especial relevancia. Son aforismos que hablan de decisiones (A punto de saltar), del tiempo (Luciérnaga) o de la invención artística (Aleteo). El cuarto azul es un lugar de meditación. Fuera, otros cuadros circulares conservan su calidad de pensamiento en imágenes, aunque con fuerza de declaración pública. Así, Madre Norte: la gran figura femenina, de espaldas ante el sol y orlada de luz, posee la firmeza de la tierra que denodadas escaladoras intentan alcanzar.

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